El Teniente Coronel Expedicionario del Desierto, Ricardo Cornell- fundador de la SMSV – nació el 24 de junio de 1865 y su vida se extinguió el 24 de junio de 1938 a los 73 años de edad.
Entró al Colegio militar a los 13 años, en 1878, y se retiró después de haber ascendido todo el escalafón en 1924 a los 49 años de edad.
Realizó servicios en la frontera, luego en el Primer Batallón del Sexto Regimiento de Infantería en Choele-Choele con el grado de Teniente Segundo, en las fuerzas que concluyeron la campaña de los Andes iniciada por el General Conrado Villegas.
Luego, fue destinado a la frontera de Río Negro y Junín de los Andes. En 1913 lo ascendieron a Gral de Brigada y en 1918 a General de División.
Por su labor fue reconocido mucho más tarde, por decreto del 31 de diciembre de 1928, como “Expedicionario del Desierto” y su retiro llegó por decreto con el cargo de Teniente Coronel.
En 1894 propuso la creación de la Sastrería del Ejército, que se concretó muchos años más tarde, resolviendo muchas necesidades. También propuso al Ministerio de Guerra la asignación de casas-viviendas para jefes y oficiales con asiento en las diversas guarniciones, que era uno de los problemas a resolver en los más lejanos destinos.
En el Círculo Militar, propuso que se cree la “Legión Argentina”, al modo de la “Legión Francesa”, para jerarquizar la profesión.
En los últimos años del siglo XIX habiendo ya terminado las campañas patagónicas, los soldados regresaban de las guerras con enfermedades, incapacidades físicas y psíquicas, que iban de la mano con el retiro de la vida castrense. Además, las familias agravaban su situación con los que no regresaron.
Las Fuerzas Armadas necesitaban apoyo espiritual y ayuda económica, se contaba con las experiencias de un proyecto de un banco militar que no prosperó y de una cooperativa militar que tuvo corta vida.
El gran legado del Tte Cnel Ricardo Cornell
Este es el gran legado que hizo el Teniente Coronel Cornell a las generaciones futuras: pensar en una sociedad mutual sin ánimo de lucro para brindar seguros de vida y ayudas económicas respondiendo a las necesidades comunes de los hombres de armas.
En 1901 vivían en la indigencia muchos camaradas, era necesario otorgar un subsidio por fallecimiento para compensar las carencias familiares.
El 21 de marzo de 1901, visionarios del Ejército y la Marina reunidos en la Biblioteca del Estado Mayor General del Ejército, firmaron el acta fundacional de la Sociedad Militar “Seguro de Vida”, que inició sus actividades el 1° de mayo de ese mismo año con 400 socios activos.
El Círculo Militar a solicitud de la Sociedad, cedió un lugar apropiado para la instalación provisoria de la Sede Social. En la primera Asamblea el Teniente Coronel Cornell fue nombrado su socio gerente, declinando al poco tiempo para continuar su carrera militar con el mérito de haber sido un adelantado para su época, ya que imprimió en la nueva sociedad Principios y Valores que aún se sostienen.
Su primer Presidente, el General Benjamín Victorica, pudo cristalizar la visionaria idea del Teniente Coronel Ricardo Cornell, con los postulados de ser una sociedad benéfica, solidaria y con profundo sentido social. Desde el comienzo fue preocupación hacer realidad el seguro de vida, los préstamos personales; luego el adelanto de haberes, este último servicio mutual fue en el tiempo la solución al crónico atraso en los pagos.
El Primer Cuarto de Siglo
Iniciada la gestión de las operaciones que lograban los objetivos previstos, se avanzó paulatinamente, llegando a los 1.000 socios activos. Con los Estatutos aprobados, se obtuvo la personería el 29 de enero de 1906, quedando la Sociedad organizada y constituida legalmente al tiempo que se aceptó incorporar como socios a los empleados de la Sociedad con más de 5 años de antigüedad.
Recibió el apoyo permanente de otras organizaciones castrenses, como fue la del Círculo Militar que la alojó en su sede social hasta 1908 y, también de la hoy Asociación de Socorros Mutuos, entonces Panteón Militar, 20 años más antigua, que le ofreció sus salones para reuniones y asambleas.
En el año 1907, a los servicios de seguro de vida, préstamos personales, adelantos de haberes y caja de ahorro, se agregó la administración de haberes por poder.
Durante el año 1910 se produjo una crítica situación en el personal militar retirado, obligando a la Sociedad a invertir todo el capital disponible en otorgar préstamos y adelantos de haberes. Esta situación se agravó con un mayor atraso en el pago de los
retiros, llevando a la Institución a solicitar el primer crédito al Banco de la Nación Argentina por $ 30.000 m/n y destinarlo íntegramente para atender los pedidos de préstamos y adelantos. En esa época se totalizaban 1567 socios activos.
La política de apoyo solidario a la familia militar se mantuvo a pesar de los problemas financieros. En el año 1920, se entregó el primer subsidio que la Institución otorga. La beneficiada fue la II Sociedad de Huérfanos Militares que hoy es el Instituto Social “Dr. Dámaso Centeno”.
Al resultar pequeña la sede, se hizo necesario alquilar una propiedad en la calle Moreno 1914, de Capital Federal. La creciente incorporación de socios, repitió la situación y, se efectuó un nuevo traslado a un local en Defensa 1336, Capital Federal, donde permaneció hasta 1926.
El Directorio resuelve crear la Caja de Protección al Empleado, que es aprobada en la Asamblea General Ordinaria del 29 de julio de 1916. La Institución se adelantó en el tiempo con el trato social que le supo brindar a sus empleados ya que desde el año 1917 otorgaba vacaciones pagas y un mes de sueldo como premio anual.
A los 20 años de su fundación, la Sociedad estaba consolidada y, en sostenido crecimiento. Como lo estableciera su primer Estatuto beneficiaba por igual y con los mismos derechos a todos los socios, que habían llegado a ser 2583 activos.
En el año 1923, los suboficiales del Ejército, solicitaron su ingreso como socios; lo que se rechazó por no estar contemplado en los Estatutos. Estos últimos se modificaron en 1997 permitiendo el ingreso del personal de Suboficiales, cumpliéndose la aspiración deseada 74 años antes.
La confianza y prestigio adquiridos por la Sociedad en el ambiente financiero, posibilitaron obtener los recursos para un normal y ágil desenvolvimiento en las operaciones de ayuda económica con liquidez y seguridad.
Recién en 1927 obtuvo de sus asociados la aprobación de tener un local propio: la Asamblea autorizó la compra de una propiedad en Alsina 1685, Capital Federal.
Durante el año 1929, por primera vez la Sociedad hizo un aporte ante el pedido del Círculo de Suboficiales del Ejército. Se le otorgó una medalla para un torneo deportivo y el costo fue prorrateado entre los Directores.
En el año 1931, una Comisión con miembros del Directorio entrevistó al Ministro de Guerra para solicitarle su intervención en el otorgamiento de un préstamo del Banco de la Nación por $ 600.000 m/n con el cual se abonó a los socios los sueldos atrasados.
El Directorio en sesión extraordinaria en 1932, aprobó suscribirse al Empréstito Patriótico con la suma de $ 50.000 m/n y propuso a los asociados hacerlo con un mínimo de $ 100 m/n con un préstamo de la Sociedad a pagar en 10 cuotas. Se creó el ” Boletín Social” para servir de enlace con los asociados.
El Directorio recibió una solicitud de 150 socios, proponiendo que se obsequie una vivienda al fundador, Tte Cnel Cornell; quién al enterarse, para no desairar a sus camaradas y no ofender a los proponentes, manifestó que sólo aceptaría la donación si esta fuera por decisión unánime de los socios sabiendo que esto era imposible.
Al final de 1935 la Asamblea aprobó la compra de la propiedad en Uruguay 656 por falta de espacio y arrendar o vender el local de Alsina 1685 que fuera la primera sede propia.
Intervención de la Sociedad
Desde el momento que, por Asamblea del 25 de julio de 1936, se constituyó el nuevo Directorio con la Presidencia del General de División D. Elías C. Alvarez, quién ya la había ejercido en el período 1926/1932; aparecieron dificultades para lograr opiniones coincidentes, necesarias para aprobar los asuntos a resolver. La lamentable situación no se compadecía con la trayectoria de 36 años de sacrificios y perseverante esfuerzo.
El Poder Ejecutivo Nacional resolvió intervenir la Sociedad para evitar su desprestigio.
El 21 de septiembre de 1936, por intermedio del Departamento de Justicia, se dio a publicidad el decreto, en cuyos “Considerandos” se mencionaba la potestad reglamentaria de Fiscalización, de la autoridad militar sobre las asociaciones militares, no obstante, fueran éstas de carácter privado. Emanaba del artículo 86 inc. 1, 2 y 15 de la Constitución Nacional de 1853.
Así, el Presidente de la Nación, por Decreto N° 90799, designó a los señores Almirante D. Manuel Domecq García, General de Brigada (R.) D. Ángel P. Allana, Contraalmirante D. Francisco Stewart y al Inspector General de Justicia Doctor Eduardo Guerrico para desempeñarse como Interventores y Administradores.
La Comisión Interventora actuó rápidamente para conocer el estado económico-financiero, no sólo para deslindar responsabilidades, sino también para evitar la quiebra ante el retiro de fondos por los ahorristas, que amenazaban con presentarse ante la justicia y demandar a la Sociedad por cesación de pago.
El Presidente de la Nación, General D. Agustín P. Justo, interpuso su influencia ante las autoridades del Banco de la Nación Argentina, que otorgó a la Sociedad un crédito en cuenta corriente de $ 3.000.000 m/n. El General de Brigada (R) D. Ángel P. Allana, ofreció su patrimonio como garantía, con la condición que no se diera a conocer ni se registrara su actitud, lo que así se hizo. Este hecho se rescata como una anécdota.
Se informó entonces a los socios que los depósitos estaban a su disposición. El estado de angustia desapareció; el 70% de los pedidos de retiro de fondos quedaron sin efecto.
Es de destacar que en los momentos de mayor inquietud y confusión; calificados depositantes e instituciones castrenses, entre éstas el Círculo Militar, poseedor de un importante depósito, haciendo caso omiso a los rumores, cursó una nota a la Comisión Interventora informando que no tocarían sus fondos pues la confianza no había variado. Una vez más, el Círculo Militar apareció ligado a la trayectoria de la Sociedad.
Durante este triste período, por la situación creada; el 24 de junio de 1938, a la edad de 73 años falleció el fundador de la Sociedad, el Teniente Coronel D. Ricardo Cornell.
La Comisión Investigadora actuó durante casi siete años, desde el 22 de septiembre de 1936 al 30 de abril de 1943. El citado período correspondió a los Ejercicios 37 al 42.
Normalización
El 29 de agosto de 1943, en la Asamblea General Ordinaria se aprobó la gestión realizada por la Comisión Interventora y Administradora que logró consolidar las finanzas y fue designado Presidente del Directorio, el General de Brigada D. Juan R. Jones.
En 1944, se remitió como donación para los damnificados por el terremoto de San Juan la suma de $10.000 m/n por la Sociedad y $ 500 m/n por los empleados.
A partir de enero de 1945, se crea la Aeronáutica Militar. El personal Superior se incorpora como Socio Activo, al igual que los del Ejército y la Armada.
Por resolución del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, con fecha 30 de septiembre de 1946 se inscribió en el Registro de Mutualidades, bajo el N° 97, como “Sociedad Militar Seguro de Vida – Institución Mutualista”.
Colofón
El Directorio de S.M.S.V., colocó el 10 de mayo de 1945, en la sepultura del fundador, una placa en bronce fundido con la reproducción de la fotografía y la siguiente leyenda:
“General de División Expedicionario del Desierto D. Ricardo Cornell.
La Sociedad Militar Seguro de Vida, a su fundador”.