El objetivo de la Lehmann fue acreditar una ecorregión santafecina como “Libre de riesgo de deforestación, un protocolo para medir la huella ambiental, la identificación de eucaliptus que secuestran más carbono y el desarrollo de un alimento que reduce las emisiones de metano”. Toda enseñanza para replicar.
La sustentabilidad en cooperativas agropecuarias favorece al planeta y hacen posible cumplir con requisitos de exportación cada vez más exigentes. Veamos como la Lehmann logra el oro por su gestión sustentable, ya que fue premiada por la “Mejor Gestión Sustentable y los “Premios a la Excelencia Agropecuaria La Nación-Banco Galicia”.
El 50% de la facturación de la Cooperativa Guillermo Lehmann, responde a servicios y alimentos para la ganadería. Con 2.500 productores, en general pequeños del centro santafecino, un staff de 480 colaboradores y 2.000 proveedores, entre ellos 680 transportistas. En una agenda de sustentabilidad, se tienen que aunar todas estas voluntades.
La cooperativa se originó hace 72 años como una consignataria de hacienda, luego se agregó el acopio y la comercialización de granos, parte los cuales se transforman en alimentos balanceados, y una fábrica de premezclas vitamínico-minerales, entre otros.
Corrió con viento de cola en la provincia de Santa Fe en los departamentos de Castellanos, Las Colonias y La Capital, que tienen bajo impacto ambiental, están libre de riesgo de deforestación y cumple con los estándares de los principales mercados del mundo.
Buscando la neutralidad de carbono a 2050, la Unión Europea -UE- aprobó la regulación 2023/1115, por la que ciertos productos importados, particularmente la carne vacuna y la soja, no podrán provenir de zonas deforestadas.
La norma -que entrará en vigencia a partir del 30/12/2024- establece que cualquier importador del bloque deberá confirmar que la mercadería no proviene de lotes deforestados legal o ilegalmente, conforme a las normas del país de origen.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, el foco en esos dos productos -carne vacuna y soja- obedece a que han sido identificados como principales responsables del avance de la frontera agropecuaria sobre los bosques.
La idea es contar con datos propios de la región, para que cuando el Hilton se embarca no se haga en base a estudios de Europa o de EEUU, que tienen otros sistemas de producción.
Para ello, es necesario contar con las Altas Casas de Estudio Regionales -Universidades y el INTA- para que se hagan mediciones experimentales en los campos, con una metodología y rigurosidad tal que no pueda ser cuestionada por las autoridades de los principales mercados del mundo.
En esta línea de trabajo, el objetivo es lograr una región geográfica con características ecológicas similares, en la cual el crecimiento de la producción agropecuaria no se haya hecho en desmedro de los recursos forestales.
Esta información proviene de estudios de carácter público, el Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos (1998-2005), basado en imágenes satelitales y datos de campo, que luego fue actualizado por un Segundo Inventario (2013-2023).
También habría que hacer convenios con Universidades para medir la huella ambiental de distintos productos, mediante el análisis del ciclo de vida.
La región en que trabaja mantiene la misma cantidad de bosques nativos en los últimos 25 años, no se han tocado las zonas rojas ni amarillas, establecidas en la legislación argentina, según la documentación presentada al Ministerio de la Producción y de Medio Ambiente de Santa Fe.
Ahora están en condiciones de buscar que se apruebe un Proyecto de Ley para poder acreditar que se trata de una ecorregión donde se produce carne y soja libre de riesgo de deforestación. Y en una instancia posterior, conseguir una certificación.
Los que participaron en el Programa Argentino de Carbono Neutro, saben que se puede desarrollar una herramienta para que los tambos puedan hacer sus propias mediciones, según su grado de intensificación.
Esta experiencia permite advertir que los principales mercados van a demandar esa información en otros rubros. Por eso ahora, hay que trabajar en la huella ambiental de los cultivos de la zona, soja, girasol, maíz, sorgo, trigo y alfalfa, y hacer lo mismo con la carne.
Con respecto a la nutrición animal, la Lehman utiliza un alimento balanceado para la recría y engorde que no contiene fibra, o sea, que tiene mayor digestibilidad y, por lo tanto, reduce las emisiones entéricas.
Se trata de un alimento completo que permite terminar los novillos antes, de manera simple y práctica. Se lanzó hace un par de años y, ahora, junto con el INTA Rafaela se está investigando las emisiones de los animales que lo consumen. Para ello se trajeron equipos desde los Estados Unidos y, hasta el momento, se ha medido que generan 16% menos de metano. Los resultados definitivos serán presentados en marzo en una jornada de productores.
Otra cuestión de interés ambiental es el trabajo conjunto con la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral en la que se cuenta con una reserva forestal donde se están estudiando qué especies de eucaliptus se adaptan mejor al ambiente de la región y, a su vez, cuál es la más eficiente en el secuestro de carbono. Entonces, en función de los resultados, se le podrá recomendar al productor que quiera hacer mediciones en su campo que con una hectárea o con cinco hectáreas de tal eucaliptus, se podrá contribuir a la neutralidad de carbono.
Para finalizar, el Oro a la Excelencia Agropecuaria., le llega a la Lehman a través de un proceso planificado y serio, que tuvo coherencia con las necesidades de sus productores y también con el país exportador que necesitamos y en donde hay que cumplir rigurosas exigencias internacionales. Esperamos que esta experiencia se replique en todas las explotaciones agropecuarias de las cooperativas argentinas.
Fuente: VALOR CARNE – Ing. Agr. Liliana Rosenstein y elaboración propia