Social y Solidaria

RESPUESTA A EDITORIAL “LA NACIÓN”: “ECONOMÍA POPULAR, FANTASÍA SOCIALISTA”

Noticias Cooperativas y Mutuales

RESPUESTA A EDITORIAL “LA NACIÓN”: “ECONOMÍA POPULAR, FANTASÍA SOCIALISTA”

La Editorial del Diario “La Nación” del 15 de marzo de 2020, titulada “Economía Popular, otra Fantasía Socialista” fue contestada por el Lic. Eduardo Fontenla, ex director del INAES, Lic. en Cooperativismo y Mutualismo y Lic. en Ciencia Política y Gobierno

La Nación:

A través del empleo formal, los aportes laborales y el pago de impuestos, el único pilar, que sostiene toda la estructura del Estado, es el sector privado.

La llamada Economía Popular es otra forma de gasto público y, como tal, no es pilar de soporte del Estado, sino un peso adicional agregado a este. El único pilar es la economía privada, que, a través del empleo formal, los aportes laborales y el pago de impuestos, sostiene toda la estructura de aquel, con sus múltiples legisladores, ministerios, jueces y empleados, incluyendo a los cuatro millones de integrantes de la economía popular.

Lic. Eduardo Fontenla:

Debemos decir que la Economía Popular y sus acepciones usuales como: Economía Social, Economía Social y Solidaria, Cooperativismo y Mutualismo, es una respuesta política en su acepción general, pero no una respuesta político partidaria socialista como lo encuadra la editorial de La Nación, uno de los principales medios de comunicación escrita de Argentina.

La Nación:

Para su efectiva vigencia, todos los derechos requieren una partida presupuestaria, en forma de subsidios, de organismos, de mayor personal, de docentes, de enfermeras, de acompañantes terapéuticos, de apoyo escolar, de mayor equipamiento o de costosas obras. Incluso para sostener a la “economía popular”. Sin dinero, todos los derechos son cartón pintado.

Desde la Revolución Industrial se sabe que el crecimiento de una nación depende de la acumulación de capital y la disponibilidad de tecnología: ello permite aumentar la productividad, mejorar los salarios y proveer de bienes públicos. La economía privada funciona de esa manera, con plantas industriales, pozos petroleros, usinas generadoras, calderas, camiones, rutas, ferrocarriles, puertos, barcos, grúas y contenedores, centros de cómputos, software, logística y robótica. Y, por sobre todas las cosas, con técnicos, obreros y profesionales bien formados, actualizados y responsables.

Lic. Eduardo Fontenla:

Negar que la Economía Popular constituye una forma alternativa de generar empleo es desconocer la concreta realidad de nuestro país, que da cuenta de también concretas y reales repuestas que dieron y dan las distintas formas de organización asociativa a las personas que, por contar con menor capital económico y social disponible, no pueden individualmente resolver sus necesidades  y sí lo consiguen asociativamente, obteniendo de tal modo la posibilidad de organizar su producción, los servicios y alcanzar una escala de negocio que les permite mejorar su condición económica, ingresos y presencia en el mercado.  No parece poco y no es poco.

A renglón seguido dicen que no es posible la generación de empleo sin Estado.

Error, porque la Economía Popular no es economía estatal, sólo requiere de un Estado presente que iguale las oportunidades de generación de auto gestión de esta inmensa población que no tiene espacio en la economía formal “generalmente aceptada”, es decir, empleados en relación de dependencia de empresas de lucro.

Un valor de la economía popular es la solidaridad. Solidaridad es ayuda mutua para progresar juntos, no solo es la actitud del ciudadano ante una catástrofe natural o las acciones que dentro del concepto de responsabilidad social se utiliza en el ámbito empresario. Para la Economía Popular, la solidaridad es el eje de las formas de organización, en el convencimiento de que sus posibilidades dependen de una alternativa asociativa. Su salida es conjunta y no individual.

El objetivo de la Economía Popular es lograr que los 4.000.000 de argentinos que menciona la editorial se apoyen mutuamente para no caerse del mapa de nuestro país. A su vez, la estrategia de la Economía Popular es articular el espacio político y económico con el sector de la Economía Social y Solidaria porque se sabe, nunca ha sido, y se supone no será, un objetivo del sistema capitalista levantar a los heridos que van quedando en el camino.

Debemos ser claros. En Argentina se invirtió y se puede y se debe invertir con una orientación solidaria y de bien común.

No somos una Argentina extravagante por creer y apostar a la alternativa de la Economía Social y Solidaria. Porque nuestro país necesita equilibrio en los distintos modelos de desarrollo y se potenciará con Economía de Capital, Economía de Estado y Economía Social y Solidaria.

La Nación:

La economía popular funciona en forma artesanal, dirigida por expertos en movilizaciones, sin tener capitales y sin dar empleo formal. No contribuye a los gastos colectivos, sino que los aumenta, pidiendo subsidios. Es el sistema que prevaleció en el mundo antes de los telares mecánicos y la máquina de vapor. Y aún puede verse en Sudán, Malawi y Burundi, además de en algunos países más cercanos, que han decaído por su rechazo a las libertades personales y la propiedad privada, como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Los propulsores de este formato productivo creen haber inventado el móvil perpetuo y que la economía popular podrá expandirse alimentada a subsidios como si estos surgieran de la nada. Pues no es así: cuanto mayor la desmesura del gasto público, menor es la inversión privada, que se contrae en forma simétrica. Hasta su extinción.

Lic. Eduardo Fontenla:

Otro error conceptual de la editorial es asignarle a la Economía Social y Solidaria el sólo “mote” de economía artesanal. La Economía Popular es artesanal y es también economía dinámica, de acumulación social y de aplicación intensiva del conocimiento.

El artículo, lejos de proponer una alternativa que nos permita aquí y ahora atender los problemas de quienes se unen a la propuesta de la Economía Popular, al Cooperativismo y al Mutualismo por necesidad y también por convicción porque lo aprendieron en el camino, plantea el clásico posicionamiento de los defensores del modelo de economía capitalista – cuyas virtudes no desconocemos-, pero no nos plantea qué hacer con esos 4 millones de argentinos que han quedado afuera y obvia hacer mención justamente al muy estudiado dilema del capitalismo: cómo resolver la desigualdad.

La Nación:

En el imaginario la economía popular es una salvación frente al fracaso capitalista, dando empleo a quienes las empresas excluyen. Y creerán que, al final del camino, podría configurarse un país más justo e inclusivo, con pleno empleo, sin patrones, ni explotación, mediante la expansión de la Economía Popular hasta erradicar a la última multinacional y otros grupos concentrados. Pero sin aclarar quién aportará los recursos para mantener al Estado, ni a los actores de la Economía Popular, en ausencia de empresarios particulares.

Este razonamiento, digno de Tomás Moro y su isla del rey Utopo, en la Argentina no puede tomarse en broma, ya que uno de los dirigentes más relevantes de la economía popular, Juan Grabois, declaró respecto del campo, principal aportante de recursos al Estado, que se debe barrer definitivamente a ese “sector de parásitos”, en tanto que Oscar Parrilli, senador y alter ego de Cristina Kirchner, también culpó al campo por haberse enriquecido, fugado dinero y ser culpable de la crisis que vivimos.

Lic. Eduardo Fontenla:

Sin respuesta ni propuesta al problema de fondo, se detiene en descalificar a dirigentes políticos y sociales y a quienes creen en lo que interpreta como una utopía y nos deja esperando a que se produzca el crecimiento por inversión capitalista y su derrame.

La Nación:

El Estado puede subsidiar en forma temporaria a quienes se encuentran desempleados, mediante distintos formatos y por tiempo limitado. Pensar que un país pueda dar empleo y sostener sus gastos gracias a organizaciones sociales que no son sustentables sin subsidios es creer que una persona puede volar, levantándose por sus talones. Un camino peligroso que solo puede destruir al sector productivo en aras de una fantasía socialista, como tantas otras ya experimentadas desde tiempo inmemorial.

Lic. Eduardo Fontenla:

Cerramos esta réplica diciendo con responsabilidad que la Economía Popular Social, el Sector Cooperativo y el Sector Mutual son construcciones colectivas, abiertas, democráticas, participativas y contributivas de la Paz y no es un camino peligroso como lo expresa la editorial de “La Nación” del 15 de marzo de 2020.

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Diario La Nación
Diario La Nación
Lic. Eduardo Fontenla con Ing. Mario Cafiero

OTRO MUNDO ES POSIBLE Y NECESARIO

Noticias Cooperativas

OTRO MUNDO ES POSIBLE Y NECESARIO

Por Edgardo Form
Presidente del IMFC
Vicepresidente de Cooperar

La Alianza Cooperativa Internacional -ACI y el Instituto Europeo de Investigación sobre Empresas Cooperativas y Sociales- Euricse- da información sobre las organizaciones cooperativas y mutuales más grandes del mundo y de las 300 que monitorea hay algunas que son argentinas. Según datos de la ACI hay 1.200 millones de personas que integran cooperativas en todo el mundo. Representan la sexta potencia mundial desde el punto de vista del volumen económico, de las prestaciones y de su giro comercial.

En nuestro país hay 7 millones de compatriotas que tienen energía eléctrica provista por cooperativas, qué si bien no la generan, son distribuidoras y están en muchos lugares donde el Estado oportunamente no ha podido llegar y donde la empresa privada lucrativa no consideraba que sería un negocio interesante para ellas instalar una provisión de electricidad. También brindan a la población una multiplicidad de servicios.

Las cooperativas no persiguen fines de lucro, sino que tienen propósitos de servicios, los asociados que constituyen la cooperativa se organizan solidariamente para proveerse de determinados servicios que van al encuentro de diversas necesidades, económicas sociales, o culturales. Para ciertos sectores de la economía concentrada las cooperativas son una presencia preocupante porque entre otras cosas muestran que es posible organizar la economía al servicio de sus asociados y de la comunidad.

En la Argentina tenemos la característica de contar con un sistema cooperativo que abarca todas las ramas de la actividad económica;las cooperativas de servicios públicos se han convertido en multiservicios, brindan telefonía fija y rural, salud, seguros, de vivienda, de trabajo y más recientes se constituyeron las cooperativas sociales, ya que hay necesidades que el Estado no cubre en relación a los adultos mayores o a las personas con necesidades especiales.

Concentración de riqueza

En el mundo una institución no gubernamental Oxfam -Oxford Committee for Famine Relief, muy conocida por su trabajo de ayuda al Tercer Mundo y su intento de promocionar el uso de tecnología básica y de los recursos locales renovables- afirma que solo 26 personas concentran la riqueza de media humanidad, hace un tiempo eran 300 personas, cada vez la riqueza está en menos manos y por otra parte miles de millones de seres humanos todos los días se van a dormir con hambre según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO;  en la Argentina hay niños y adultos que padecen hambre cuando tenemos un país con la capacidad de producir alimentos para 400 millones de personas. Algo esta mal.

En la ciudad de Asís de Italia el Papa Francisco convocó en marzo de 2020 a estudiantes para analizar la otra economía; no la que mata que es el neo liberalismo, sino la que incluye, celebra el trabajo decente y da respuestas satisfactorias a las necesidades de todos los seres humanos.

Es un gran desafío y el cooperativismo aparece como una gran alternativa para dar servicios esenciales a la comunidad que no tienen que estar concebidos como empresas lucrativas, por ejemplo, la provisión de agua corriente, o de electricidad, que hoy en día no es un lujo, estamos hablando de derechos humanos que todos los habitantes deberían tener para su bienestar y para vivir con dignidad.

Motores de la Economía

El Estado

El Estado es uno de los motores de la economía y es importante que a través de regulaciones y manteniendo la propiedad de determinadas áreas que no pueden dejarse al interés del mercado que procura la máxima ganancia y no el servicio. Un hospital público no es para obtener ganancias, sino para atender la salud.

Actividad empresarial lucrativa

Un segundo motor son las pequeñas y medianas empresas y las otras de más envergadura que generan bienes y servicios, puestos de trabajo, que ocupan un lugar importante y deben seguir ocupándolo.

Economía Social y Solidaria

Es el tercer motor de la Economía. Ahora representa el 10 % del P.B.I., una aspiración es poder crecer y representar el 12, el 15 o el 20% del P.B.I., tendiendo a que un tercio de la economía esté en manos de nuestras organizaciones empresarias.

Futuro del Trabajo

En el 2019, se conmemoró el centenario de la Organización Mundial del Trabajo-OIT- y se trató en forma conjunta con la Alianza Cooperativa Internacional el futuro del trabajo.

Se dijo categóricamente que muy pronto el trabajo no va a ser como lo conocemos ya que la tecnología modifica sustancialmente la característica del empleo. Hoy con una computadora y un conocimiento determinado se puede trabajar en la casa.

Los que dominan las tecnologías de la comunicación son los profesionales más demandados, en un momento pueden trabajar en la Argentina, luego una multinacional los contrata y se van a Europa y así como ocurrió  en la Revolución Industrial, no se trata de destruir las máquinas para resguardar el empleo de los trabajadores, sino buscar y encontrar caminos alternativos para que en ese futuro no demasiado distante se pueda garantizar el trabajo con forma o figuras distintas, pero asegurando lo esencial que es la dignidad del trabajador y de la trabajadora.

En ese camino aparece la figura cooperativa, por eso hablamos de un tercer motor de la economía que no tiene como finalidad el lucro sino dar servicios a través de expresiones empresarias solidarias para garantizar la respuesta oportuna a un sinnúmero de necesidades y principalmente resguardar la dignidad del trabajo.

 En La OIT y La ACI se está trabajando para que el futuro no nos sorprenda, tener respuestas adecuadas y responder adecuadamente a los requerimientos.

Integración cooperativa

En este momento hay un gran esfuerzo para reconstituir cooperativas de vivienda para hacer frente al déficit habitacional; no hablamos de tener un techo sino de proveer a millones de compatriotas una vivienda digna. Esto se está impulsando y esperamos que pueda tener resultados satisfactorios. También se trabaja en las necesidades insatisfechas en materia de alimentación.

Por ejemplo, la Cooperativa Obrera como el gran supermercado que es, accede a precios ventajosos en las negociaciones con sus proveedores; pero las cooperativas o mutuales de consumo no pueden negociar de igual modo, entonces la Federación de Cooperativas de Consumo ha creado la Central Virtual de Compras, para que puedan comprar a los mismos precios y las mismas condiciones de pago que la Cooperativa Obrera. Esto es Integración Cooperativa. De este modo se demuestra que es posible organizar la economía de otro modo.

Reclamo por legislación apropiada

 Estamos reclamando que se declare por Ley la no sujeción de las cooperativas al impuesto a las ganancias. Con los cambios de gobierno, cada tanto tenemos un requerimiento al respecto, como ocurrió en el 2017 y 2018, cuando el ejecutivo de entonces envió un Proyecto del Ley al Congreso de la Nación para que se aplicara el Impuesto a las Ganancias a las Cooperativas y Mutuales de Crédito y de Seguros. Por lo tanto, los presidentes de todas las Confederaciones de Cooperativas y de Mutuales recorrieron los despachos de los legisladores para explicar una vez más cual es la naturaleza de nuestras entidades.

Se logró impedir esta medida y también algo que hasta entonces no existía en este sector, que es seguir trabajando juntos en una Mesa Inteconfederal para establecer una agenda parlamentaria que tenga en cuenta al sector.

Colofón

Floreal Gorini, en la inauguración del edificio del Centro Cultural de la Cooperación dijo que “otro mundo es posible si la gente quisiera”.

El camino es dar la batalla cultural y difundir Valores para hacer saber que otro mundo es necesario y también posible.

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LAS COOPERATIVAS SON CAPITAL SOCIAL PARA LA PAZ POSITIVA

Noticias Cooperativas

LAS COOPERATIVAS SON CAPITAL SOCIAL PARA LA PAZ POSITIVA

Dr. Ariel Guarco
Presidente de la Alianza Cooperativa Internacional

Conflictos armados

De acuerdo al Informe Alerta 2019, durante 2018 se registraron 34 conflictos armados, de los cuales 33 seguían vigentes al finalizar el año. Los de mayor gravedad fueron los de Libia, Malí, Región Lago Chad (BokoHaram), Somalía, Sudán del Sur, Afganistán, Irak, Siria y Yemén (al-houthistas).

En Afganistán, las víctimas mortales habrían superado las 43.000; en Yemen, algunas estimaciones hablan de 28.000 fallecidos en 2018 y un acumulado de más de 60.000 desde 2016; en Siria, algunos balances apuntaban a 20.000 víctimas mortales en 2018 y un balance de más de medio millón de fallecidos desde el inicio de la guerra, en 2011.

Un 30% de los conflictos armados experimentaron una escalada de violencia. Fue el caso de Camerún, Malí, Región Sahel Occidental; República Centroafricana (RCA), Colombia, Afganistán, Filipinas, India (Jammu y Cachemira), Israel-Palestina (con las peores cifras desde 2014) y Yemén.

Los conflictos armados continuaron provocando y/o agudizando situaciones de crisis humanitaria. Sobresalieron casos como Yemen (la peor a nivel mundial, con más de 24 millones de personas en necesidad de asistencia), Irak (donde 6,7 millones de personas continuaban necesitando ayuda), Siria (aumentó de 520.000 a 4,2 millones el número de personas necesitadas en las áreas de Idlib y Aleppo), Burundi (3,6 millones de personas) y República Centroafricana (donde 2,9 de los 4,5 millones de habitantes necesitaban ayuda humanitaria).

El desplazamiento forzado es una de las consecuencias más graves de los conflictos armados a nivel global. Hasta finales de 2017, un total de 68,5 millones de personas -2,9 millones más que en el año anterior – se habían visto obligadas a abandonar sus hogares como resultado de situaciones de conflicto, persecución, violencia y/o violaciones a los derechos humanos.

A los 34 conflictos armados, se agregaron 83 escenarios de tensión en 2018. En la zona oeste de la República Democrática del Congo, enfrentamientos entre comunidades bnugu y batende dejaron alrededor de 890 personas muertas y 16.000 desplazadas, la crisis en Sudán desató importantes protestas con un balance de al menos 37 fallecidos, Nicaragua vivió la crisis más grave de las últimas décadas, con un balance de entre 200 y más de 560 víctimas mortales. Producto de sus conflictos internos, Venezuela continuó sufriendo una grave crisis humanitaria.

Datos recientes de la Agencia de Refugiados de la ONU (ACNUR) señalan que los principales conflictos en 2019 han sido Yemen -tras más de cuatro años de guerra se ha convertido en el escenario de la peor hambruna de los últimos 100 años en el mundo y en 2018 hubo 264.300 nuevos desplazados internos-, Irak -en 2018 hubo 1,8 millones, el 53% niños-, Siria -en una de las crisis de refugiados más graves desde la Segunda Guerra Mundial, ocho años después del inicio de los combates hay 6,1 millones de personas desplazadas de sus hogares y 5,6 millones son refugiados en otros países de la región-, Sudán del Sur -desde su independencia en 2011, ha vivido más años en guerra que en paz y hay 4,2 millones de desplazados forzosos de Sudán del Sur que son internos, refugiados y solicitantes de asilo-, Somalía-la guerra interna desatada en los años 90 del siglo pasado se suma a los estragos del cambio climático y está dando como resultado el desplazamiento de más de 2 millones de personas- y Afganistán (más de 5,1 millones de refugiados, desplazados internos o solicitantes de asilo).

Al mapa de los conflictos sistematizados en el Informe Alerta 2019! de la Universitat Autónoma de Barcelona y a la información de ACNUR se agrega todo aquello que el periodismo informa diariamente, con una habitualidad que a menudo nos lleva a naturalizar la violencia.

Violaciones a los derechos humanos

Como argentino, no puedo dejar de mencionar las graves denuncias de violaciones a los derechos humanos registradas en países limítrofes durante el último trimestre de 2019. Específicamente en Chile, el marco de las protestas sociales, y en Bolivia, luego del golpe de Estado.

El mundo está atravesado por la violencia. La pregunta es, ¿qué podemos aportar como movimiento cooperativo? ¿Evitar, mitigar y resolver la violencia es sólo una responsabilidad del campo de la política o tenemos algo que decir y hacer quienes construimos economía desde la solidaridad y la ayuda mutua?

Paz Positiva, Capital Social y Principios Cooperativos

La violencia aturde a los pueblos, anula su potencia creadora, rompe los vínculos sociales y destruye las bases materiales y culturales del desarrollo sostenible. Lo primero es detener la violencia para darle a la Paz todas las oportunidades que necesita.

Esto requiere un compromiso global y activo de toda la comunidad internacional. Los pueblos que sufren la violencia no pueden salir de ella en soledad porque precisamente la violencia está destruyendo los vínculos sociales que la Paz requiere.

Este compromiso global y activo de toda la comunidad global requiere también la participación del movimiento cooperativo. Podemos y debemos hacer nuestro aporte: tres millones de cooperativas del mundo trabajando juntas por la Paz es la utopía que nos convoca.

Paz positiva, Paz negativa

Para esto, debemos comenzar por tener un diagnóstico respecto de la violencia. Desde la Alianza Cooperativa Internacional nos ha parecido muy claro el concepto de la Paz Positiva propuesto por Johan Vincent Galtung hace exactamente 50 años.

Este intelectual noruego, fundador en Oslo del primer instituto de investigación sobre la Paz -el International Peace Research Institute- se ocupó de señalar que más allá de la violencia directa -el conflicto armado- está la violencia estructural o indirecta que descansa en la estructura social y que se manifiesta en desigualdades de poder y de oportunidades.

Si superamos el conflicto armado, habremos alcanzado la Paz negativa, esto es, la Paz entendida como mera ausencia de guerra, o ausencia de violencia directa. Sin embargo, propone Galtung, no alcanzaremos la Paz si no superamos la violencia indirecta. No sólo porque la violencia estructural puede devenir en conflicto armado sino, fundamentalmente, porque la desigualdad es en sí misma violencia. No hay Paz, Paz Positiva, si hay violencia estructural.

Por eso la Paz requiere sociedades con recursos culturales e institucionales para resolver sus desigualdades en forma sostenible. Esto, según nuestro punto de vista, está íntimamente ligado con otro concepto: el capital social.

Desde la perspectiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se entiende como el conjunto de relaciones sociales basadas en la confianza y en los comportamientos de cooperación y reciprocidad. Por lo tanto, es un concepto que nos permite pensar estrategias hacia una Paz Positiva.

Capital Social

La sociedad requiere contar con capital social para resolver los conflictos y construir los consensos necesarios para el desarrollo sostenible. No alcanza con un poder político comprometido con la resolución no violenta de los conflictos.

La capacidad que tiene una sociedad para prevenir la violencia, mitigar sus consecuencias o encarar un proceso de reconstrucción posterior al conflicto está directamente relacionada con la existencia de relaciones sociales basadas en la confianza y en los comportamientos de cooperación y reciprocidad.

No se trata solo de reglas o de recursos. Para movilizar a la sociedad en el sentido de la Paz y el desarrollo son necesarias organizaciones de la sociedad civil con cohesión interna, con vínculos entre ellas basados en la confianza y con capacidad para articularse con el poder político y el poder económico.

Por ello, cualquier política de compromiso con la Paz debe incluir el incremento del Capital Social con que cuenta la sociedad en el ámbito local, regional y global.

En este sentido, las cooperativas contribuyen en forma significativa a la dotación de Capital Social que se requiere para lograr la Paz Positiva. Son la mejor expresión de sociedad civil organizada en base a la cooperación y la reciprocidad, con el agregado de que son organizaciones focalizadas en el desarrollo económico. O sea, operan en forma directa sobre uno de los puntos neurálgicos de la violencia estructural: la desigualdad económica. Por eso, son una formidable herramienta para la promoción del desarrollo orientado a la satisfacción de las necesidades de la comunidad y no a la generación de la renta y la concentración económica.

Principios Cooperativos

Los principios cooperativos, esto es, las prácticas que distinguen a las cooperativas de otro tipo de empresas, son especialmente potentes para enfrentar los desafíos de la Paz Positiva.

El Primer Principio, el de “membresía abierta y voluntaria”, dice que las cooperativas son organizaciones a la que pueden ingresar todas las personas dispuestas a utilizar sus servicios y a aceptar las responsabilidades que conlleva ser miembro, sin discriminación de género, raza, clase social, posición política o religiosa.

Este principio sintetiza gran parte de la potencia de las cooperativas para lograr la Paz Positiva: se trata de empresas orientadas a satisfacer necesidades económicas, sociales o culturales, pero que para hacerlo se organizan en forma abierta, sin ningún tipo de discriminación.

Las personas se unen según sus necesidades, en el marco de organizaciones que no pueden cerrar sus puertas a los que tienen las mismas necesidades, en la medida que asuman también las mismas responsabilidades.

Al trabajar en base a las necesidades y hacerlo en forma abierta, las cooperativas son claramente más eficaces en términos de Paz Positiva que aquellas empresas que trabajan en función del beneficio de una minoría que aporta capital, con una lógica cerrada al interés de esa minoría.

El Segundo Principio Cooperativo es también especialmente potente en términos de Paz Positiva. Las cooperativas son “organizaciones democráticas controladas por sus miembros”, quienes participan activamente en la definición de las políticas y en la toma de decisiones, y donde sus miembros tienen igual derecho de voto. Este principio es extraordinariamente útil para resolver conflictos y para que todos los miembros perciban que las decisiones son legítimas.

Las sociedades que tienen un andamiaje sólido para superar conflictos son aquellas que han acordado el voto igualitario de todos sus miembros adultos, sin proscripciones de ningún tipo, como mecanismo institucional para resolver las diferencias. Cuando esto falla, o cuando no existe, las posibilidades de un conflicto violento están al acecho.

El cooperativismo lleva este mecanismo a la gestión de las empresas. Las cooperativas son un modelo de organización de la sociedad civil capaz de resolver sus conflictos internos en forma legítima, porque lo hacen en forma democrática. Llevan la democracia, mecanismo institucional fundamental para la Paz, al terreno de la economía; esto es, al terreno en donde se generan gran parte de las desigualdades que terminan provocando los conflictos.

Sintetizando, trabajar por la Paz Positiva requiere un esfuerzo global de toda la comunidad internacional que incluya al fortalecimiento del capital social en cada comunidad. Esto implica, desde nuestro lugar, pensar un Programa de Acción Cooperativa que movilice nuestro Capital Social a favor de la Paz.

Antes de eso, los invito a que revisemos la experiencia concreta del cooperativismo en la prevención, mitigación y reconstrucción después del conflicto.

Cooperativas en acción para la Paz

En un reciente trabajo de investigación de Cooperativas de Europa – regional de la Alianza Cooperativa Internacional- financiado por la Unión Europea en el  marco de un convenio ACI-UE, se analizaron 33 experiencias cooperativas que han estado directamente vinculadas a la resolución de situaciones de conflictos violentos.

Ruanda: En sólo tres meses de 1994, este país experimentó uno de los genocidios más brutales de la historia reciente. Se estima que aproximadamente un millón de personas fueron asesinadas por amigos, vecinos e incluso familiares. El conflicto creó una profunda división entre los sobrevivientes, los perpetradores y sus familias. En respuesta a esto, el gobierno creó la Comisión Nacional de Unidad y Reconciliación -NURC, por sus siglas en inglés-, que coordinaba un sistema compuesto por tribunales de justicia tradicionales -Gacaca-, campamentos de solidaridad -Ingando- y mediadores comunitarios -Abunzi-. El objetivo era acelerar los procedimientos judiciales, para establecer la verdad y eliminar la cultura de impunidad, y promover la reconciliación y la unidad de todos los ruandeses.

Pese a que el genocidio había destruido el cooperativismo preexistente, a partir de 2005 fue promocionado por el gobierno para contribuir a la erradicación de la pobreza, lo que ha resultado en que las cooperativas hoy están liderando la generación de empleo en ese país.

Entre estas, tres fueron incluidas en el estudio que estamos comentando: Cooperativa Buranga, CoopCVK y Cooperativa Ineza-que en lengua kinyarwanda significa amabilidad y esperanza-.

Todas ellas son cooperativas que asumieron el desafío de implementar actividades productivas para generar ingresos a sus asociados, pero con el enorme desafío de integrar tanto a familiares de las víctimas del genocidio como a familiares de los perpetradores.

Son experiencias que demuestran en forma impactante la potencia del principio de puertas abiertas en la construcción de Paz Positiva.

Como es natural, el objetivo explícito de estas cooperativas no era la Paz ni la reconciliación. Los miembros se acercaron buscando trabajo e ingresos para sus familias. Pero al ponerse a trabajar en conjunto, con reglas de juego claras, con tolerancia cero a cualquier tipo de discriminación étnica y con servicios de acompañamiento para la resolución de conflictos, estas personas pudieron reconstruir lazos sociales que habían sido despedazados durante el genocidio.

Los testimonios recogidos son muy conmovedores. Un miembro de Ineza contó: “Al principio estaba traumatizado, perdí a mis cinco hijos, fue difícil lidiar con eso. Fueron brutalmente asesinados con machetes por vecinos y amigos en quienes confiaba. En los primeros días estuve físicamente aquí, pero mi mente no podía comprender lo que había sucedido, era como si me hubiesen matado junto a ellos. Pero con el tiempo aprendí a abrir y compartir. La cooperativa contribuyó a reconstruir mi personalidad, ahora me siento bien. No he olvidado todo lo que me sucedió a mí y a mi familia, pero poco a poco estoy aprendiendo a vivir de nuevo”.

Como empresas centradas en las personas y gestionadas democráticamente, las cooperativas han favorecido un mayor nivel de intercambio y de comunicación entre sus miembros para administrar su negocio, brindando así un espacio seguro para superar el genocidio. En palabras del gerente de CoopSVK: “Estamos demasiado ocupados con la actividad de la cooperativa como para tener tiempo para alimentar malos pensamientos y perturbar la paz”.

Estas relaciones construidas desde el trabajo en común, en una empresa autogestionada, fueron superando el objetivo primario de lograr un ingreso económico para construir verdaderos lazos sociales a través de los cuales reconciliar a los ruandeses. Una socia de la Cooperativa de Buranga, integrada por mujeres mayoritariamente violadas durante del genocidio, muchas de ellas con VIH, resumió: “Si una miembro de la cooperativa está enferma, la visitaremos y la apoyaremos. Somos una familia. La cooperativa ha ayudado a unirnos, sin importar si somos sobrevivientes, perpetradores o si huimos del país y luego regresamos”.

Bosnia y Herzegovina: Tras el desmembramiento de Yugoslavia en los años 90, Bosnia y Herzegovina cayó en una situación de tensiones exacerbadas entre varios grupos étnicos, lo que resultó en una guerra civil que duró más de tres años (1992/95). En la masacre de Srebrenica, en julio de 1995, más de 8000 musulmanes fueron asesinados por tropas serbias de Bosnia, en un acto reconocido en 2007 como delito de lesa humanidad y genocidio por la Corte Internacional de Justicia de La Haya. La sociedad sufrió una enorme fragmentación, un gran número de personas quedaron desplazadas y la economía fue destruida.

El área de Doboj, en el Cantón de Zenica-Doboj, fue un territorio muy afectado por la guerra. Allí se adoptó, como camino a la integración social y el desarrollo, la promoción de cooperativas agroalimentarias multiétnicas, con el objetivo inicial de crear espacios para el intercambio y la cooperación entre miembros de las cooperativas pertenecientes a distintos grupos étnicos.

Fue parte de un trabajo integral, que incluyó desde el microcrédito para apoyar a la actividad agropecuaria hasta la organización de consorcios de distintas cooperativas del territorio para los temas de comercialización.

Como señala el estudio, el principal éxito del proyecto fue crear un proceso flexible y progresivo para la formación de cooperativas, de modo que algunos agricultores más orientados a los negocios pudieran unirse de inmediato, mientras que otros pudieran seguir siendo miembros de otras asociaciones de menor compromiso empresarial.

Otra experiencia en Bosnia y Herzegovina es la Cooperativa Agrícola Insieme, fundada en 2003 en Batrunac, a sólo diez kilómetros de Srebrenica. La cooperativa, a partir de las frutas cosechadas por sus asociados, produce mermeladas y jaleas llamadas Frutti di Pace -Frutos de Paz-. Está integrada mayoritariamente por mujeres. “Los horrores como la violación étnica hacen importante que este sea un proyecto casi exclusivamente femenino”, dijo una de sus asociadas.

Da trabajo a 500 familias dedicadas a la producción y procesamiento de frutas del bosque, convirtiendo a Bratunac en el área con el mayor retorno de refugiados en Bosnia después de la guerra (aproximadamente el 30%), a partir de un modelo en donde todos trabajan juntos, sin distinción de etnia o religión, sin preguntar si se es musulmán, ortodoxo, bosnio, serbio-bosnio o croata-bosnio.

Colombia: El conflicto armado en Colombia comenzó en los años 60. Sólo entre 1958 y 2012 tuvo 8,5 millones de víctimas, incluyendo 270 mil muertos y 170 mil desaparecidos. En el acuerdo firmado en 2016 por el Presidente de la República y el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo -FARC-EP- se especificó que el gobierno iba a implementar un Plan Nacional de Economía Cooperativa y Social.

La Confederación Cooperativa -Confecoop-, con la cooperación de Coopermondo (Italia), desarrolló el programa Agricoop Colombia, el modelo cooperativo italiano para la inclusión social en los años 2015/2016.

El proyecto permitió crear una red de productores en la región de Cauca, que involucró inicialmente a 34 organizaciones agrícolas y benefició indirectamente a 6000 personas. Uno de los principales resultados ha sido crear relaciones de confianza entre las personas que viven en una de las regiones más peligrosas y con mayor presencia del narcotráfico de Colombia .

Guatemala: La guerra civil en este país centroamericano se desarrolló entre 1960 y 1996, con un estimado de 200 mil muertos o desaparecidos durante y un legado caracterizado como “sociedad del miedo”. Muchos asesinatos y desapariciones nunca han sido documentados.

En ese contexto, en 2006 se constituyó la Federación Comercializadora de Café Especial de Guatemala para integrar cooperativas de pequeños productores de las tierras altas occidentales, incluyendo Chimaltenango, Huehuetenango, Quiché, Sololá, San Marcos y Quetzaltenango. Representa a aproximadamente a 2000 productores, el 70% de los cuales dependen de su producción agrícola para subsistir.

La Federación, que fue también una respuesta a la crisis del 2001/2002 en la industria del café, ha logrado dar estabilidad al precio al productor, evitando intermediarios y logrando una certificación de calidad para acceder a los mercados más especializados. De esta manera las comunidades accedieron a mejores oportunidades de desarrollo sostenible y se consolidó la inclusión social de la población afectada por la guerra civil.

El Salvador: Vecino suroriental de Guatemala, este país también sufrió una cruenta guerra civil que dejó como resultado más de 75 mil muertos y una gran polarización de la sociedad. Iniciada en 1980, se dio por finalizada en enero de 1992 con el Acuerdo de Paz entre el gobierno salvadoreño y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional -FMLN-.

Uno de los departamentos más afectados en esos años de conflicto fue Morazán, donde está la Cooperativa San Carlos Dos, constituida en 1980 al calor del proceso de Reforma Agraria. Lo que más destaca el estudio de Cooperativas de Europa es la resiliencia de esta experiencia para superar las dificultades del conflicto armado.

La cooperativa nació durante el conflicto y subsistió a pesar de sufrir daños significativos en ese período. En agosto de 1985, el Ejército incendió toda su infraestructura, destruyó el sistema distribución del agua, almacenes, básculas para los camiones, etc. La cooperativa ha sido fundamental para reconstruir la paz en el área, generando empleos, mejorando infraestructura y equipamiento, incorporando a jóvenes y mujeres. La naturaleza cooperativa de la estructura organizativa le ha permitido sobrevivir donde otros habrían fracasado.

Uganda: La ONU estima en un millón y medio a los desplazados internos en Uganda, producto del conflicto armado que ha castigado a esta nación africana desde los años 80. Para superar este flagelo, fue muy importante el trabajo de Uganda Cooperative Alliance para promover entre los desplazados la organización de cooperativas agropecuarias de primer y segundo grado, a partir del trabajo con las escuelas comunitarias. El enfoque cooperativo ha sido un factor clave para mejorar la estabilidad y el empoderamiento económico de las comunidades cuyo desarrollo fue interrumpido por el conflicto.

Otras iniciativas

El trabajo que estamos comentando recorre muchas otras experiencias significativas, como por ejemplo el Proyecto Aamal, del que participa la italiana Legacoop, para dar respuestas a los refugiados sirios y palestinos en el Líbano y en Jordania. A partir de un sistema de padrinazgos cooperativos para la innovación social, se trabaja en forma conjunta con personas refugiadas e integrantes de las comunidades de acogida. El proyecto RevoluSolar es impulsado en Brasil por Rescoop, la mayor organización de energía renovable en Europa. En este caso, la organización comunitaria en una favela de Río de Janeiro para la producción de energía renovable ha sabido construir lazos de integración y de diálogo entre los habitantes de un espacio social atravesado por conflictos de todo tipo.

El trabajo destaca también iniciativas en Irán, Palestina y Siria. Son todas experiencias que nos dejan profundas enseñanzas sobre la construcción de capital social para la Paz Positiva en clave cooperativa.

Las enseñanzas de la cooperación internacional del cooperativismo por la Paz

En todas estas experiencias está implicada la cooperación internacional de distintas organizaciones del cooperativismo vinculadas a la Plataforma para el Desarrollo de Cooperativas de Europa: BelgianRaiffeisenFoundation-vinculada a la banca cooperativa belga-; UK Co-operativeCollege, Coopermondo-brazo para la cooperación internacional de Confcooperative; la Confederación de Cooperativas Italianas-; DGRV -German Cooperative and RaiffeisenConfederation-, Euro Coop-organización de cúpula de las cooperativas de consumo europeas-:Kooperationen-la organización nacional del cooperativismo danés-:Legacoop-Lega NazionaledelleCooperativeeMutue, organización del cooperativismo y el mutualismo italiano-;REScoop-una red de cooperativas europeas para la democracia energética-, WeEffect-antes Centro Cooperativo Sueco, organismo de cooperación internacional del cooperativismo sueco-.

De estas iniciativas destacamos dos aspectos. En primer lugar, el papel importante que puede jugar el movimiento cooperativo en el campo de la cooperación internacional. En el mundo existen grandes organizaciones cooperativas, que cuentan con recursos humanos y financieros para poder protagonizar acciones de cooperación internacional, pero que además lo hacen como consecuencia lógica de su compromiso con la democracia y la inclusión social.

No se trata de corporaciones que buscan mejorar su imagen mientras trabajan para la concentración económica. Se trata de organizaciones que trabajan por la democracia económica y la integración social y, como consecuencia lógica de estos compromisos, extienden sus iniciativas al campo internacional.

Las moviliza la convicción de que no es posible satisfacer las necesidades y aspiraciones de sus asociados en un mundo atravesado por conflictos que, finalmente, terminan impactando en el futuro de todos. Los conflictos originados en migraciones forzadas por la crisis económica y la desigualdad son la mejor lección de que no es posible el desarrollo sostenible sin responsabilidad global.

El cooperativismo está mostrando un camino alternativo frente a la política de los muros y de la xenofobia que sostienen muchos líderes en los países centrales: el camino de la cooperación para dotar a los pueblos de suficiente capital social para resolver con equidad y democracia el desafío del desarrollo sostenible e inclusivo.

El otro aprendizaje, junto con la potencialidad del movimiento cooperativo en el ámbito de la cooperación internacional, es la fuerza del modelo cooperativo para construir Paz Positiva.

A partir de las experiencias que hemos recogido del informe de CoopsEurope, el vicepresidente del Comité para el Desarrollo del Parlamento Europeo, SteliosKouloglou, manifestó: “Las nuevas ideas y prácticas innovadoras de la comunidad discutidas aquí dan un respiro de un discurso tradicional sobre la construcción de la Paz y son un paso positivo para abordar los desafíos estructurales persistentes e interconectados que enfrentan las comunidades. Los actores políticos e institucionales necesitan alianzas constructivas con aquellos en el terreno, y el papel de estas alianzas será de particular relevancia para los tomadores de decisiones, quienes pueden considerar el desarrollo cooperativo internacional como una estrategia adicional para la construcción de la Paz”.

Rol del Cooperativismo:

Esta poderosa visión del rol del cooperativismo para la Paz reposa en cuatro contribuciones fundamentales:

Democracia, participación y autonomía

La naturaleza participativa y democrática de las cooperativas brinda, a las comunidades traumatizadas, conocimientos valiosos y herramientas poderosas para el proceso de reconciliación. Son efectivas para generar confianza debido a su enfoque de inclusión, fundado en el diálogo de los ciudadanos y las comunidades de base.

Debido a su estructura y organización resilientes, están capacitadas para crear nuevas oportunidades para la coexistencia. Al construirse a partir de las necesidades comunes y trabajar en función de decisiones compartidas, las cooperativas orientan a sus miembros hacia el entendimiento mutuo y la aceptación de las diferencias.

Por otro lado, contribuyen a democratizar el acceso a los derechos de grupos desfavorecidos y mejoran la autonomía local, regional y nacional.

Asistencia humanitaria orientada al desarrollo

Las cooperativas pueden contribuir a paliar las necesidades humanitarias durante los conflictos abiertos, pero imprimiendo a ello una visión de desarrollo, de integración comunitaria, que luego facilitará el tránsito por las etapas de mitigación y reconciliación postconflicto, a partir de una lógica que articula ayuda con rehabilitación y desarrollo.

Educación y el entrenamiento

Al capacitar a la comunidad sobre la importancia de preservar la paz y fomentar la reconciliación, las cooperativas pueden participar activamente en la creación de un entorno que evite la intolerancia y favorezca la mediación y el compromiso con el otro. El efecto demostrativo de que es posible enfrentar las necesidades a partir de un modelo de cooperación y no de competencia de unos contra otros resulta poderoso cuando se traduce en nuevas capacidades individuales y colectivas para enfrentar cada uno de los desafíos que enfrenta la sociedad.

Trabajo decente y autogestión

Las cooperativas pueden ser un camino exitoso para superar la pobreza y los conflictos. A través de la generación de trabajo decente se transforman en espacios de inclusión y de oportunidades de desarrollo. Resultan verdaderos espacios de curación, porque restauran la vida de sus miembros, recrean un propósito común, forman en la autonomía personal y la autogestión participativa.

Como escuelas para la democracia, las cooperativas superan en forma constructiva las desigualdades al tiempo que brindan oportunidades a las personas vulnerables al permitirles el acceso a recursos que son comunes.

Un movimiento de Paz, desde las raíces de su historia

La ACI tiene un largo historial de compromiso con la Paz. Por algo es una de las pocas, sino la única, organización internacional que supo sobrevivir a dos guerras mundiales jerarquizando los espacios de diálogo por sobre los conflictos.

En 1913, durante los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial, el Congreso de la ACI, reunido en Glasgow, expresó que “el motivo de la continuación del armamentismo y la posibilidad de conflictos internacionales desaparecerán cuando la vida económica y social de cada nación llegue a organizarse de acuerdo con los Principios Cooperativos” y concluyó diciendo “que el progreso de la cooperación es, por consiguiente, una de las más valiosas garantías para la paz mundial”.

En julio de 1944, finalizando la Segunda Guerra Mundial, la ACI hizo pública una nueva declaración en la que afirmaba que los principios de la cooperación “constituyen el terreno ideal para la colaboración y entendimiento entre los hombres y las naciones” y comprometía sus esfuerzos “para que sean incluidos en los próximos tratados de Paz, a fin de entrar así en una nueva era de progreso humano, mediante la Cooperación Internacional”.

Dos guerras mundiales no nos habían hecho cambiar nuestras convicciones. La Paz sólo podía ser resultado de la justicia social. El camino era, y sigue siendo, la cooperación.

Esta convicción ha estado presente en toda la historia del cooperativismo global. Fundamentalmente, durante los principales conflictos bélicos.

La primera resolución explícita de la ACI sobre la Paz data de 1901, aprobada en el Congreso de Manchester, dedicado a la paz social y a la paz internacional.

Allí se tomó la decisión de asociarse a la Oficina Internacional de la Paz, fundada en 1891 y una de las impulsoras de la Sociedad de las Naciones que en 1910 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Allí estuvimos los cooperativistas.

Dos años después vino la citada resolución del Congreso en 1913, cuando las enormes desigualdades sociales y conflictos por la hegemonía económica anunciaban el peor de los escenarios.

En julio de 1939, en ocasión del Día Internacional del Cooperativismo, con Hitler ya en Checoslovaquia y preparando la invasión a Polonia, la ACI hizo pública su declaración “La paz, la libertad y la cooperación son indivisibles” en la que afirmaba su convicción de que “el sistema económico cooperativo y su ideal social representan el fundamento futuro de la civilización y la más segura garantía de la paz”.

Dos años después, en julio de 1941, con Rusia resistiendo la invasión nazi, desde la Alianza se incitó “a mantener en alto la bandera del arco iris, que es un símbolo de paz por la cooperación, y a estar dispuestos inmediatamente después de la guerra para colaborar con la Alianza, plenos de fuerza, en la gigantesca tarea a la cual deberá ella hacer frente”. Mientras, se reclamaba un lugar “en las deliberaciones para la restauración de la paz y la reconstrucción económica y social después de la guerra”.

Un año más tarde, el 4 de julio de 1942, con los primeros bombardeos norteamericanos en suelo europeo, la ACI reiteró la demanda de que se acuerde la “participación indispensable para restablecer la paz de los pueblos y el planteamiento de un nuevo mundo en el cual todas las naciones y razas deberán colaborar con espíritu de solidaridad y libertad”.

En julio del 1943, con los aliados avanzando en Italia, la ACI reafirmó su convicción de que “la cooperación internacional es el único fundamento para establecer una nueva organización del mundo” y propuso “prepararse enérgicamente a tomar parte en la restauración de la vida nacional e internacional después de la guerra”, además de “alcanzar el mayor grado de unidad en el seno de las diferentes secciones del movimiento y entre estas y una amplia apreciación y aceptación de la responsabilidad individual de parte de sus miembros”.

Desde este firme compromiso cooperativo con la Paz, la ACI acompañó todo el proceso de constitución de la Organización de Naciones Unidas, que nació en 1945 con el propósito de mantener la paz y la seguridad internacionales, fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos y realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos.

Este fuerte compromiso con la Paz –aprendido sobre los cadáveres de millones y la ruina de gran parte de las sociedades– que firmaron las naciones del mundo expresamente se traducía en un compromiso con la cooperación internacional para hacerse cargo del desarrollo de los derechos humanos. Tal era el programa reclamado por la ACI.

Por eso, poco después de la creación de la ONU, la Alianza Cooperativa Internacional fue unas de las primeras en ser admitida con estatus consultivo en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas.

La declaración de Kigali

Esta visión de que la solidaridad y la cooperación deben ser los fundamentos de la Paz continuó siendo central durante toda la historia de la ACI. En el marco de la última Asamblea Mundial, realizada en octubre de 2019, en Kigali, Ruanda, los cooperativistas recordamos los importantes pronunciamientos de presidentes emblemáticos de la Alianza que sostuvieron esta visión.

Ivano Barberini, en 2007, afirmó que “la Paz significa mucho más que la mera ausencia de conflictos armados y es mucho más compleja que la guerra, porque se basa en un orden social considerado justo por la mayoría de la gente”. Añadió que educar para la Paz “significa proporcionar espacio para proyectos locales, valorar y fortalecer las experiencias en todos los rincones del planeta y ayudar a aquellos que tratan de tomar el control de su propio futuro. Conciliar las micro y macrodimensiones, y la teoría con la práctica, es importante para no perder de vista el objetivo de hacer de la Paz y la cooperación entre las personas una alternativa posible y viable”.

Roberto Rodrigues, primer presidente latinoamericano de la ACI, promovió que el cooperativismo fuese reconocido con el Premio Nobel de la Paz. Siempre tuvo una visión clara sobre los riesgos que la desigualdad implican para la Paz: “La concentración y la exclusión generan infelicidad, de esta manera destruyen la democracia, por eso la paz y la democracia están amenazadas. Por eso las cooperativas y el movimiento cooperativista tienen, en este momento de la historia del mundo, la responsabilidad de preservar la Paz y la democracia, evitando la concentración de la riqueza”.

A partir de todos estos antecedentes, la Asamblea de la Alianza Cooperativa Internacional, reunida en Ruanda, precisamente un país que había sido devastado por la violencia y que hoy es ejemplo de la potencialidad del cooperativismo como herramienta para la Paz y el desarrollo inclusivo, aprobó la siguiente declaración:

“El movimiento cooperativo, con sus cooperativas, cooperativistas, organizaciones de apoyo y representativas, más allá de las creencias y las tradiciones políticas, ha mantenido como objetivo desde sus orígenes su compromiso con la Paz Positiva y tiene la intención de construir una sociedad basada en los valores de la democracia, la igualdad, la solidaridad, la participación y la preocupación por la comunidad. Los conflictos derivan de las necesidades y aspiraciones humanas no cubiertas, y, por su parte, las cooperativas tienen la misión de dar respuesta a las necesidades y aspiraciones humanas, incluidas las aspiraciones a un futuro mejor, más inclusivo, más sostenible, más participativo y más próspero para todos.

Hoy en día, las cooperativas se reconocen por su papel tras periodos de crisis, se trate de crisis económicas o financieras, desastres naturales o conflictos violentos. No obstante, las cooperativas hacen mucho más por la Paz Positiva: crean empleos y empresas arraigadas en los territorios, dinámicas y duraderas; proporcionan viviendas accesibles y acceso al crédito y al ahorro, a seguros y a los mercados; garantizan la supervivencia, la recuperación, la prosperidad y la preparación de los sustentos individuales y familiares y de las comunidades locales, ya sea en el mar, en la costa, en las montañas, en zonas urbanas o rurales; responden adecuadamente a las necesidades sociales en materia de atención, educación, salud y preocupaciones sobre la sostenibilidad energética y modalidades de consumo, producción y distribución. Las cooperativas ofrecen nuevas oportunidades y opciones a largo plazo para crear riqueza y capital que no son puramente financieras ni están restringidas a un número reducido de personas.

El movimiento cooperativo se esfuerza por encontrar formas equitativas y justas de resolver problemas de manera sostenible y democrática, contribuyendo así a evitar la violencia y el odio. La educación de todos los miembros para que participen de manera plena, voluntaria y respetuosa en sus cooperativas y comunidades es parte esencial de una cultura de paz.

Las cooperativas son parte activa de una cultura de y para la Paz.

Las cooperativas construyen un futuro para que las personas se lo apropien y lo dirijan a largo plazo. El emprendimiento cooperativo permite el potencial de la acción colectiva para resolver problemas comunes; una economía inclusiva para el desarrollo sostenible –basada en valores sociales y solidarios–, lo que implica el empoderamiento continuo de las mujeres, los jóvenes y las poblaciones vulnerables; y la cooperación más allá del movimiento cooperativo. De este modo, las cooperativas se comprometen con la paz positiva como un camino que promueve la igualdad y la empatía, la inclusión y la oportunidad de un trabajo digno, de emprendimiento y de desarrollo.

La Alianza Cooperativa Internacional (ACI), como expresión internacional organizada del movimiento cooperativo, puede demostrar ampliamente sus contribuciones a la Paz Positiva a lo largo de sus 125 años de existencia, durante los cuales ha puesto en práctica la identidad cooperativa y ha promovido activamente la paz positiva. Hacemos un llamamiento para que se mantenga y profundice nuestro compromiso con la paz positiva y solicitamos a todos nuestros miembros que fortalezcan su acción para construir una Paz Positiva basada en nuestro Programa de Acción Cooperativa para la Paz Positiva.”

Hacia un Programa de Acción Cooperativa para la Paz Positiva

 

Mientras el mundo está atravesado por la violencia, somos testigos de una comunidad internacional demasiado proclive a pensar en términos de muros, de guerras comerciales y de las otras, de miedo frente al otro que nos invade. La catástrofe humanitaria provocada por las migraciones forzadas es quizás el aspecto más visible de esta deshumanización de las relaciones internacionales.

Frente a esto, Naciones Unidas acaba de reconocer el aporte de las cooperativas. En su último informe Las cooperativas y el desarrollo social, de julio de 2019, el Secretario General de Naciones Unidas, expresó:

“El mundo se enfrenta actualmente a la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, ya que las personas huyen de la guerra, la pobreza, la desigualdad social y los efectos del cambio climático. Se espera que esas presiones continúen desarraigando a las personas de sus hogares. Las empresas cooperativas desempeñan un papel cada vez mayor en las estrategias de respuesta para los refugiados. Los países de acogida utilizan ahora la vivienda, la integración laboral, la alfabetización, la capacitación y otros servicios sociales cooperativos para integrar a los refugiados. Con la ayuda de las organizaciones de ayuda al refugiado, se han creado cooperativas de refugiados en los campamentos de refugiados para generar empleo e ingresos. Los refugiados también se han convertido en miembros de las cooperativas de los países de acogida y han utilizado los conocimientos y la experiencia adquiridos para reconstruir sus propias comunidades tras su regreso a sus países de origen. En Bosnia y Herzegovina, El Salvador, Guatemala, el Líbano, Mozambique, Nepal, Ruanda, Sri Lanka y Timor-Leste, las cooperativas han desempeñado un papel fundamental en la reconstrucción después de los conflictos al crear puestos de trabajo para las minorías que regresen y los excombatientes, reconstruir viviendas y empresas, dar a los refugiados y los desplazados internos acceso a los mercados y facilitar la reconciliación y la consolidación de la paz.”

Este enorme reconocimiento de la ONU al aporte cooperativo frente a la crisis de los refugiados y en la reconstrucción después de los conflictos debe traducirse en dos hechos principales.

En primer lugar, en una mayor promoción del modelo cooperativo como herramienta de mitigación y de reconstrucción luego de los conflictos. Los ejemplos que hemos presentado aquí son claros. Del conflicto no se sale compitiendo, se sale cooperando.

En segundo lugar, en un mayor reconocimiento de que, más allá de las situaciones de violencia directa, el principal aporte del movimiento cooperativo es en capital social para superar la violencia estructural. El cooperativismo es un constructor de Paz Positiva y allí debe estar la mirada de largo plazo de la comunidad y los gobiernos.

Esto no será espontáneo. Hay una permanente disociación entre las políticas para el desarrollo económico y las políticas para evitar, mitigar o superar los conflictos. Para muchos el desarrollo económico es un tema de las empresas y los conflictos sociales deben ser resueltos por los gobiernos.

Para nosotros, los modelos de negocios sostenidos en el individualismo, centrados en el exclusivo interés del capital, son el principal abono para el estallido de la violencia, que es hija de la desigualdad y la exclusión.

Si el objetivo es la Paz, lo primero es debatir cuáles son los caminos que elegiremos para promover el desarrollo. Y si debatimos sobre el desarrollo, un punto central es cuáles son los modelos empresarios que van a liderar este desarrollo.

La Paz no es producto de cualquier modelo de desarrollo, ni el desarrollo sostenible puede ser resultado de cualquier modelo empresarial.

Es necesario el reconocimiento de la eficacia superior de los modelos cooperativos en términos de Paz y de desarrollo sostenible, por sobre los modelos centrados en la competencia y la maximización de beneficios exclusivamente financieros.

Por último, si este reconocimiento al cooperativismo como constructor de capital social para la Paz no será espontáneo, entonces es necesario un programa. Un Programa de Acción Cooperativa para la Paz Positiva, que es lo que resolvió la Asamblea de Kigali.

Propuesta para el debate de algunos ejes que debería incluir este programa.

La Paz Cooperativa como Valor:

De acuerdo con la declaración de Identidad Cooperativa, aprobada en Manchester en 1995, “las cooperativas se basan en los valores de ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad. Siguiendo la tradición de sus fundadores sus miembros creen en los valores éticos de honestidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por los demás”.

Nosotros creemos que la Paz debe ser incorporada como uno de los valores esenciales. Debe quedar claro que la resolución de conflictos a través de la violencia es contraria a nuestros fundamentos éticos.

En las notas de orientación para los principios cooperativos, publicadas por la ACI en 2015, se incluye la Paz como parte del compromiso con la comunidad: “Al igual que la OIT, las cooperativas reconocen que una paz duradera solo puede construirse sobre la justicia social y que la paz duradera es el requisito previo para el desarrollo sostenible de las comunidades a nivel local, nacional, regional y mundial” (…) “Las cooperativas deberán asegurarse de que su compromiso con el desarrollo sostenible de sus comunidades incluye el compromiso de trabajar para lograr la paz y la justicia social y promoverlas”.

Entendemos que el cooperativismo debe profundizar esta línea conceptual. La Paz no es sólo consecuencia de su principio de compromiso con la comunidad. Debe ser uno de sus valores esenciales y, consecuentemente, también incorporar explícitamente la conducta pacífica y el compromiso con la Paz en la expresión de sus principios.

Incorporar la Paz como valor debe, además, ser el fundamento para su incorporación en todos los esfuerzos de educación del movimiento. Todos los cooperativistas deben saberse parte de un movimiento internacional pacifista, que siempre, por sus valores, será contrario a la violencia y que nunca callará frente a aquellas situaciones de violencia estructural que ponen en riesgo la Paz de los pueblos.

Educar para cooperar es educar para la Paz:

 Hablar de Paz y educar para el individualismo es una contradicción. No hay Paz en una comunidad que no ha sido educada para cooperar. Cooperar es siempre más sofisticado, más complejo y requiere mayor desarrollo de nuestras capacidades que la defensa primitiva y cerrada de nuestros intereses más inmediatos.

Si para competir debemos estar entrenados, mucho más debemos estarlo para cooperar. Como individuos debemos tener herramientas emocionales para hacerlo. Como sociedades necesitamos capital social para lograrlo. Nada de esto es espontáneo. Hay que ejercitarlo, construirlo.

Educar para cooperar es ir contra la corriente. Contra el mensaje hegemónico del consumismo y el individualismo, contra la exaltación de la competencia como principio ordenador de las jerarquías sociales.

Los cooperativistas debemos tener un rol activo en este sentido. Debemos trabajar junto con universidades, autoridades educativas y organizaciones no gubernamentales vinculadas a la educación, para que efectivamente se eduque para cooperar, que es educar para la Paz.

Esto, por supuesto, incluye formar a los niños y jóvenes en las herramientas del cooperativismo, para que sepan que cooperando también se construye economía. Pero no se agota allí. La capacidad de cooperar debe ser un musculo entrenado para cualquier actividad humana.

Integración cooperativa de refugiados:

Como señalara el informe del Secretario General de Naciones Unidas que ya hemos citado, estamos viviendo la peor crisis de refugiados desde la segunda guerra mundial. Las cooperativas, como también se informó a la Asamblea de la ONU, han sabido dar respuestas concretas para reinsertar social y económicamente a los hombres y mujeres que han sido expulsados por violencia directa o por violencia económica.

A partir de un mayor compromiso de los organismos de integración cooperativa nacionales y regionales, y con la articulación que propicia la ACI, debemos multiplicar nuestra contribución frente a la crisis de los refugiados.

Debemos demostrar que la mejor forma de cooperación internacional frente a la crisis de los refugiados es dotar, a las personas que sufren esta situación, de espacios para insertarse social y económicamente a partir de la ayuda mutua y de los modelos empresarios centrados en las personas. Este es un desafío que puede ser compartido en forma abierta y democrática, de acuerdo con los principios cooperativos, por las comunidades que reciben a las familias que han sido expulsadas.

Voluntariado cooperativo por la Paz:

En 2014, en el marco de una escalada del conflicto palestino-israelí, desde Cooperativas de las Américas se hizo público el Mensaje Cooperativo por la Paz, cuyos párrafos más significativos expresaban:

“Para construir la Paz, es necesario el cese de las agresiones -condenable en todos los casos- así como el inicio de un verdadero reconocimiento entre las partes. Por ello, en nuestro carácter de primer organismo consultivo de las Naciones Unidas (desde 1946), adherimos a las palabras de su Secretario General, Ban Ki-moon, dirigidas a israelíes y palestinos: ‘Paren de luchar, comiencen a dialogar y aborden las causas de raíz del conflicto […] ningún cierre, ninguna barrera, pueden separar a palestinos e israelíes de una verdad fundamental: compartir un futuro común’.

Para cuando ello ocurra, comprometemos públicamente nuestros esfuerzos para colaborar, junto con las grandes y pequeñas cooperativas de todo el mundo, con proyectos de trabajo y de desarrollo que surjan del diálogo entre los hombres y mujeres de Paz que sabemos habitan los territorios hoy en disputa.

Queremos contribuir de todos los modos posibles al desarrollo social, productivo, cultural de ambos pueblos, aportando a proyectos de Paz, intercambiando lo producido por el trabajo de sus hombres y mujeres en Paz. Queremos contribuir a garantizar los derechos humanos de todos y todas: la salud, la educación, la inclusión de los jóvenes, la protección del medio ambiente.

Para que podamos asumir este compromiso con la Paz, para poder dialogar, para que las cooperativas del mundo podamos colaborar con proyectos de desarrollo palestinos-israelíes, exigimos el cese del fuego de esta lucha desigual. Los responsables políticos deben asumir la tarea de promover la paz a partir de acuerdos duraderos y basados en la justicia para ambos pueblos.”

Este mensaje es un buen ejemplo para reflexionar sobre lo que debemos hacer.

En primer lugar, es importante la toma de posición pública a favor de la Paz, acompañando los esfuerzos de la ONU en ese sentido. Somos empresas con compromiso social y, por lo tanto, no podemos ser indiferentes al sufrimiento de los pueblos.

En segundo lugar, paralelamente a los esfuerzos que se realizan desde el ámbito de la política, creemos que es posible contribuir al diálogo directo entre los hombres y mujeres de los pueblos que están enfrentados para pensar proyectos centrados en la solución de problemas concretos, orientados a encarar temas comunes a partir de los valores y principios del cooperativismo. Esto puede ser acompañado activamente por las organizaciones cooperativas en condiciones de sumarse a los esfuerzos de cooperación internacional.

Para que todo esto no quede en palabras, es necesario ir enhebrando, en el marco de las distintas organizaciones regionales y sectoriales del cooperativismo global, redes de voluntarios con capacidad de pensar respuestas cooperativas. Todos los ejemplos que hemos analizado, promovidos desde la Plataforma para el Desarrollo de Cooperativas de Europa, son antecedentes muy significativos en este sentido.

Comercio cooperativo para la Paz:

En la visión de la Organización Mundial del Comercio -OMC-, “la apertura de los mercados nacionales al comercio internacional, con excepciones justificables o con la flexibilidad adecuada, fomentará y favorecerá el desarrollo sostenible, mejorará el bienestar de las personas, reducirá la pobreza y promoverá la paz y la estabilidad”. El argumento es que relaciones comerciales sólidas implican mayor interdependencia y esta interdependencia crea solidaridad.

Esta visión optimista del comercio choca a menudo con la realidad de los intereses económicos que lucran con la violencia, desde el comercio de armas hasta la deslocalización de empresas para aprovechar la disponibilidad de mano de obra en condiciones de esclavitud –para señalar sólo los casos más extremos– en el marco de un comercio internacional donde priman las asimetrías y la concentración económica.

Desde el cooperativismo creemos que el comercio puede ser una forma de cooperación humana que promueve la Paz, en la medida que sea canalizado por empresas que estén al servicio de las personas, en carácter de productoras y consumidoras. Estamos convencidos de que una parte sustancial de nuestras acciones por la Paz Positiva deben estar orientadas a multiplicar el comercio internacional gestionado desde las organizaciones cooperativas.

Los vínculos comerciales sostenidos desde la cooperación, que estrechen las relaciones de reciprocidad entre hombres y mujeres de distintas naciones en su calidad de productores y consumidores, son la mejor amalgama para construir relaciones pacíficas entre los pueblos.

Responsabilidad social cooperativa por la Paz:

Si incorporamos a la Paz como un valor, entonces razonablemente deberíamos incorporar en nuestros balances de responsabilidad social cooperativa cuál es el aporte que estamos realizando desde nuestra empresa a la Paz Positiva. Ese aporte debería ser correctamente evaluado y valorado en nuestros reportes como parte de la rendición de cuentas de cada cooperativa frente a sus asociados.

Para que un balance tenga efecto real en el desempeño de nuestra empresa es vital que esté sostenido en compromisos con la Paz Positiva que sean auditables. Por ejemplo, compromisos explícitos por parte de las cooperativas de ahorro y crédito de no financiar ninguna actividad vinculada a la industria de armamentos, o de las cooperativas de consumo de no comprar bienes que sean producto del trabajo esclavo, o poniendo a disposición recursos humanos o financieros a tareas de voluntariado vinculadas a la crisis de los refugiados, o a esfuerzos de consolidación de la Paz post conflicto.

Cooperativas como capital social para la Paz:

En el marco del Acuerdo de Paz firmado en Colombia, en 2016, la Confecoop hizo pública una declaración en la que llamaba a todo el cooperativismo nacional a adoptar en forma entusiasta el Programa Cooperativas por Colombia 2016 -2020 ¡Nuestro aporte para la paz!, al mismo tiempo que exhortaba al gobierno a “diseñar una política pública de fomento y fortalecimiento del cooperativismo, dando cumplimiento al mandato constitucional”.

Lo importante de este tipo de planteos es que inscribe los esfuerzos directos del cooperativismo como herramienta para transitar el post conflicto en un esfuerzo más general de promover el cooperativismo como fundamento de relaciones pacíficas en la comunidad. Ese es el camino que debemos seguir.

Cuando el cooperativismo sea convocado para aportar en situaciones de conflicto, debe además sumar una propuesta integral para promover un sector sólido que ayude a garantizar el desarrollo sostenible y la Paz. No estamos sólo para apagar incendios. Debemos mostrar que somos el camino para que estos no se produzcan.

Ese es el debate más intenso y complejo que debemos dar de cara a los gobiernos y a la comunidad. No se trata sólo de que las cooperativas, como expresión de la fraternidad humana hecha empresa, aportemos en forma directa a superar los costos de la violencia directa. Se trata de la necesidad de adoptar y multiplicar los modelos empresarios que garantizan la superación de la violencia estructural que luego deviene en violencia directa.

Es un profundo debate cultural y político, al que hemos querido hacer un primer aporte en estas líneas, pero que debe ser parte de un esfuerzo sostenido del movimiento cooperativo global en el marco de un programa para la Paz Positiva.

Hemos dicho en muchas oportunidades que de los conflictos no se sale compitiendo, se sale cooperando. Hoy queremos agregar que cooperando nunca se llega a la violencia. Si queremos real y conscientemente evitar la violencia, entonces debemos apostar por el camino cooperativo.

La sociedad civil y los gobiernos deben preguntarse si la comunidad cuenta con suficiente capital social, esto es, con suficientes relaciones sociales fundadas en la cooperación y la reciprocidad, para minimizar los riesgos de la violencia. Parte de esa respuesta debe ser cuánto de su economía está en manos de empresas gestionadas abierta y democráticamente por sus trabajadores, productores o consumidores.

Hasta que esto no forme parte del inventario que tienen los pueblos de sus activos para la Paz, seguiremos bregando con la misma tenacidad y tozudez que lo hacían nuestros antepasados en el apogeo de los nacionalismos más extremos y violentos: “El motivo de la continuación del armamentismo y la posibilidad de conflictos internacionales desaparecerán cuando la vida económica y social de cada nación llegue a organizarse de acuerdo con los principios cooperativos. El progreso de la cooperación es, por consiguiente, una de las más valiosas garantías para la Paz mundial” (ACI, 1913).

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EDUCACION Y COOPERATIVISMO

Noticias Cooperativas

EDUCACION Y COOPERATIVISMO

Mgter. Miguel Ángel Tréspidi  – 2020
Comisión de Políticas de Educación Cooperativa FACE   

Los Congresos Nacionales organizados por FACE, son encuentros propicios para reflexionar sobre Educación Cooperativa en relación con valores esenciales como democracia, libertad, derechos humanos, pedagogía, comunicación coherente con los ideales cooperativos.

Hablar de “Democracia”como sistema de vida social implica en primer lugar el sentido de corresponsabilidad y complementariedad que debe primar en toda acción cooperativa, en toda interacción institucional que realice cada cooperativa, en cada acción que realice con cada asociado, a través de la participación activa y solidaria.

Hablar de “Libertad” implica necesariamente hablar de educación. Solo se hacen hombres libres a través de la educación. Por eso todos tenemos necesidad de educación, sin importar el nivel económico de cada uno.Esto nos lleva a que la educación cooperativa tiene la oportunidad de hacer hombres y mujeres libres, poniendo a este principio como un valor sustantivo.

Por eso abogamos por una “Educación de Calidad”, porque lo que se aprende mal en la escuela, en la universidad, en la vida, más tarde se desploma como un edificio mal cimentado.

Lo decía San Martín: “Sin el aporte de las luces de la educación nada lograremos, solo lograremos aniquilarnos”.

O como manifestaba Simón Rodríguez, el maestro de Simón Bolívar: “si queremos hacer Repúblicas debemos emplear medios tan nuevos como es nueva la idea de velar por el bien de todos”

Hoy, educar en cooperativismo es cultivar la vida en común. En consecuencia, tenemos la oportunidad de forjar una nueva manera de mirar el mundo, y de dar respuestas nuevas a tantos y tan complejos problemas de nuestra sociedad.

Colofón

Un camino posible y prometedor a desandar hacia adelante, es encontrarnos juntos y unidos, contribuyendo en la construcción de un mundo nuevo, más confortable y equitativo para todos. Sin exclusiones.

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Miguel Ángel Trespidi -Educación
Miguel Ángel Trespidi -Educación

CUSTODIOS DE LA IDENTIDAD COOPERATIVA

Noticias Cooperativas

CUSTODIOS DE LA IDENTIDAD COOPERATIVA

Prof. Mag. Miguel Ángel Tréspidi
Coordinador CoPEC

La experiencia acumulada en la gestión de la Educación Cooperativa y los cambios habidos en el mundo, abren la necesidad de replantear la mirada pedagógica y didáctica en esta materia.

El mundo actual es un torrente de información. Hay que aprender a nadar en ese torrente, a recorrer ese intrincado camino. Esto implica un cambio capital en los modos de actuar y pensar, en tanto vivimos en tiempos agitados, de intolerancia, de exclusión, de nuevos modos de organización. Nos enfrentamos a un mundo cada día más injusto, que por momentos nos lleva a no entender ya casi nada. Ese mundo nuevo se identifica porque hemos pasado del pensamiento de la simplicidad al pensamiento complejo.

En las organizaciones vivas, pensadas como sistemas, incluidas por supuesto las propias cooperativas, lo que antes era sólido, ahora es líquido y móvil; antes los límites eran limitantes, ahora son habilitantes; los sistemas eran mecánicos y cerrados, ahora se consideran abiertos y evolutivos; mientras que las jerarquías se establecían en las organizaciones a-priori, en la actualidad se abrió espacio para la heterarquía; y lo que antes se analizaba de manera lineal, ahora se lo mira desde las redes dinámicas como un modelo neuronal.

La educación

En verdad la educación es un gran camino posible para el desarrollo humano y social, no sin advertir que es como un puente largo y difícil de cruzar. Pero hay que hacerlo – no sin esfuerzo-, para alcanzar la convivencia social armónica y feliz, para enfrentar el mundo del futuro, actual ya, e integrarnos adecuadamente a la sociedad del conocimiento.

El ex Presidente de Uruguay, José Mujica, señala la importancia de la educación,sin pretensiones de verdad absoluta, subrayando: “educación, educación, educación y otra vez educación”. Y agrega:Los gobernantes deberíamos escribir todos los días cien veces ‘debo ocuparme de la educación’, porque la educación anticipa el rostro del país que vendrá”. Recogemos sus palabras referenciales, porque siempre es bueno ratificar el carácter prioritario de la educación en la vida de las sociedades. Sin dejar de advertir que la Educación por sí sola no puede con todo, requiere de un entorno apto y facilitador para enfrentar las dificultades y producir los cambios.

La educación cooperativa

Por ello parafraseando a Mujica, pensamos que los dirigentes cooperativistas tenemos que preguntarnos cada día, una vez, dos, tres y otra vez más, qué hacemos en Educación Cooperativa.

En pedagogía pululan propuestas que solo venden humo para el desarrollo integral, integrado e integrante. Se trata de recetas fáciles cargadas de positivismo, de búsqueda de la comodidad, del negocio, de la intelectualidad, del consumismo, de la materialidad. Esas propuestas tienen un sentido de elitismo y de selección.

Consecuencia: contribuyen a generar procesos inhibidores del desarrollo humano como la exclusión social y son responsables en parte del desencanto que manifiestan los jóvenes por la educación. De esa manera se convierten en un camino que lleva a frustraciones. 

Un dato del informe de las Naciones Unidas, que ha identificado que el 1% de la población acumula el 82% de la riqueza existente en el mundo, nos ratifica los resultados y las consecuencias de sus promesas.

Por eso pensamos que la acción educativa en el cooperativismo debe ser sostenida por un marco pedagógico que tenga como punto de partida al ser humano.Con iniciativas sostenidas por colectivos de educadores, con mediación pedagógica dedicada a promover y acompañar al ser humano en el aprendizaje, entendiendo que se trata de un interaprendizaje, en confluencia de voces y experiencias, ayudando a aprender y a comprender, entre ayudándonos, como decía allá por 1820 Simón Rodríguez, el primer semiólogo y educador latinoamericano,maestro de Simón Bolívar, con consecuencias para la práctica.

Es decir, partimos de un modelo nacional, con aportes externos pero que han pasado por el filtro adaptativo de la llamada antropofagia cultural, es decir, desde la propia cultura, como propugna Miguel Caldas.

Por eso en Educación Cooperativa tenemos una tarea grande y ardua delante de nosotros, motivada por la palabra del Papa Francisco, que dice: “solo aquellos que optan por la paz son los que crean la base para un proceso sostenible de cambios en el mundo”.

El cooperativismo desde sus inicios ha mantenido sólidamente este principio constructor, resultando ser un factor impulsor para recorrer el camino trazado.

La Identidad Cooperativa

Cabe formularse una pregunta profunda e inquietante: ¿qué pasa en las prácticas concretas cuando una cooperativa en su carácter de empresa se integra, funciona y desarrolla.pero no coloca a las personas en el centro de sus metas de desarrollo?

Desde la Comisión de Políticas de Educación Cooperativa constituida recientemente por la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas y otros Servicios Públicos Ltda. (FACE), elaboramos una nueva propuesta de identidad cooperativa, a saber: el cooperativismo distribuye, integra, incluye, entre ayuda, es convergente, tiene sus puertas abiertas a todos, actúa con sentido de complementariedad, y no es negocio: ES VIDA.

A partir de estos rasgos identitarios, ha definido como estrategias, la Integración, la Complementariedad y el Entreayudarse, generando espacios y momentos donde aprendemos de todos y entre todos mediante la recuperación de experiencias significativas.

Un modo de avanzar en este sentido es comenzar por detectar las singularidades institucionales sobre las que se define el perfil identitario de una cooperativa en base a los rasgos culturales locales, a fin de aplicarlos estratégicamente en los procesos organizacionales.

Desde esa perspectiva, planteamos una propuesta que no intenta vender cursos ni actividades, sino asumir un rol de sembradores de semillas; semillas que pudieran fructificar en cada una de las cooperativas, entendiendo que lo primero que cuenta es sensibilizarse, abrir la mente, incluir a todos, aprender de todos y entre todos, porque no existen fórmulas mágicas.

Un sueño que alimentamos es la idea fuerza “que florezcan mil flores en armónica sinfonía”, porque distintos proyectos pueden ser iniciados, asumir formas propias y distintivas, y ser diversos en muchísimos aspectos. Si pensamos que todas las flores tienen que ser iguales, no tendremos mil flores, porque los terrenos, los climas, los ambientes, las organizaciones, las personas, los sueños, los recursos son siempre distintos.

Además, integramos la disciplina funcional e integradora de un grupo orquestal, el que para alcanzar la perfección de ejecución requiere de una tarea de aprendizaje permanente, estudio, ensayo, esfuerzo y aporte al máximo de cada integrante para lograr una interpretación impecable.

Colofón

Finalmente, manifestamos que la mejor educación cooperativa que podemos haceres contribuir a alcanzar una gestión de calidad en las cooperativas para prestar servicios con la más alta eficiencia, demostrando los beneficios de formar parte del cooperativismo y de la economía natural, incluyendo a todos con equidad distribuida. Esto hace sostenible y sustentable a una cooperativa. Y con ese propósito la Educación Cooperativa en consecuencia adquiere un rol trascendente.

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Miguel A. Trespidi -Educación
Educación Solidaria
Educación Solidaria

EL CAMPO EN NÚMEROS

El campo en números

Noticias Cooperativas

EL CAMPO EN NÚMEROS

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina -FADA- presentó un informe que revela qué aporte hace el campo argentino para la economía del país.

El Presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, expresó que “en base al último Censo Nacional Agropecuario, la mayor cantidad de explotaciones agropecuarias están personalizadas por pequeños productores y familias, y no por grandes empresas. Es entonces a ese federalismo, desarrollo local y arraigo familiar que debemos apuntar. El empoderamiento del consumidor es una realidad positiva. Estamos observando ese fenómeno y cómo nos incorporamos. En Coninagro tenemos el proceso productivo, industrial y también empresas de primer nivel vinculadas a la comercialización. Por eso no hay que paralizarse ni pedirle al Estado, sino promover y proponer apuntando a la rentabilidad y competitividad del productor”.

El estudio “El Campo En Números”, mide el aporte del campo a la economía de Argentina en términos de PBI, tributo, exportaciones y empleo.

Según el relevamiento, el campo genera:

Empleo

2 de cada 10 puestos de trabajo en el empleo privado a nivel nacional, lo que representa el 22% del total, según datos recabados en la Secretaria de Trabajo y ANSES, de esa porción, el 52% trabaja en relación de dependencia y el 72 % está enmarcado en el empleo formal.

Contribución al PBI

1 de cada 10 pesos del PBI Nacional, según cuentas nacionales del INDEC, las cadenas agroalimentarias aportan un 9,92 % al PBI, lo que representa 51.523 millones de dólares, constituyendo un importante aporte del sector primario por agregado de valor contable.

Tributos

1 de cada 9 pesos de aporte tributario, según estadísticas tributarias de AFIP, comprende el 11% del total de recaudación de impuestos seleccionados de ese organismo.

Exportaciones

6 de cada 10 dólares de exportaciones, es decir el 60% del total de exportación de bienes, según el sector externo de INDEC. En tanto que las cadenas agroalimentarias aparecen como el único sector con saldo comercial positivo en aporte de divisas en materia de exportación.

Economías Regionales

Asimismo, el estudio presentado ante cooperativistas de Coninagro remarca que “las Economías Regionales representan 1/3 de los 3,7 millones de puestos de trabajo que se generan en las cadenas agroalimentarias, y de ese tercio las oleaginosas y cereales aportan 1/4, mientras que la producción de carne y lechería otro 1/4”.

Con alta inserción internacional

Son las que tienen un 15 o 20 por ciento de su producción destinadas a las exportaciones y se benefician con un tipo de cambio real alto, por ejemplo, los limones, bovinos, oleaginosas y cereales.

Vinculadas al mercado interno

Compuesto por las frutihortícolas, la lechería, entre otros, en el cual el alza del tipo de cambio y el alza de la inflación contrae el poder adquisitivo de los asalariados y esto detrae el consumo.

Mientras el consumo interno siga complicado estas economías estarán rezagadas.

¿Cómo afecta al campo el atraso cambiario?

El tipo de cambio que tenemos hoy, con el cepo, se empieza a enrarecer y a planchar. El tipo de cambio de hoy permite que crezcan las exportaciones, estamos en un nivel competitivo, es decir un dólar más alto dañaría aún más el poder adquisitivo y un dólar más bajo complicaría las posibilidades de que la producción pueda generar dólares.

Hasta el tercer trimestre del año pasado veníamos con un déficit comercial, eso nos daba la pauta que el tipo de cambio estaba retrasado.

Los últimos 13 o 14 meses hemos tenido una balanza comercial positiva. Va a ser un gran desafío frenar la inflación para que el tipo de cambio se mantenga competitivo, porque a medida que la inflación va ´comiendo´ el tipo de cambio, son necesarios nuevos saltos nominales del valor del dólar, lo cual desestabiliza la economía.

Colofón

El presidente de la Asociación de Cooperativas Argentinas, Claudio Soumoulou expresó que “los datos presentados hacen a la visibilidad del sector agropecuario, tomando una dimensión real de lo que el sector significa para el país. Todos tenemos cosas que mejorar y estos datos concretos son los que nos permiten medir y plantear esos procesos. Tenemos un impulso de trabajo y de negocios para ser eficientes intentando que la coyuntura impacte lo menos posible. Sabemos que habrá cambios en las reglas de juego, pero también habrá oportunidades”.

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El campo en números
El campo en números

Dr. Gustavo Sosa – Etapas del Derecho Cooperativo

Dr. Gustavo Sosa

Dr. Gustavo Sosa - Etapas del Derecho Cooperativo

Primera etapa

La Ley Nacional de Educación Nº 1420, hace mención a la educación y valores cooperativos, es decir, ese sería el primer antecedente a nivel de Ley Nacional.

Otro antecedente es la incorporación en el siglo XIX en el Código Comercial de tres artículos donde se mencionaban a las cooperativas y en uno de los artículos menciona el principio de gestión democrática que consiste en asignar un voto por asociado.

Para el siglo XX, tuvimos ya varios proyectos de Ley de Cooperativismo Agropecuario, de Crédito, de Vivienda, y el Congreso Argentino de la Cooperación de los que se rescatan tres temas: inclusión o no del concepto de neutralidad política religiosa y racial, la remuneración a los directivos y la exención de impuestos.

Segunda etapa

Esta es una etapa prolifera con la aprobación de la ley 11388 en 1926, primera Ley General de Cooperativas que se mantuvo hasta el año 73, una ley corta pero importante por la aparición de cooperativismo de servicios públicos, de trabajo, el desarrollo y fortalecimiento del cooperativismo de consumo, de las cajas de crédito cooperativas, etc.

Tercera etapa

Llegamos al año 1973, fecha en que se formó una Comisión con cuatro juristas que presentan un proyecto y dan vigencia en ese año a la ley 20337. Esta Ley terminó de consolidar al sector con la existencia del Instituto Nacional de Acción Cooperativa actualmente INAES.

En este año buena parte del derecho fue modificada, aquí tenemos la Ley de Mutuales, la Ley de Sociedades, la Ley de Fundaciones que se mantuvieron hasta la actualidad.

Situación actual

Ley 20337

Entramos en una cuarta etapa, ya tenemos un desarrollo de 46 años de la Ley 20337, una Ley sólida muy respetada a nivel latinoamericano, el movimiento la ha defendido y la defiende. Por eso, estamos alertas a eventuales modificaciones en el Congreso. Tenemos la necesidad de pensar si debemos hacer actualizaciones a esta normativa, no una derogación ni cambio total. Tenemos mucho material de un desarrollo de anteproyecto en el año 2014/15 que se generó en un año de foros y quedaron trabajos que pueden ayudar a desarrollar una mejor legislación.

Legislación internacional

Tenemos otro movimiento que se está desarrollando en el cooperativismo en el marco legal que es la legislación en la Economía Social y Solidaria. Por ejemplo, en el proceso constitucional de Ecuador se promulga una Ley de Economía Popular, Social, Solidaria y Comunitaria, acentuando al sector cooperativo. También en Bolivia hay inquietudes al respecto. 

Otros frentes de batalla

-En nuestro país, con la vigencia del nuevo Código Civil y Comercial en agosto de 2015, no se ha incorporado aún la figura cooperativa y nuestra Constitución Nacional reconoce como sujeto de orden constitucional a las Asociaciones de Consumidores, pero no rescata las cooperativas, que tienen más presencia.

En un futuro hay que modificar esto ya que las cooperativas deben estar presentes como lo están en la legislación de las provincias de nuestro país.

-Existe una proliferación de las normativas en cada uno de los sectores, con muchas ramas del derecho en el sistema de seguros, financieros, en aspectos donde a las cooperativas las involucran a veces reconociendo su naturaleza y en otros casos, no tanto.

Ordenamiento Resoluciones

Es necesario pensar en un ordenamiento y sistematización de la Resolución de Autoridades de Aplicación Nacional que hoy tiene más de 150 resoluciones generales; el INAES no tiene legislación delegada, aunque a veces ha innovado en cuestiones que la ley no establece. Desde los celebrados Títulos Cooperativos de Capitalización, los TICOCA; la novedad de las suspensiones de matrículas que no están previstas en la ley y hoy se da la mayor cantidad de cooperativas suspendidas del país y es por una innovación del Instituto. Tenemos que tener ordenados este tipo de reglamentaciones.

Cooperativas de Trabajo

En la cuestión del Derecho del Trabajo, hace muchos años que se vienen discutiendo proyectos o ideas para una Ley de Cooperativas de Trabajo, creo que se necesita un debate sincero, concreto y resolver ciertas posiciones encontradas que hay en el sector, pero tener algo escrito.

Hoy estamos entre el autónomo y el trabajador bajo relación de dependencia y los cooperativistas del trabajo no se encuentran, son sujetos en el purgatorio hacia algún lugar. Creo que debieran ser debidamente reconocidos, y eso es en lo que hay que trabajar, en que la legislación los reconozca como sujetos permanentes y no temporarios de derecho.

Sistema Tributario

Lo que sigue es el sistema tributario impositivo, hoy tenemos un fondo especial, tenemos una contribución especial para algún tipo de cooperativa como las de crédito y seguros, También debemos discutir a nivel nacional y local, el tema de ingresos brutos, de los impuestos porque siempre estamos tironeados por las demandas de las cajas, y las cajas no reconocen naturaleza jurídica y eso es un gran problema.

Otras agendas

Generamos un sujeto activo con una agenda propia, novedosa, pero es el cooperativismo de otras agendas, la agenda ambiental, la agenda de movimiento feminista, la agenda del cuidado. No digo que con esto estamos innovando el Derecho Cooperativo, pero no podemos desconocerlo.

Nuestros frentes están vinculados a: usuarios y consumidores, al tema del trabajo, al tema tributario, son frentes clásicos de hace muchos años que todavía no logramos resolver del todo y creo que ese es el desafío con la cuarta etapa del derecho cooperativo.

Colofón

También está la cuestión de que la Economía Social y Solidaria va más allá de las cooperativas, entonces tenemos que pensar estrategias de vinculación con todas aquellas organizaciones y entidades asociativas y sin fines de lucro, democráticas, las mutuales, asociaciones civiles, cooperadoras, y otras organizaciones que hacen el sustento y la fortaleza de nuestra sociedad, que es la que siempre responde ante las crisis.

Dr. Gustavo Sosa
Dr. Gustavo Sosa

LAS COOPERATIVAS DE TRABAJO – Por Edgardo Form

LAS COOPERATIVAS DE TRABAJO - Por Edgardo Form

Las cooperativas de trabajo existen en la República Argentina desde hace décadas, son de alguna manera herederas de las primeras expresiones del trabajo asociado y solidario que comenzaron a tomar cuerpo después dela fundación de la Cooperativa de los Pioneros de Rochdale en 1844.A partir de ese momento comenzaron a constituirse cooperativas de crédito rural en Alemania y cooperativas de trabajo en Francia.

O sea que entre 1844 y 1850 la forma asociativa y solidaria del modelo cooperativocon distintas expresiones comienza a diseminarse. Todo comenzó con 28 personas – los pioneros rochdalianos – y hoy son 1.200 millones de personas que en todo el mundo están vinculados de alguna manera con el cooperativismo, como trabajadores, como asociados, como dirigentes. Es un número importante de personas que practican cotidianamente la Economía Social y Solidaria.

En ese contexto están las cooperativas de trabajo, que en la Argentina tienen distintas raíces; inclusive las entidades que congregan al cooperativismo de trabajo tienen también diferentes miradas. Hay antiguas cooperativas de trabajo, puedo citar una Cogtal, de obreros gráficos que tiene más de 60 años; en cambio hay otras que han surgido debido a la crisis del año 2001, ya que hubo mucha gente que quedó sin trabajo, empresas que fueron abandonadas por sus dueños y que los trabajadores se tuvieron que hacer cargo por el camino de la solidaridad, de la ayuda mutua y del esfuerzo propio.

Ver Historia de Cogtal

Cooperativas de profesionales

Hay cooperativas que se constituyen como cooperativas de trabajo por profesionales jóvenes, que eligen esa modalidad asociativa para poder brindar sus servicios profesionales en el campo de la computación, del diseño gráfico etc. De esta manera exhiben a los posibles usuarios y consumidores que hagan uso de los servicios y bienes que producen o brindan de una manera tal que les permita competir en mejores condiciones, tener una economía de escala que los beneficie y por supuesto reunir saberes y capacidades diversas dentro de determinada actividad profesional, como para ocupar determinados nichos de mercado y competir en mejores condiciones.

Cooperativas sociales

Aparecen también actualmente, aunque en otros países ya tienen una historia de varias décadas, las llamadas “cooperativas sociales” que en general son de trabajo y vienen a cubrir una necesidad importante de la comunidad porque se ocupan por ejemplo de los adultos mayores, o de quienes tienen problemas de salud y necesitan contención y asistencia, también para niños. Hay experiencias en otros países, Italia tiene dos grandes modelos de cooperativas sociales con su normativa. En nuestro país la normativa que reconozca esta modalidad está pendiente, aunque hay resoluciones del INAES que apuntan en esa dirección. En Mar del Plata opera una cooperativa de cuidadores que han tenido un éxito muy importante, entre otras cosas porque encontraron una necesidad no satisfecha que es el cuidado de los adultos mayores. Esto quizá obedezca a que mucha gente, en su momento, ha pensado que al término de la vida laboral, lo mejor era ir a vivir a Mar del Plata, obviamente es una ciudad maravillosa y tiene un importante porcentaje de población de adultos mayores, por eso surge esta cooperativa de trabajo , que brindan muy buenos servicios porque se han capacitado, atienden a este sector de la comunidad de una manera muy eficiente, y seguramente este tipo de experiencia concreta cooperativa habrá de multiplicarse porque la necesidad existe, el Estado no la resuelve, las empresas privadas lucrativas tampoco, entonces la cooperación, la ayuda mutua, el esfuerzo propia son las necesarias respuestas cooperativas.

Empresas recuperadas

Están también las empresas recuperadas por sus trabajadores, cabe decir que algunas han desarrollado una labor exitosa, algunas no tanto, y otras han fracasado.Porque en ese sector en particular, más allá de la ausencia de políticas públicas o de apoyo del Estado, hay un tema complejo que es el indispensable cambio cultural de pasar de ser un trabajador en relación de dependencia donde hay un gerente que se ocupa de comprar, de vender, de administrar, de fijar políticas comerciales, a ser un trabajador autogestionado sin capacitación previa para desplegar una actividad gerencial que requiere cierto profesionalismo, o mínimamente de capacitación.

Liderazgo cooperativo

Hay otro tema que no debemos soslayar, que es la indispensable necesidad en esas cooperativas o en cualquier cooperativa o emprendimiento social que esel liderazgo, si se carece de liderazgo es muy difícil que el conjunto de los factores, sobre todo los seres humanos que integran las organizaciones puedan trabajar armónicamente. Alguien adecuado para una conducción democrática que tenga la empatía suficiente, el conocimiento, la personalidad, el respeto que debería tener de todos los demás integrantes de la organización, para canalizar del modo mejor posible las energías los talentos, las capacidades. Alguien dijo que “la gestión es el arte de canalizar los talentos”, pero para eso hace falta un equipo, un Consejo de Administración , una Mesa Directiva que conduzca, y en particular el “primus inter pares”, o sea el mejor entre los pares, lo cual no significa que tenga el poder absoluto, significa que sepa escuchar, que sepa persuadir, que conozca la actividad específica, que cuente con el respeto de los demás, condiciones que ayudarán a conducir exitosamente. Esto es fácil decirlo, pero si se carece de liderazgo es muy difícil que estos emprendimientos prosperen, por eso es que hay cooperativas de empresas recuperadas, que no han logrado consolidarse, además de tener que actuar en un mercado extremadamente competitivo y complejo. Las empresas que ya están instaladas en ese mercado cuentan con prestigio, con porciones de núcleos de consumidores que conocen la marca, conocen la empresa, ocupar el nicho que dejan libre, es difícil. Hay que conocer el mercado, hay que tener un plan de negocios hay que recurrir a la capacitación y al asesoramiento.

Los cooperativistas de trabajo que se reunieron en el Club Ferro eran más de 3.000, una cantidad importantísima, no es frecuente, no hay antecedentes.

El futuro del trabajo

Alguien dijo que las cooperativas “son hijas de la necesidad y madre de las soluciones”.

Ante la adversidad que se está viviendo en la Argentina, precarización laboral, la OIT y la ACI  en el “Día Internacional de las Cooperativas” y el centenario de la OIT , acaban de emitir un documento conjunto por el trabajo digno, porque se afirmó allí que el trabajo como lo conocemos ahora, dentro de no mucho tiempo va desaparecer.

Una persona entraba en una empresa y sabía que se iba a jubilar allí. Por ejemplo, en los ferrocarriles, losconductores de locomotoras hacían entrar a sus hijos que comenzaban como aprendices y con mucho orgullo el nuevo conductor de locomotoras decía que era hijo de un ferroviario. Y seguramente su hijo seguiría siendo ferroviario y se iba a jubilar como tal. De aquí en más y en poco tiempo esto va a desaparecer, entre otras cosas por la incorporación de la tecnología, la robótica, el trabajo a distancia, o los trabajos precarizados como ya están existiendo.

Con todo esto, el cooperativismo de trabajo encuentra una oportunidad de desarrollo muy importante. En el caso de la capacitación y el asesoramiento, como hay modestas cooperativas que no cuentan con el elenco profesional, que le brinde esos saberes, cubren ese espacio las Federaciones y las Confederaciones, que al integrar los esfuerzos, tienen mejores condiciones para contratar profesionales calificados que sepan como atender los requerimientos de las cooperativas,

Consultoría del IMFC

ElIMFC cuenta con un departamento de proyectos, que entre otras cosas ayudan a las cooperativas de primer grado a diseñar planes de negocios y también existe una consultoría que ayuda a conocer los deberes y derechos que tienen los cooperativistas en el marco de la Ley 20.337, como se elabora un Estatuto, etc.  a cargo de la Cdra., Verónica San Martín que es la responsable de la misma.

Una Ley de Cooperativas de Trabajo es necesaria para evitar que los jueces ante un conflicto consideren apropiadamente a los asociados a una cooperativa de trabajo y proteger la figura jurídica y su esencia.

De modo que, para el desarrollo y la consolidación de las cooperativas de trabajo, que es una forma de acceder al trabajo digno como lo llaman la propia Alianza Cooperativa Internacional y la OIT.  Se aspira a que el trabajo tenga el cumplimiento adecuado de todas las leyes laborales; además, hay temas que están pendientes, como la jubilación de un integrante de una cooperativa de trabajo, que,aunque puede recurrir al monotributo, debería haber contar con algún otro mecanismo que le permita que, al término de su vida laboral, pueda tener un ingreso que le permita mantener la dignidad.

Si no, pasacomo dijo el Papa Francisco que hay gente que se queda afuera y se convierte en objeto descartable.

Datos de la realidad

Como dato de la realidad, hay 26 personas en el mundo que concentran toda la riqueza de la humanidad y este número tiende a disminuir, hace un tiempo eran 380 personas, ahora son 26 y en algún momento van a ser cinco. Esto significa una concentración a ultranza de la riqueza que producen millones de personas y que al mismo tiempo no tienen acceso a la alimentación indispensable para su vida, según datos de laOrganización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación-FAO.

Hay que generar fuentes de trabajo digno, distribuir la riqueza con equidad, respetar la naturaleza, este es parte de los grandes compromisos del cooperativismo que se encuadra también en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

La Alianza Cooperativa Internacional, liderada por nuestro compatriota el Dr. Ariel Guarco, en su responsabilidad como Presidente de la misma, está tendiendo puentes de integración, ha recorrido buena parte del planeta visitando a las autoridades de las confederaciones y también a las bases del cooperativismo, esto es de enorme importancia y tiene que tener su correlato a nivel nacional.

Colofón

El encuentro multitudinario de las cooperativas de trabajo es un hecho histórico muy esperanzador, porque la sumatoria de esfuerzos, la elaboración de esfuerzos compartidos y mostrar la unidad del movimiento va a incidir sobre el Estado para lograr la elaboración de políticas públicas de interés para todo el sector.

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PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE COOPERATIVAS

PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE COOPERATIVAS

La auditoría externa y sindicatura ¿Pueden ser ejercidas por el mismo profesional?

La auditoría externa puede ser desempeñada por el síndico cuando este tuviera la calidad profesional indicada (CPN) fundamento en el grado de independencia de su opinión.

En una cooperativa de trabajo, eléctrica, agua potable, etc ¿Todos los asociados deben retirar (retribución) igualitariamente?

Nada prohíbe que resuelvan retirar de forma igualitaria. Es aconsejable, sin embargo, establecer diferencias en categorías, ponderando trabajo calificado, responsabilidad y otras virtudes, pero siempre primando el sentido de lógica distribución sin desvirtuar la idea de una justa y razonable distribución de los excedentes.

El tesorero de la cooperativa, que a su vez es contador público ¿puede prestar el servicio de auditoría externa?

No, pues se vería afectado su grado de independencia, al estar auditando su propia gestión.

El asociado ¿Tiene derecho a apelar la sanción?

El asociado afectado por alguna de estas medidas, tiene el derecho de apelar ante asamblea, ordinaria o extraordinaria, dentro de los 30 (treinta) días de ser notificado.

Cooperativas de primer grado, ¿Pueden conformar una federación?

Por resolución asamblearia y para cumplimentar objetivos económicos, culturales o sociales, pueden integrarse en cooperativa de grado superior, necesitando un mínimo de 7 (siete asociados)

¿Y las actas del consejo de Administración?

Se requiere por ley la firma del presidente y un consejero. Es recomendable sino se lleva libro de asistencia a reuniones de Consejo de Administración que al margen firmen los presentes.

¿Y la asamblea extraordinaria?

Se celebra en el caso de disponerlo el consejo de administración, el Sindico o cuando lo soliciten asociados cuyo número equivalga por lo menos al 10% del total, si es que el estatuto no exigiera un porcentaje menor. En ambos tipos de asamblea, se debe convocar con un plazo de 15 (quince) días de anticipación.

¿Quién ejerce la representación de la cooperativa?

La representación corresponde al Presidente del Consejo de Administración.

¿Quién aprueba el reglamento interno de una cooperativa?

Normalmente lo propone el Consejo de Administración, lo aprueba la asamblea de asociados y lo autoriza el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) o cada órgano local competente.

¿Qué sanciones puede aplicar el consejo de administración por incumplimiento a los instrumentos jurídicos?

En función de la gravedad de la falta puede:

-Realizar llamado de asistencia;

-Apercibimiento; Suspensión de hasta 30 días y Exclusión.

¿Qué responsabilidad le cabe a los asociados fundadores y consejeros?

Hasta que la cooperativa no se hallare regularmente constituida, fundadores y consejeros son ilimitada y solidariamente responsables por los actos practicados y los bienes recibidos, funcionando como una sociedad de hecho. Reconocida su personería jurídica, se limita al capital aportado.

¿Qué funciones cumple el INAES y los Órganos de Aplicación?

Representan la fiscalización pública y entres sus funciones principales se destacan:

-Requerir la documentación que estimen necesario;

-Realizar investigaciones e inspecciones en las cooperativas;

-Convocar de oficio a asambleas;

-Asistir a asambleas;

-Velar por el estricto cumplimiento de las leyes;

-Autorizar a funcionar a las cooperativas;

-Asistir y asesorar técnicamente;

-Apoyar económicamente y financieramente e

-Promover al desarrollo cooperativo.

¿Qué formas de notificación de convocatorias a asamblea existen?

Las diferentes formas son:

-Publicando aviso de la convocatoria en un lugar visible de la sede social de la cooperativa;

-Publicando aviso de la convocatoria en diarios de circulación masiva correspondiente a la jurisdicción de la sede social de la cooperativa;

-Notificando telegráficamente a cada uno de los asociados y

-Notificándolo en forma personal de manera fehaciente.

¿Que es un acto cooperativo?

Es aquel realizado entre las cooperativas o sus asociados o bien el que efectúan aquellas entre sí para el cumplimiento del objeto social, remarcando el vínculo asociativo.

¿Pueden votar los consejeros, síndicos y auditores sobre su gestión?

Deben abstenerse de votar cuando se somete a consideración memoria, balance y demás asuntos de su gestión.

¿Puede una cooperativa asociarse con personas de otro carácter jurídico?

Si, puede, siempre que sea conveniente para el cumplimiento de su objeto social y no desvirtúe su propósito de servicio.

¿Puede un asociado acceder a los registros contables y sociales de la cooperativa?

Puede ejercer el derecho de información, siendo de libre acceso constatar el registro de asociados y para la demás documentación y registros debe solicitarla al síndico.

¿Puede la esposa del presidente de la cooperativa ser síndica de la misma?

No pueden ejercer la función de síndico, los cónyuges y los parientes de los consejeros, por consanguinidad o afinidad hasta el segundo grado inclusive.

¿Puede asistir el síndico a las reuniones de consejo de administración?

Es conveniente que concurra para cumplir con sus funciones, asistiendo con voz a las reuniones de Consejo de Administración.

¿Es posible que una cooperativa se trasforme en una sociedad lucrativa?

La ley 20337 establece la prohibición de transformarse en sociedades comerciales.

¿Es obligatorio que la cooperativa brinde a sus empleados cobertura de seguros?

No solo es obligatorio, sino es una cuestión de lógica pura, de razonamiento para afrontar contingencias. La póliza contratada debe cubrir al asociado mientras desarrolle tareas dentro de la cooperativa y en llamado itinere (trayecto entre su hogar y la empresa)

¿Es obligatorio presentar memoria y balance?

Si, anualmente la cooperativa confeccionará:

Memoria, Balance General, Estado de Resultados y cuadros anexos, sobre la base de la formula balance tipo Res. Nº 503/77) y presentado a la autoridad de

aplicación (INAES u Organismos Locales Competentes)

¿Es obligatoria la contratación de un contador para que realice el servicio de auditoría externa?

Si, es necesario contar con un Contador Público inscripto en la matrícula respectiva para que le preste ese servicio. Si la cooperativa prueba falta de recursos económicos puede solicitar el servicio gratuito al Órgano Local Competente.

¿Es factible remunerar el trabajo el trabajo personal de los consejeros?

Es factible si la situación lo amerita, dispensando horas adicionales a las normales, que los consejeros resulten remunerados. Sería conveniente que se hiciera sobre la gestión realizada y no por lo que realizarán. Los asociados en Asamblea, refrendaran cada año, aprobando o no dicha retribución.

¿Es factible la transferencia de cuotas sociales entre asociados?

Está previsto en la ley 20337, pudiendo hacerse solo entre asociados y con la ausencia del consejo de administración y en las condiciones previstas en el estatuto.

¿En qué se puede utilizar la reserva obligatoria de educación y capacitación cooperativa?

Está reglado por la Resolución S.A.C. 635/88. Entre otros destinos puede utilizarse en creación y desarrollo de cooperativas escolares, donaciones de material didáctico cooperativo; organización, dictado o asistencia a cursos, seminarios, talleres, congresos de temática cooperativa, apadrinar entidades cooperativas, contratar espacios en medios cooperativos para fomento de la doctrina cooperativa, etc.

¿En qué se aplica el Fondo de Acción Asistencial y Laboral o de estímulo del personal?

Producido excedentes: el 5% del Fondo Asistencial y Laboral o de estímulo al personal, puede utilizarse para solventar contingencias sociales.

¿Dónde están establecidas las pautas para la confección de los informes de auditoría?

Están establecidas en la Resolución INAC 155/80 para informes trimestrales y anuales.

¿De qué formas puede una cooperativa obtener capital para poder cumplir con su objeto social?

Lo puede hacer a través de:

-Aporte de capital de los asociados fundadores;

-Formando reservas anuales siempre que el ejercicio haya arrojado excedentes;

-Evitando distribuir excedentes en efectivo, procurando repartirlos en cuotas sociales;

-Realizando aportes complementarios a través de títulos cooperativos de capitalización

(TI.CO.CA),

-Emitiendo obligaciones negociables;

-Fusionándose con otras cooperativas para fortalecerse;

-Obteniendo créditos de terceros o subsidios

-Integrándose con entidades conformando institutos de financiamiento.

¿Cuántas firmas debe llevar un acta de asamblea para considerarse válida?

Además de las autoridades indicadas en el Estatuto, deberá elegirse 2 (dos) asociados para aprobar y firmar el acta en forma conjunta con el Presidente y el Secretario de la cooperativa.

¿Cuándo debe celebrarse la asamblea ordinaria?

Dentro de los 4 (cuatro) meses siguientes a la fecha de cierre de ejercicio.

¿Cuál es la relación entre el asociado y la representación de su voto?

Se basa en la relación de un asociado un voto, no importando el capital social que se posee a la hora de votar una determinada cuestión.

¿Cuál es la función del síndico? ¿Cuántos pueden ser designados y cuál es su duración en el cargo?

La asamblea de asociados elegirá uno o más síndicos para ejercer la fiscalización privada. No pueden durar más de 3 (tres) ejercicios en su cargo.

¿Cuál es el tratamiento de los excedentes?

Solo son repartibles los excedentes generados en la operatoria normal de la cooperativa, no aquellos productos de ingresos extraordinarios (donaciones, subsidios, etc.).

Deberá deducirse del resultado positivo:

5% a Reserva legal;

5% al Fondo de Acción Asistencial y Laboral;

5% al Fondo de Educación y Capacitación Cooperativa;

Si estuviere estipulado en el Estatuto, el pago de intereses a las cuotas sociales integradas y el resto se distribuirá entre los asociados en concepto de retornos.

¿Cuál es el plazo previsto para integrar las cuotas sociales suscriptas?

El plazo estimado para completar la integración es de 5 (cinco) años, siempre y cuando el Estatuto no previere un periodo menor.

¿Cuál es el número mínimo de consejeros elegidos y cuanto duran en su mandato?

Los consejeros deben ser asociados y no menos de 3 (tres) ejercicios en su cargo, pudiendo ser reelegidos.

¿Cuál es el horario de atención del INAES?

El INAES atiende al público de lunes a viernes de 10 a 14 hs.

¿Cuál es el destino de la Reserva Legal?

Producidos excedentes, se destina un 5% para reserva legal, es acumulable y puede utilizarse para solventar futuros quebrantos.

¿Con que periodicidad debe reunirse el Consejo de Administración?

Debe reunirse por lo menos 1 (una) vez al mes o cuando lo requiera cualquiera de sus miembros.

¿Con que periodicidad debe confeccionarse el informe de sindicatura?

Las cooperativas deben, obligatoriamente, llevar el libro de Informe de Sindicatura.

El síndico debe volcar su opinión cuando lo juzgue conveniente, además del Informe de sindicatura anual que forma parte de la Memoria y Balance.

¿Cómo se realiza la distribución de retornos?

En las cooperativas de trabajo, en proporción al trabajo efectivamente prestado por cada uno de los asociados.

¿Cómo se produce el reemplazo de consejeros en de vacancia?

En caso de silencio del estatuto o vacancia, el Síndico designará los reemplazantes hasta la reunión de la primera asamblea.

Fuente: INAES

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