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DNU: EN SINDICATOS, MUTUALES Y COOPERATIVAS NO VA A ANDAR

Las cuotas de sindicatos, mutuales y cooperativas no son un tema de necesidad y urgencia, por lo que su inclusión en el DNU no es un acto de liberalismo, sino una maniobra para debilitar a los gremios.

 

Por Marcelo Peretta

Doctor en Farmacia y Bioquímica, UBA.
Titular del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB)

 

A pesar de que se la califica como un perjuicio al trabajador y un abuso de parte del sindicato, la cuota solidaria que aportan los no afiliados está plenamente justificada en el hecho de que ellos también acceden a los beneficios incluidos en los convenios colectivos de trabajo obtenidos por el sindicato.

Por ejemplo, el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB) logró un aumento de 91% para el trimestre enero – marzo 2024 que percibirán todos los trabajadores del sector, afiliados y no afiliados.

Así como es injusto excluir a un trabajador no afiliado de las mejoras salariales, también lo es beneficiarse de un convenio laboral y paritarias sin aportar al funcionamiento de la institución. Es como pretender ser socio del club preferido, poder ingresar a la cancha y usar las instalaciones por el solo hecho de ser hincha, pero no abonar la cuota de socio. Inaceptable.

El Titulo IV artículo 73 inciso c) del DNU 70/23 afirma: “el pago de cuotas, aportes periódicos o contribuciones a que estuviesen obligados los trabajadores, en virtud de normas legales o provenientes de las convenciones colectivas de trabajo o que resulte de su carácter de afiliados a asociaciones profesionales de trabajadores con personería gremial o de miembros de sociedades mutuales o cooperativas así como por servicios sociales y demás prestaciones que otorguen diches entidades, solo se autorizará si existe un consentimiento explícito del empleado autorizando el mismo…”

Este punto del DNU no promueve libertad sino desprotección y deja al trabajador que no consienta el descuento de cuota en un virtual “fuera de convenio” y librado a negociar sus propios aumentos y beneficios con el empleador lo cual es ilegal y también irracional por la desproporcionada relación de fuerzas entre empleado y empleador.

Además, el DNU contradice al propio presidente que siempre afirmó que el Estado no debe meterse en lo que hacen los individuos con su dinero, y el dinero de la cuota sindical es del trabajador.

Por supuesto que los gremios deben fijar cuotas módicas, mínimas y proporcionales a los servicios que ofrecen; por ejemplo, no más de 3% del salario a afiliados y de 1% a no afiliados, pero más allá de esta disquisición, las cuotas de sindicatos, mutuales y cooperativas no son un tema de necesidad y urgencia, por lo que su inclusión en el DNU no es un acto de liberalismo sino una maniobra para debilitar a los gremios, que sin recursos no podrán defender a sus trabajadores.

Esta no es una pelea entre afiliados y no afiliados por el pago de una cuota sino un plan para enemistar al empleado con el gremio, haciendo foco en el descuento de la cuota y no en el verdadero problema que es la inflación y la política económica que quitan poder adquisitivo al salario. Los trabajadores deberían salir de su zona de confort, tomar partido, sumarse a sus gremios, solicitar participar y cooperar en las paritarias. Resulta difícil lograr aumentos salariales y mejoras laborales; muchos empleadores que se muestran caballerosos en público, son huesos durísimos de roer e inflexibles a todo pedido sindical, por lo que cada logro requiere de firmeza, persistencia y “cara de perro”.

Es evidente que un selecto grupo de empresarios tuvo acceso “vip” al borrador del DNU, e influyó en su redacción final, porque mientras que se castiga a la “casta” sindical quitándole ingresos y obras sociales, se beneficia a los “empresaurios” llevando de tres a ocho meses el periodo de prueba, quitándoles multas por falta de registración, reduciendo la indemnización por despido y autorizando un banco de horas de trabajo para no tener que pagar horas extras.

Se ha entregado en forma oligopólica el control del país al empresariado: a las petroleras los combustibles, a las farmacéuticas los remedios, a los bancos la economía, y así cada rubro. Se da mucho a la patronal y poco al trabajador. No va a andar

Fuente: El Perfil

 

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