El escenario político argentino aparece como caótico, ya que no se sabe cuáles son los caminos, sin embargo, algunos datos tranquilizan, como los que proporciona el campo, seguimos siendo un país requerido por las grandes potencias por su producción alimentaria, y, a pesar de los efectos climáticos, seguimos teniendo los cuatro climas.
Además, todavía tenemos nuestro libre albedrío para no dejar que el contexto nos determine y fortalecer esta Economía Social y Solidaria con integración y alianzas. Sabemos muy bien cómo y con quién vamos a salir adelante, solo nos queda animarnos a la acción, ya que el tiempo es el único “insumo” no recuperable.
Los cuestionamientos constantes oscurecen, ya se sabe que las interpretaciones que se dan de la normativa solo aportan una ignorancia generalizada con menos transparencia democrática y con menos Igualdad y Equidad social.
Nada puede ser “a toda costa” ni en contra de todos; sin embargo, se va y se vuelve, agregando incertidumbre y con una inseguridad total. Lo que se dice hoy, no dura un día, porque mañana cambia todo y ya nada es igual. La escenografía que se despliega parece representativa, pero no es veraz. Los cooperativistas y mutualistas, en cambio, somos reales.
Ante un cambio de autoridades, siempre nace la esperanza de mejorar las condiciones de la población, porque la política tiene esa misión, y en el caso particular de las Cooperativas y las Mutuales, que se revalorice su actividad y el enorme aporte que realizan al desarrollo local y en las Economías Regionales.
En muchas oportunidades hemos señalado las medidas que han perjudicado notablemente a estas entidades, mientras simultáneamente se expresaba que el propósito de las autoridades era impulsar su fortalecimiento y desarrollo.
Los argentinos tenemos que cambiar el modo de pensar y esto es tan prioritario como las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Por ejemplo, tenemos que aprender a no guiarnos por la apariencia de lo que nos ofrecen, ya que a veces los “retoques” ocultan faltas en la ética que no se tendrían que tolerar.
Es el momento de contribuir al fortalecimiento de las cooperativas y de las mutuales, de definir de manera indubitable su naturaleza y sobre todo su ámbito de actuación y la trascendencia de su accionar, atendiendo su complementariedad con el Estado, que las coloca en un lugar de privilegio desde el sistema democrático, al atender a sus asociados.
Legitimadas por sus Valores éticos, establecidos por las doctrinas cooperativa y mutual, se constituyen en entidades ejemplificadoras para la sociedad.
A pesar del contexto difícil:
El accionar cooperativo y mutual sigue y seguirá teniendo abiertas sus posibilidades ya que se crearon para resolver las necesidades de las personas y en este momento son más necesarias que nunca.
Además, a través de la difusión, de la educación cooperativa y mutual, de la formación de cooperativas y mutuales escolares, de su ejemplo en el día a día, debemos defender nuestros intereses ya que difícilmente se ocupen de ellos, personas que transitan otros caminos.