Martín Amandain (Cooperativa Dionisia)
“Nosotros hemos sido buenos prestadores del servicio de energía eléctrica, tenemos 1600 socios, 600 km de tendidos de líneas rurales, hicimos la planta de cloacas y agua corriente. Mirando el balance económico nos podíamos quedar así; pero la misma comunidad nos manifestaba su necesidad de una educación en Principios y Valores y tomamos el desafío de pensar en lo que podíamos dejar como cooperativistas a la sociedad:la formación de los jóvenes y niños. Entonces, el salto fue ingresar en el tema.
En una reunión, en el 2008 se arrancó con cuatrogrados de primaria, al año siguiente se agregó un grado más y así en tres años ya estábamos con el colegio secundario. Hoy tenemos una matrícula, después de once años, de alrededor de 150 chicos en primaria y otros 150 en secundaria y ya estamos transitando el tercer año de egresados del colegio.
Comunidad Educativa Solidaria
El proyecto inicial, no solo fue educativo, sino también tuvimos que adaptar a la sociedad, que es agrícola ganadera. Tenemos 8.000 habitantes, delos cuáles muchos estaban con dificultades para abonar la cuota. Se resolvió entonces, instituir la creación de padrinazgos por parte de empresas y de particulares que se hacen cargo de la beca de los chicos. Esa beca la transformamos en dos para que los padres puedan afrontar los gastos y así es que la composición del colegio es transversal a la sociedad, es decir que conviven chicos con familias de distintos recursos y a todos se les da el mismo tratamiento.
Hemos logrado que la mayoría de los chicos que llevan ya tres años de egresados – algunos empezaron con nosotros y otros son provenientes de otras escuelas – que hayan ingresado a carreras universitarias o se estén desarrollando laboralmente en forma correcta.
Cooperativa Escolar
No solo apuntamos a la forma pedagógica y científica, sino a la formación del ser humano, respeto de los derechos cooperativos y como frutilla del postre se ha creado la cooperativa escolar por la importancia de la experiencia pedagógica y desde allí se está juntando libros, materiales que luego se llevan a un colegio religioso que alberga muchos chicos de hogares rotos, con carencias. Nosotros participamos de jornadas en ese colegio integrando a los chicos, no solamente con llevarles algo, sino que les aportamos tiempo y acompañamiento.”
Gabriel Justiniano (Centro Educativo)
“Fue un desafío integrar la educación con la cooperativa. A los dirigentes de una cooperativa nos coloca en un lugar de exposición permanente, por lo tanto, tenemos que manejarnos con coherencia, es decir, los alumnos nos están viendo todos los días, nuestra forma de proceder, de comportarnos, de comunicarnos, de proponer cosas, así que es una exigencia que nos obliga permanentemente a tener muy claro que hacemos, el porqué lo hacemos, para que lo hacemos y como lo hacemos.
Tratamos básicamente de mostrar ese tipo de formación, en que los chicos sepan pensar, que tengan libertad de pensamiento, la posibilidad de plantarse y cuestionarse las cosas. Es todo un trabajo para nosotros que obviamente ya tenemos un poco más endurecidas nuestras ideas, pero por eso, creo que trabajar en un colegio, es una gran oportunidad para los adultos porque nos obliga realmente a colocarnos en un lugar de mayor flexibilidad, es decir, nosotros no tenemos que imponer conductas tenemos que compartir conductas con los chicos.
Nuestro objetivo ha sido ese, lo vamos logrando, tenemos 150 niños y 150 jóvenes con los cuales compartimos todos los días, aprendemos de ellos y tratamos de trasmitirles lo que implica el cooperativismo básicamente con lo que es la solidaridad y el respeto por el otro.”
Colofón
“La educación es poder mirar lejos” y el desafío es brindar igualdad de oportunidades, lo que no significa dar a todos lo mismo, sino a cada uno lo que necesita, aceptando que no todos llegan en las mismas condiciones, pero entendiendo que todos pueden llegar.