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COOPERATIVA LA HOJA: EL CIELO PUEDE ESPERAR

Los Martín quieren volver a poseer la centenaria yerbatera “La Hoja” que quebraron en 2008 y que sus trabajadores recuperaron, luego de levantar 4 hipotecas. La cooperativa quiere comprar la quiebra, pero los ex dueños plantaron una grave denuncia para impedirlo.

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Orgullo Agrosar

Cuando las papas queman

Imagínese que Ud. es dueño de la empresa Yerbatera La Hoja y ya no la puede sostener, no le puede pagar a sus proveedores, ni a los empleados. Lo intentó y entonces tuvo que hacer cuatro hipotecas, pero igual se fue a la quiebra en el 2008.

Lo entiendo señor, que dolor perder la empresa familiar, la situación social tal vez, toda la vida trabajando para nada. Penoso realmente,

Cuando alguien saca las papas del fuego

Los empleados que Ud, descalificó tanto cuando tuvieron el “tupé” de querer hacerse cargo, si Ud. que conocía la planta como la palma de la mano no pudo, “¿van a poder ellos que nos saben dónde están parados?”

Pero no solo pudieron entender del trabajo también pagaron, no una, ¡las cuatro hipotecas!

Y pasados unos cuantos años, a punto de que los y las cooperativistas compraran la propiedad Ud, no lo puede soportar, siente que le están quitando algo que es suyo.

Y entonces sacando pecho y lo peor de sí mismo, inventa unos testigos, algunas cosas que

nadie vio, pero en su cabecita están. Y en vez de hacerse amigo, ir a felicitar a los muchachos y chicas que trabajaron de sol a sol, y ser bien recibido para poder ir a tomar unos amargos en el fresquito del patio de las Planta, se pone a pelear una pelea que no la puede ganar ni en broma.

La mentira hay que defenderla y la verdad se defiende sola

Ya se independizaron de Ud, ahora deciden por sí mismos, la vida los llevó a enfrentar muchas cosas, está fogueados y sí que saben dónde están parados.

Al igual que Ud, tienen una abogada que se juega la vida por ellos y ellas.

Pero saben también que hay una distancia muy grande entre la verdad y la mentira. La Mentira hay que defenderla y la Verdad se defiende sola. Por eso están tranquilos.

Y así está la historia

La Cooperativa de Trabajo La Hoja Ltda. enfrenta una ofensiva judicial por parte de miembros de la familia Martín, que envió a la quiebra a la yerbatera en 2008 y cuyos empleados se organizaron y tomaron el control para preservar su fuente laboral. Luego de haber cancelado las deudas que los Martin contrajeron –en especial, 4 hipotecas multimillonarias del Banco Nación– la cooperativa rosarino misionera estaba a punto de acceder a la compra definitiva de la quiebra, con el visto bueno del juez a cargo, Fabián Belizia, del juzgado nº 12 en lo Civil y Comercial de Rosario.

Pero uno de los ex dueños, Alberto Jorge Martín, armó una denuncia penal de la que un fiscal rosarino, Mariano Ríos Artacho, se hizo eco: defraudación, vaciamiento, administración infiel y hasta sospecha de lavado de dinero son los cargos que le endilgan a la Cooperativa.

El objetivo de fondo, según estos trabajadores, es impedir que los trabajadores se queden definitivamente con la empresa y, por ende, con dos importantes extensiones rurales: el campo yerbatero de San Ignacio, Misiones (2.600 hectáreas, aunque son 900 has las cultivadas con yerba mate), y otro en el sur de Santiago del Estero, 1900 hectáreas que no tienen yerba pero sí serían presa requerida para el mercado inmobiliario y su posterior desmonte y explotación sojera.

Que dice la abogada de los cooperativistas

Dra. Marcela Macellari – representante legal en la causa civil.

“Es la historia de una empresa que quebró hace 14 años y que persiste en tratar de embarrar la cancha y desapoderar a trabajadores que iban a ser despedidos y que se organizaron en cooperativa hace 7 años para continuar la producción y de manera exitosa. Y procura recuperar lo perdido con una denuncia penal inventada y acusaciones falaces.

Se invirtieron 250 millones de pesos, mire si la cooperativa los va a desperdiciar si no proyecta quedarse con la empresa. Los Martín creen que son los dueños y que tienen derecho a recuperar las cosas, y ensucian a un grupo de trabajadores que hace 7 años mantienen una empresa devastada, abusada por otras empresas que esa misma familia crearon y que obtuvieron ganancias por las que no rindieron cuentas a nadie como las firmas Demirol, Yerbatera del Paraná y Mavea SRL, que explotaron la empresa en los primeros años de la quiebra y sin pagar alquiler por ello al juzgado ni a la sindicatura.

“Los trabajadores pagaron al Banco Nación una deuda que en 30 años ni los Martín ni nadie fue a pagar. La Cooperativa fue la que se presentó a pagar”,

“Papita pal loro” dijeron los antiguos dueños

Al negociar y pagar la deuda de Martin & Cía al Banco Nación en cuotas, la Cooperativa extinguió al principal acreedor de la quiebra. Entonces buscó comprarla definitivamente, tal como la Ley de Quiebras lo habilita y el juzgado lo aceptó.

Cuando se disponían a escriturar la cesión de derechos litigiosos (acción que formaliza la extinción de la deuda), Alberto Martin y un par de parientes acudieron al estudio jurídico Salvatierra, de Rosario, para frenar la causa civil desde la Justicia penal.

Y así fue que los Martín mancharon su alma. Mire Ud, si se lo iban a perder. No hace falta ni mencionar todo lo que inventaron. Piensan que ya la empresa no tiene más deudas y que es hora de hacerse cargo.

 Con todo, Martín consiguió que, a instancias del fiscal, que una Jueza dictara una medida de no innovar por 180 días, y así paralizó la escrituración y la, autorización a la cooperativa a comprar su propia fuente de trabajo por la que viene pagando un alquiler de 2500 kilos mensuales de yerba canchada.

Demás está decir que la medida de “no innovar” fue derogada.  Y hasta se le dio unos buenos tirones de oreja a los acusadores,

Alfredo Fonseca, presidente de la Cooperativa,

“¡Pero mire si vamos a querer tirar abajo el yerbal que nosotros mismos cultivamos! La Hoja hoy participa del mercado nacional con 2 millones de toneladas de yerba empaquetada al mes, además de una importante porción del mercado de té y mate cocido en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. La dirigen 120 socios cooperativos que emplean, a su vez, a 400 personas de manera indirecta”.

Colofón

Esta historia está en pleno desenlace, pero perfila lindo para los trabajadores y trabajadoras, lo que nos hace pensar que los buenos también ganan, y que la justicia, la de la buena, también es para esta tierra. El cielo puede esperar.

Fuente: Rosario Plus y elaboración propia

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