Por CP Mario César Elgue
ex presidente de IPAC e INAES
Como organizaciones privadas que son, las cooperativas y, en particular, las de obras y servicios públicos, funcionan en los mismos mercados en que operan las otras empresas y enfrentan las mismas presiones competitivas, al menos por comparación. Por lo tanto, tienen que ser tan eficientes y rentables como las demás empresas privadas. Sin embargo, aunque haya algunas metodologías y técnicas gerenciales comunes a todo tipo de empresas, “la diferencia radica en los valores y propósitos hacia los que se dirigen esas metodologías” (Davis, 1999).
Tienen una forma diferente de organización y de toma de decisiones y una forma particular de distribución de los resultados. Es decir, exponen diferencias significativas en su gestión, en la forma de relacionarse con sus miembros y en la función de servicios que maximizan.
La diferencia son los Valores
La diferencia cooperativa aparece como una ventaja competitiva, uno de cuyos logros son los valores solidarios y la conformación de equipos de consejeros, funcionarios y empleados comprometidos con resultados tangibles e intangibles que son apropiados por todos los participantes.
La organización cooperativa, prioriza el buen servicio antes que el rendimiento del capital, estado así acorde con consumidores globales que exigen estructuras transparentes, democráticas y equitativas, guiadas estratégicamente por Valores y Principios.
La actividad del Consejo de Administración y la delegación instrumental en los niveles gerenciales, abarca y resume todas las facultades de ejecución de la cooperativa. La asamblea de asociados, como instancia suprema, solo obra por sí misma en las decisiones y controles de mayor importancia, como la designación de los miembros que integran los órganos de fiscalización y administración, cuando controla la actuación de estos órganos, modifica el estatuto o resuelve disolver la cooperativa.
La definición de la ACI trasmite los rasgos diferenciales de la cooperativa. Es, al mismo tiempo, una “asociación autónoma de personas” y una “empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática”. Como empresa (Gutemberg, 1992), la cooperativa tiene componentes que son comunes a todo tipo de empresas (capitalistas, públicas, cooperativas) y otros que se diferencian según el sistema y/o régimen en que se insertan: capitalista liberal, capitalista reglamentado, socialismo estatal o socialismo de mercado.
Tres son los factores determinantes de la actividad empresarial que son independientes del orden económico y que deben darse en todo tipo de empresas, sean capitalistas, públicas, autogestionarias y/o cooperativas.
* El proceso de combinación de factores
En todas ellas, se trata de conseguir la relación óptima de los factores de la producción con el fin de obtener un producto o un servicio. Ello se refleja en magnitudes técnicas por la productividad o el grado de utilidad conseguido por cada uno de los factores (equipos e instalaciones, mano de obra y materias primas). Aunque aquí la dirección que combina estos factores se ejerce de modo distinto según cada sistema económico.
* Racionalidad económica o principio de economicidad
Se pretende obtener el máximo producto con determinados recursos (escasos) o conseguir un producto dado con los mínimos recursos posibles. Esto es así en todo tipo de empresas.
* Equilibrio financiero
Junto al circuito de los bienes reales, en sus aspectos técnicos y económicos, hay una tercera evaluación que es la financiera: se refleja en magnitudes de pagos y cobros a las que debe hacer frente la empresa. En cualquier actividad empresarial y en cualquier sistema económico, debe darse el equilibrio financiero: una relación óptima entre los medios financieros y las necesidades financieras.
-Como los tres factores son independientes del sistema económico, la cooperativa también los necesita. Y una dedicación especial merece el equilibrio financiero en la empresa cooperativa ya que, siendo idénticas las necesidades financieras a las de otro tipo de empresas, sus fuentes de financiación son más escasas.
Quizás haya parecido extraña la afirmación de que el sistema económico no influye en el proceso combinatorio, en su economicidad y en el equilibrio financiero. Donde influye el sistema o régimen económico es en la configuración de los centros de poder y de decisión. Y este manejo del poder sí incide en los procesos productivos y de servicios.
La respuesta a estas dos cuestiones enmarca a cada empresa en un sistema económico o en su propia concepción empresaria. Estas cuestiones son: 1º) Quien tiene el poder en su doble sentido, de autonomía respecto a instancias exteriores y de ejercicio del poder de decisión; 2º) Como se motivan y se miden las decisiones económico-empresariales.
Las respuestas a estas temáticas vienen dadas y determinadas por el sistema económico correspondiente.
* Autonomía empresarial
Es una de las características de la empresa cooperativa por la que el cooperativismo ha velado desde sus orígenes. A pesar de que se dio como reacción al capitalismo, el cooperativismo no buscó contemporáneamente su solución en el Estado (aunque éste interviene con sus políticas activas) o en la toma del poder político. La organización democrática cooperativa exige la autonomía, como también la solicita la empresa privada convencional.
* Autogestión
El meollo de la empresa capitalista es el principio de decisión exclusiva y única de parte de los propietarios (por sí o a través de sus gerentes). En una economía centralmente planificada, el principio regulador es el principio de órgano o dependencia, ya que instancias supra-empresariales deciden para la empresa. La cooperativa, por el contrario, tiene en la autogestión de sus asociados una de las originalidades que establece una personalidad propia. Cada asociado tiene un voto, al margen del capital aportado y la distribución de los excedentes se efectúa en proporción a las operaciones realizadas.
* Distribución de resultados
En las empresas capitalistas rige el objetivo del máximo lucro. Así se orienta el responsable de la empresa y el mercado asigna el derecho al beneficio. En una economía centralmente dirigida se pone en primer plano a la producción, que responde a un plan elaborado por órganos externos a la empresa.
En el régimen cooperativo la distribución de resultados asume la forma de una economía de prestación de servicios con la obtención (eventual) de un excedente, como expresión cuantitativa del exceso de previsión en el cálculo de los costos y gastos.
Colofón
Entonces, la cooperativa, junto a los factores comunes a otras empresas, presenta (como organización alternativa a las empresas capitalistas y públicas) las características siguientes: valores y principios solidarios, la autogestión, la economía de servicio con excedentes eventuales y la autonomía en la organización y en las decisiones.