El Dr. Alberto Ferraro condujo a la “Mutualidad Fondo Compensador Personal Civil del Ejército” -FOCOMEJ- cuando el mundo se venía abajo; introdujo soluciones informáticas; diseñó la ingeniería financiera; encaminó inversiones; cuidó al asociado y al personal y sentó la base de seguridad y confianza, conque hoy se desempeña la acción de la Mutual.
“La conducción de la institución, o sea el Consejo Directivo, tuvo sus momentos difíciles y la gerencia que yo ocupaba tuvo que anunciar decisiones complejas.
A partir del año 2003, nos vimos bastante complicados por un decreto que sacó de la obligatoriedad de los aportes al Fondo Compensador, eso produjo una baja de asociados muy grande, prácticamente la mitad del padrón; la Mutual estaba funcionando en un sitio prestado en la Contaduría General del Ejército y nos reclamaban ese espacio por un tema de expansión de las Fuerzas Armadas.
De hecho, teníamos que armar todo un sistema financiero; tomar una decisión para salir de la Contaduría y buscar otra cosa; por otro lado, hacer una contención a la salida de la gente por el hecho de que ya no era obligatorio los aportes al Fondo Compensador, ya que, teníamos un sistema de pago de cumplimientos compensatorios y el origen de los fondos eran justamente las cuotas de los aportes de los asociados.
Nos propusimos entonces, hacer una ingeniería financiera y con los pocos fondos que tuvimos nos decidimos a comprar una sede en el año 2004, la encontramos y fue bastante difícil porque era una sociedad anónima en problemas, tuvimos de alguna manera que colaborar en la parte legal y pudimos comprarla”.
“En el año 2005 hicimos refacciones al edificio y tuvimos la primera sede propia del Fondo Compensador, eran aproximadamente 450 metros cuadrados, un espacio interesante y pudimos contener por otro lado la corrida masiva que habían tenido los asociados.
También, intensificamos los servicios que teníamos y había que pensar en un Plan para suplantar de alguna manera los complementos que se pagaban, porque en un sistema de reparto lo que se ingresaba se repartía, pero al cambiar el sistema no se daba tanta tranquilidad al asociado que se jubilaba.
Empezamos a trabajar en un sistema de capitalización en el cual cada asociado debería tener una cuenta capitalizadora en el cual sus aportes iban a esa cuenta y el Fondo Compensador a través de todas las inversiones que tenía formaba un índice de ajuste para las mismas.
Lo logramos entre el año 2005 y 2007 que se completó el sistema, colaboró la informática y a partir de ese momento se empezó a pagar los complementos que ya estaban, pero también se empezó con un sistema nuevo de capitalización en el cuál la gente no creía mucho y la tomaba como una caja de ahorros, pero dejándolas durante un buen tiempo, al jubilarse, le dábamos los importes depositados más los intereses acumulados.
Se pagaba la capitalización en forma puntual y de la cantidad de asociados que habíamos perdido se han recuperado gran parte; en parte, por el hecho de que se empezó a entender el sistema de capitalización y también porque transformamos los servicios que teníamos. La gente se fue adaptando y acompañando al Fondo Compensador en la modernización y la puesta al servicio de las nuevas propuestas”.
La emergencia nos hace pensar rápido
“Después de haber comprado nuestra sede, adquirimos otros edificios, que hoy se tienen como inversión y que están alquilados. Sus ingresos sirven para pagar las capitalizaciones y además compramos un maravilloso hotel, el cual ha duplicado el valor que tenía, ya que lo hemos modernizado. Es un Loft que tiene 26 habitaciones, un comedor desayunador y un salón para eventos.
En el año 2003 prácticamente la Mutual no tenía patrimonio y 20 años después pasa a tener un patrimonio importante, con una cartera de servicios muy especializados, con solvencia y una potencialidad bastante significativa dentro del mutualismo.
Muchas veces la emergencia nos hace pensar rápido. Lo cierto es que hay que tener soluciones, pero, nosotros no queríamos tener financiamiento bancario porque es muy caro, entonces pensamos en otra cosa: en nuestro propio auto financiamiento.
Con los fondos que venían de los asociados, para su propia capitalización, reinventamos una nueva ingeniería financiera para hacer un menú de inversiones que podía darnos capital operativo y un fondo de préstamos.
Es así que tuvimos una cartera muy importante de préstamos y para complementar con servicios, incorporamos turismo, hicimos convenios con FEDETUR por ejemplo, pero nos paró la pandemia. Tenemos que seguir sumando convenios”.
“Yo comencé en el Fondo Compensador en el año 92 ó 93 pero la política era distinta, a veces las circunstancias son las que mueven las decisiones, estuvimos en un nivel de confort hasta el año 2003.
Lo que hicimos primero en la etapa gerencial fue tratar de impulsar la parte informática, poque llegamos a la mutual y la información era muy pobre, con sistemas viejos y costó mucho en ese momento transformar algo, sobre todo con una persona como yo, que recién llegaba y con ideas.
Costó un poquitito, sobre todo con aquellos directivos que estaban acostumbrados a una zona de confort en el cual todo parecía andar bien: como lo que se cobraba se daba a los jubilados no había un motivo para cambiar.
De todos modos, logramos con los programadores en la parte informática, obtener una base de información importante y equipos modernos, hasta que se llega al sistema actual”.
“Cuando llega el problema que no hay más obligatoriedad de ser asociado, no solo se cambia el sistema, también se cambian los sistemas informáticos. Pasamos de un sistema a otro hasta que encontramos cuál era la mejor forma de tener un sistema informático y de comunicación auto sustentable.
Es así que tenemos un sistema en el cual todos los servicios están centralizados, controlados por una base de datos de los asociados; entonces sabemos cuáles son los servicios que tiene cada asociado”.
“También hubo una transformación en la forma en que nos comunicamos, fue una transformación bastante importante y eso también es un logro. Hay que entender que, en realidad, la informática es un medio, no es un fin y uno se vale de ese fin para proyectar los sistemas. Nuestro objetivo es dar mejores servicios, tratar de ampliarlos y mejorarlos.
Otra manera es empezar con las redes sociales, afortunadamente estuvimos preparando un nuevo gerente desde hace unos cuantos años, para que, siguiera esta política y por suerte lo logramos. Ahora, además, todo se va ampliando y mejorando, ya que nos comunicamos con nuestros asociados y representantes a través de las redes.
Tenemos una imagen que opera como nuestra representante, la que da los mensajes, pasa nuestra publicidad y estamos ofreciendo todo por las redes, esa fue una innovación bastante buena y la empezamos a utilizar hace más de tres años. Por eso es muy importante especializar a la gente en redes.
Es una comunicación permanente y también nos comunicamos por redes o a través de la informática para el tema de cuotas impagas o pagos tardíos, es una manera más amable de comunicarnos con el asociado que una carta de reclamo.
En realidad, necesitamos que el asociado colabore en ese sentido porque como el sistema es solidario, su aporte no beneficia a los integrantes del Fondo, sino al propio asociado”.
“A los asociados les digo que tengan mucha confianza en la institución, no sólo porque patrimonialmente es solvente, sino, porque dentro del grupo humano siempre van a tener el apoyo y la respuesta a todo lo que necesiten y por eso se van a sentir seguros. Hay que entender que la labor de los representantes es muy importante, ya que son la cara de la Mutual en las Unidades.
Es muy satisfactorio haber gerenciado durante muchos años la Mutual, me sentí muy feliz durante todo ese tiempo porque coseché amigos, pude aplicar el profesionalismo, pero también la audacia al enfrentar situaciones. Estoy agradecido a la institución porque me ayudó a crecer espiritualmente y transformó mi persona”.
“Teníamos una meta en lo personal de trabajar en favor de la institución, de aportar ideas, de tener el conocimiento para que la institución se levante y yo pienso que se logró.
A lo mejor fui la cara de todo esto, pero detrás había un equipo muy importante: los letrados, los contadores, los administrativos, los supervisores, las autoridades del Consejo Directivo y se sentía todo ese apoyo.
Uno solo no puede hacer las cosas, necesita de todo ese andamiaje que por suerte lo tuvimos y por eso me siento feliz, porque el objetivo que me había impuesto lo cumplí y también porque la persona que me suplanta en este momento tiene los mismos ideales y los mismos objetivos.
En este momento tratamos de colaborar a través del asesoramiento, más que nada por la experiencia que se tiene, más allá de la profesionalidad, con la felicidad de poder seguir siendo útil a la institución”.