Es compleja la situación agropecuaria de los productores cooperativos en las diferentes regiones, ante la sequía, heladas, granizo y la falta de financiamiento, entre otros temas trasversales a todas las Economías Regionales. Se esperan urgentes respuestas de los distintos estamentos gubernamentales ante un pronóstico tan complejo.
La preocupante situación es relatada por Consejeros de CONINAGRO que representan a las distintas Economías Regionales.
“Ofrecemos esta radiografía nacional entendemos que las autoridades tienen que tomar nota de lo que nos espera en 2023: el efecto de las inclemencias climáticas en los pueblos rurales significa que menor producción son menores ingresos para sus economías, afectando el comercio y los servicios.
La grave situación actual merece un planteo de Políticas Activas para el Sector, tipo de cambio, financiamiento, leyes, asistencia financiera, entre otras. Con la Emergencia Agropecuaria no alcanza, el productor cooperativo no puede avanzar. Las pérdidas son significativas y hay que observar lo que viene y tomar decisiones políticas que generen la previsibilidad necesaria.
Además, esta grave situación en los pueblos de las diferentes Economías Regionales se derrama e impacta en una baja de consumo en esas localidades, con menos comercialización, transporte y un freno general en la economía regional”.
“Las últimas lluvias no alcanzaron a contrarrestar el efecto de la sequía y las altas temperaturas. Continuamos con déficit hídrico marcado y demorada la labor de algunos cultivos. Serían claves las lluvias de fin de año, para el desarrollo del estado vegetativo de los cultivos y poder retomar la siembra.
Se están monitoreando los maíces tempranos, en los cuales ya hay pérdidas importantes en algunas zonas. Sin lluvias en los próximos días, la situación es de extrema gravedad”.
“En la cadena láctea, por Santa Fe y Córdoba la situación es crítica. Se ha enviado una nota a las autoridades nacionales con la preocupación por la sequía, la intervención del Estado con el dólar soja y la suba de alquileres lo que impacta con una suba de entre el 15% al 20% de los costos de la leche, además de la suba general de costos, baja de precios internacionales y Programa de Precios Justos.
Para los primeros seis meses del 2023 la reserva de pastura es de muy mala calidad, es un año con bajo rendimiento de pasturas y con falta de alimentos para las vacas. En caso, que no llueva antes de febrero ya no hay posibilidad de gestionar reservas lo que determina un problema serio para la cadena”.
“En Santa Fe, la situación de la ganadería bovina termina con una foto de un año complicado, estancado y con mucha incertidumbre. Para el productor, la carne vale lo mismo en pesos que hace cinco meses atrás, con una inflación que complica la situación.
La sequía está pegando fuerte con un impacto solo comprendida por los afectados, generando una sobre oferta por mayores ventas ante la falta de receptividad en los campos y altos costos de los alimentos”.
“El consumo interno no tracciona, con salarios deteriorados y poca capacidad de compra con la posibilidad de convalidar aumentos a pesar de que el precio de la carne en mostrador tuvo aumentos muy inferiores a la inflación.
En el plano internacional el mercado externo continúa con controles, restricciones y en los principales destinos como China o Europa están comprando volúmenes más bajos, con menores precios en dólares.
Hay que avanzar en temas pendientes de la Agenda Pública, que nos ayuden a mejorar la competitividad de toda la cadena. En el Sector Ganadero, estamos hablando de desastre en algunas zonas de la Pampa Húmeda, en el litoral, Chaco, Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires; una crisis climática grave, como no se vio en 30 años.
Esto implica pérdida de forraje, pastura y menor productividad. El gobierno debería trabajar en un plan estratégico, con una Ley de Seguro Integral Agropecuario”.
“Estamos necesitando financiamiento con una Ley impositiva justa para todos. Es muy grave la sequía. En la cosecha de trigo, las pocas hectáreas cosechadas tienen rindes inferiores a los normales y muchas hectáreas fueron destinadas a pastoreo con hacienda porque cayeron heladas que los dañó en la formación del grano.
El maíz debería estar en estado de floración, pero las plantas están secas, sin perspectivas de cargar grano, en un estado de desastre. No hay reservas de alimentos -pasto-; de silos picado fino y de granos para los animales en general -vacas de tambo, novillos, invernada, etc.-. La producción está pasando por una situación extrema.
Las cooperativas, este año sin operatoria de acopio de cereales están con rentabilidades muy bajas y altos costos por inflación lo que genera situación de quebrantos y el productor acude por ayuda para refinanciar pasivos, está prácticamente con bajo capital de trabajo, un panorama incierto y poca ayuda crediticia”.
“Hay distintas realidades de la producción local y estamos preocupados por los productores asociados y también por los demás agentes económicos de la provincia. A pesar de todo esto, el Gobernador no respondió a los pedidos de audiencia.
Las bajas precipitaciones en los últimos años, y la extrema sequía afecta y afectará a todas las producciones en la provincia. Desde el algodón del norte hasta la soja del sur. Pasando por los tres cinturones hortícolas; la ganadería de carne y de leche; pasturas; girasol; maíz; sorgo; legumbres; fruticultura; miel; pollos; huevos; cerdos y toda la actividad del campo.
La situación es crítica y se profundiza; es uno de los peores ciclos productivos del siglo. No queremos perder productores, si no, evaluar alternativas para que la población tenga herramientas para superar esta crisis. Tarde o temprano habrá un aumento significativo en los precios de las materias primas y esto no tardará en llegar a las góndolas.”
“En cuánto a la actualidad del Sector la situación es difícil, similar a la del arroz. El maní se exporta en un 95%, por lo tanto, no hay casi mercado interno y el valor sigue siendo el mismo en dólares desde hace años.
Los insumos aumentan de gran manera y a su vez, el alquiler para el cultivo por hectárea sube cada vez más, esto es lo que más nos dificulta. Quedan cada vez menos productores de maní, los números directamente no dan”.
“Desde hace tres años que las plantaciones de cítricos no logran recuperarse. Ese daño se acentúa en la producción y en enfermedades en las plantas, lo que reduce el volumen. En caso de persistir la seca la situación preocupa y es grave, porque perjudica la producción del próximo año.
Además, tenemos que agregar la falta de competitividad con respecto a otros jugadores en el plano de las exportaciones. Las plantaciones citrícolas están desfinanciadas y con un panorama interno complejo”.
“Misiones sufre por el discrecional manejo del tipo de cambio y la carga tributaria que nos hace perder competitividad, mercados y oportunidades, dejando como resultado menos trabajo, menos actividad productiva y más pobreza.
Las políticas no se compadecen con nuestras demandas de mano de obra que para muchas economías regionales es fundamental en el momento de la recolección. Además, nuestras Economías Regionales tienen cargas provinciales como el impuesto a los ingresos brutos y tasas sectoriales, así el Estado se queda con gran parte de los ingresos de las distintas actividades. Todo esto hace que los mercados se achiquen, incluido el mercado interno.
La productividad estuvo comprometida con tres años consecutivos de déficit hídrico; con desabastecimiento de almidón de mandioca y la pérdida de capital del productor fue incalculable. La actividad forestal quizás la que está en peores condiciones para los productores primarios, porque no tienen donde ubicar su producción, no hay inversiones industriales, existe un 50% de la capacidad industrial ociosa, los mercados se restringen más y al productor no le queda otra que abandonar la actividad.”
“La situación de la yerba mate es con una menor producción que el año anterior. Las plantas están muy afectadas por el estrés que sufrieron por los incendios y la sequía. No hay respuestas en brotación de las plantas para poder producir un volumen importante de hojas. Los yerbatales están enfermos y deteriorado su sistema radicular y de producción. En cuanto a los precios están por debajo de la inflación.
Los costos se han incrementado y se ha perdido competitividad por falta de producción y de precios. Estamos ahora en un período de sequía con regímenes bajos de humedad en el suelo, de seguir este clima se complicaría aún más la situación.
El Instituto Nacional de la Yerba Mate -INYM- está pidiendo a la Secretaría de Agricultura un incremento de las estampillas de 160%, que tiene que absorber la cadena y con todo el sistema cooperativo en contra de este aumento.”
“La situación es grave en Entre Ríos, se ha solicitado a la provincia que se tomen medidas frente a la sequía extrema con bajas precipitaciones, altas temperaturas y una ganadería que necesita políticas para revertir el momento.
En cuanto a cultivos, se ha sembrado casi un 25% menos, con baja calidad y pérdidas totales. Necesitamos medidas que alivien los costos de la producción. Declarar emergencia o desastre no es todo, el gobierno tiene que asumir que hay que tener una visión más amplia del problema, con alimentos balanceados en alza y en general costos de producción por arriba de los ingresos de los productores”
“Río Negro está golpeada por el clima. Un requerimiento prioritario del sector de peras y manzanas es la asistencia financiera a los productores que están en emergencia económica como consecuencia de heladas y caída de granizo.
Además, no se están emitiendo las autorizaciones SIRA para importaciones de insumos imprescindibles para procesar fruta cuyo destino es la exportación. Hay una gran preocupación en el Sector Productivo por el aumento de costos de mano de obra e insumos en dólares ante el retraso cambiario”.
“La sequía intensa cubre prácticamente toda la provincia. Las consecuencias son lógicas: falta agua y falta alimentación para el ganado. La agricultura está sufriendo un estrés hídrico total. Los productores no tienen posibilidad de hacer frente a los compromisos con proveedores de agroinsumos.
El algodón implantado hasta el momento 75.000 has.; el resto sin sembrar por falta de humedad en el suelo. Las napas de agua subterráneas cada vez más escasas, con perforaciones de agua insalubres para los animales. Hay atraso en la cosecha gruesa. La situación es complicada en adelante, ya que no hay pronósticos a corto plazo de lluvias”.
“En Buenos Aires, están ingresando las máquinas de la cosecha fina y se confirman rindes entre 500 y 2.800 kilos. O sea que, en cooperativas con 1.000 hectáreas sembradas, 800 fueron quemadas.
La siembra gruesa viene demorada y los rindes óptimos no van a estar. Los ingresos de dólares se van a retrasar por falta de divisas en la cosecha fina. Estamos frente a un contexto complejo con un derrame que no favorece a los diferentes pueblos.
En la zona núcleo se profundiza y se confirma la caída de grano de la cosecha fina y la gruesa. En zona sur de Buenos Aires también hay un retraso en la cosecha y menor producción. Las heladas de los cultivos y la sequía agravan la situación”.
“El aumento de precios de la papa y otros productos frutihortícolas están señalados por una menor producción y no por el aumento de la demanda en el mercado externo o interno por lo que no se va a poder aprovechar para aliviar situaciones financieras.
Para la hacienda bovina y ovina, los verdeos de invierno no tuvieron el desarrollo esperado y hay menos producción de forraje para los animales. El productor cooperativo necesita políticas claras saber para mitigar esta situación de crisis en el Sector”.
“La vitivinicultura en Mendoza y San Juan después de la helada ha dejado a los productores afectados con daños que llegan al 100 %. En muchos de los viñedos las vides no han brotado nuevamente, con lo cual se ha perdido directamente la planta.
Se necesita urgente financiamiento para llegar con los costos de producción a la cosecha 2024, con subsidios de tasa, ya que no hay capacidad financiera para enfrentar los costos.
Se necesitan medidas de contención. Respecto a la tarifa eléctrica, se debe mantener el subsidio al riego agrícola hasta la cosecha 2024, ya que es necesario seguir regando para que la planta se recupere. Con respecto a los impuestos nacionales, como anticipo de ganancia, se debe suspender, no va a haber cosecha y el productor no puede pagarlo”.
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo, analizó con los ministros de Agricultura de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Entre Ríos una agenda que incluye financiamiento para sectores complicados por la sequía como la lechería, la ganadería porcina y avícola y la agricultura.
En este sentido, Bahillo destacó “el aporte de los ministros provinciales que conocen en profundidad los territorios afectados, para llevar alivio a los productores.”