Carta abierta del presidente de FAMSA
La humanidad toda atraviesa un reto muy pocas veces enfrentado. En un mundo donde fenómenos como la globalización, las constantes migraciones y las comunicaciones contribuyeron a la rápida expansión de un nuevo virus conocido como COVID-19, declarado pandemia por la OMS.
Esto se transformó en un verdadero desafío para la humanidad, ya que la Pandemia no reconoce fronteras, nacionalidades, religiones, etnias, ni clases sociales. Genera miedos, incertidumbres y, muchas veces, pánico social. Esta situación deja en evidencia, que, ante medidas preventivas, solidarias y obligatorias, aunque no suceda mayoritariamente, aparecen individuos sin conciencia ciudadana y escasa responsabilidad cívica, anteponiendo los intereses individuales por sobre los colectivos.
En todo ese contexto adverso, el Mutualismo y Cooperativismo, como formas de organización de la propia sociedad, se enfrentan, quizás, a unos de los desafíos más importantes de su historia. En ese marco, las entidades dedicadas a la salud, tendrán que afrontar duros momentos, donde los recursos económicos y, especialmente los humanos, entrarán en crisis, con grandes y graves riesgos a la integridad de las personas.
De todas maneras, en tiempos en donde el capitalismo extremo y el libre mercado fueron ganando protagonismo, determinando muchas veces que la economía social y solidaria se visualice solamente como cuestiones filantrópicas, la brutalidad de los acontecimientos sanitarios, hacen que revaloricemos las organizaciones de ayuda mutua y solidarias, confiando en que motoricen las acciones necesarias para enfrentar la difícil situación que nos aqueja, revalorizando el bien común por sobre el avance de las ideas y acciones individualistas.
En estos momentos donde la solidaridad cobra un rol fundamental, mi reconocimiento especial a todos los médicos, enfermeros, auxiliares, farmacéuticos, administrativos, ordenanzas y todo trabajador de la salud, que deberá estar a la altura de las circunstancias, brindando un servicio esencial o salvando vidas y arriesgando las propias. No me caben dudas, que cuando todo esto pase, deberemos reconocer el increíble valor de nuestros recursos humanos en salud y como sociedad rendir el merecido homenaje.
Es muy probable que a partir de la revalorización social de la salud como un bien imprescindible y la necesaria decisión de los gobiernos, tengamos la oportunidad de imaginar y desarrollar un nuevo sistema de salud, que garantice por supuesto infraestructura, tecnología y recursos humanos, pero especialmente equidad en el acceso, integralidad y un modelo basado especialmente en la prevención, en el cuidado de la salud y bienestar, por sobre la prioridad actual de la atención a la enfermedad.
Como individuos, la situación nos pone a todos en igualdad de condiciones. Seguramente cambiaremos muchas de nuestras actitudes, deberemos mejorar las relaciones entre los seres humanos y tomar más compromisos sociales, siendo allí donde resurge el Mutualismo en su mayor desafío: como una organización solidaria de las personas, capaz de resolver las necesidades de la gente, en la ayuda mutua, en la unión de las personas, enfrentando y superando la adversidad de esta pandemia, para luego construir un mundo mejor.
¡Un abrazo fraterno!
Juan A. Pivetta
Presidente