La pandemia que aún no tiene vacuna
En medio de la gravísima situación originada por la pandemia del Covid-19, hay otra propagaciónde similares efectos para la salud pública, que al igual que el Coronavirus ataca a diferentes países alrededor del mundo: la violencia de género contra las mujeres.
Este estado de situación ha llevado a António Gutiérrez, secretario general de la ONU, a alertar sobre el aumento global de la violencia doméstica, y a realizar un pedido mundial para que se proteja a las mujeres y niñas ante el aumento de este tipo de violencia, provocada por el Covid-19.
La situación en Latinoamérica también se ha complicado debido al aislamiento, registrándose también un aumento significativo de un 70% de las denuncias en Chile; al igual que en Colombia, en dónde Ana Güezmes, representante de ONU, denunció un aumento de la violencia contra el género femenino, además de resaltar su importancia en la lucha contra el virus.
En México, según los reportes de los gobiernos de los Estados las llamadas de emergencia al 911 por violencia intrafamiliar aumentan hasta el 100% durante la cuarentena que se ha producido por la crisis del Covid-19.
“Durmiendo con el Enemigo”
Es como la Secretaría de Gobernación de México llamó a la videoconferencia donde ha dado información sobre la violencia intrafamiliar y su prevención.
El aislamiento por la crisis del coronavirus y la violencia familiar es una combinación que, sin duda, deja a la mujer más apartada que nunca de tener una voz que pueda hacer que su situación de vulnerabilidad cambie y la pone en más peligro. El gobierno de
México debe hacer eficientes programas que prioricen la situación. Sin embargo, la probabilidad de que suceda en el esquema del presente escenario es improbable a corto plazo, debido a que el coronavirus está sobrepasando al mundo entero.
Antes del coronavirus la sociedad se estaba uniendo a través de movimientos sociales, cada vez más organizados, para transformar la problemática de la violencia hacia la mujer.
A raíz de este virus esos avances se han visto ensombrecidos por una emergencia sanitaria que nadie esperaba. Aunque cada vez son más las asociaciones y agentes de cambio que están comenzando a visibilizar esta nueva forma en que las mujeres están viviendo cualquier tipo de violencia durante la cuarentena, aun cuando la opinión pública está dispersa.
Se necesitan más convocatorias
Las convocatorias deben sumar desde la perspectiva de género y la posibilidad de crear herramientas que den notoriedad a la importancia del rol de la mujer en la economía y sociedad. Muchas mujeres están viviendo violencia en sus hogares, discriminación por su condición de mujer en estado de aislamiento, e injusticia en sus lugares de trabajo debido a despidos injustificados y falta de apoyo por parte de sus gobiernos.
Sabemos que la prioridad ahora más que nunca es la Salud. Por lo mismo, toda decisión debe ir direccionada hacia el futuro y hacia la mirada que nos permita reconstruir la devastadora situación social y económica que dejará esta pandemia a nivel social.
Los apoyos a mujeres empresarias, emprendedoras son indispensables para conseguir un panorama con mayor igualdad de condiciones y oportunidades. La distribución de estas responsabilidades entre hombres y mujeres para construir el futuro que nos espera después de esta pandemia es indispensable.
Qué pasa en Argentina
En Argentina, también es extremadamente preocupante. Se han contabilizado 86 femicidios hasta el 30 de marzo, todos durante el año 2020, y 24 de ellos, durante el último mes. El aislamiento social obligatorio dictaminado por el Gobierno nacional el pasado jueves 19 de marzo no logró frenar la ola de violencia contra la mujer en el país, ya que durante la llamada cuarentena fueron registrados 12 femicidios en Argentina en los primeros 14 días de aislamiento. Así de cruda es la realidad. Y esta situación de extrema fragilidad se acentúa de manera notoria por las desigualdades existentes dentro de la sociedad argentina, conservando una posición de privilegio dominante para el género masculino en diferentes estamentos.
Como ejemplo, en el dossier estadístico emitido por el INDEC el pasado 8 de marzo, en la conmemoración del Día internacional de la Mujer, se refleja que “las mujeres son más proclives a afrontar situaciones de desocupación y subocupación, teniendo índices superiores al de los hombres, entre 2 y 5 puntos”. Además, en promedio, por cada 100 pesos que gana un varón, una mujer obtiene 75 pesos, lo que significa que sus ingresos son un 25% inferiores a los de los hombres.
En tanto que entre la población asalariada que no aporta al sistema jubilatorio, la brecha es de 2/3 el ingreso de los varones. El informe también muestra que sólo el 5% de las mujeres alcanza puestos de dirección o jefatura, y en promedio, las mujeres participan un 30% menos dentro del mercado laboral que el género masculino.
Todo esto configura un estado de situación de mucha fragilidad y desigualdad, que, si bien ha sido abordado desde los diferentes estamentos gubernamentales, Nación, provincias, municipios y comunas resulta evidente que todo lo hecho no ha sido suficiente.
Medidas tomadas en Argentina
No obstante, durante el actual aislamiento se han tomado medidas tendientes a mitigar esta situación de sobreexposición de la víctima frente a su victimario, un contexto que se potencia por la incertidumbre generada por la expansión del virus y la inestabilidad económica.
Se ha mantenido la atención durante las 24 horas en los números 144 en todo el país, que ahora incluye recepción vía mensajes y correos electrónicos, y 137, en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, además de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de la Nación, como también los juzgados de familia continúan con su atención, a pesar de la feria extraordinaria, dictada por la misma Corte.
Sumado a esto, la Defensoría General de la Nación lanzó la campaña #NoEstasSola, destinada a difundir todas las herramientas con las cuales contamos las mujeres para denunciar estas situaciones de violencia. Y el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación promovió la iniciativa Barbijo Rojo, por el cual las víctimas de violencia de género pueden acercase a las farmacias y solicitar uno, código que el personal deberá interpretar, para luego solicitar la intervención de la línea de asistencia.
Otra iniciativa aplaudible es la que tomó la Secretaría de Género de la Municipalidad de Rosario-Pcia. de Santa Fe-, que habilitó un número de WhatsApp para recibir denuncias sobre violencia doméstica. Esta modalidad, acorde a los tiempos en que vivimos, también fue implementada en el municipio bonaerense de Tigre.
En definitiva, todos los países necesitarán el máximo número de personas posibles para poder salir adelante de una situación adversa que sin duda tardará en reestablecerse. Es momento para pensar en otras alternativas y, en un mundo inclusivo, que acepte diversos puntos de vista para construir un ecosistema vital de sostenibilidad.
Colofón
Resulta evidente la necesidad de implementar un abordaje integral sobre las medidas que se adoptan a la hora de combatir el flagelo que conlleva la violencia de género. Es allí, cuando la frase #QuedateenCasa no es igual para todos los sectores sociales, ni para todas las familias, ni mucho menos para todas las mujeres.
Para lograrlo será necesario actuar más unidos con mayor acción para que las mujeres ocupen y tengan mayor participación en las Políticas Sociales.