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COOP APICOLA MIEL 1200

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COOPERATIVA APÍCOLA CON MIEL CERTIFICADA

La Cooperativa de Trabajo Coopsol de La Banda –Santiago del Estero- está entre las principales exportadoras de miel del país; el 85% de lo que produce tiene certificación orgánica y de comercio justo; la tarea tiene impacto social

COOPSOL RED MIEL CLAC

Desde el ‘90 la Cooperativa Coopsol, exporta miel a granel. El 85% de las 200 toneladas anuales de miel orgánica que producen en la red propia y de las 600 que compran a apicultores no asociados se vende a Europa. Están terminando la estrategia para ingresar al mercado externo también con miel fraccionada con certificación orgánica y de comercio justo.

La Argentina, el año pasado, exportó unas 71.500 toneladas de miel -según datos de Indec- por US$ 170 millones, con lo que quedó debajo del pico alcanzado en 2016 que fue de 81.182 toneladas. Se vende afuera alrededor del 95% de lo que se produce; los principales destinos son Estados Unidos, Alemania, Japón, Italia, Canadá, Francia y España. El líder mundial es China, que controla algo más de un tercio del mercado.

De acuerdo con datos de Agricultura, el consumo interno promedio es de 6.000 toneladas anuales, equivalentes a 130 gramos per cápita. La casi totalidad de las exportaciones son a granel. El mercado mundial es de 1,4 millones de toneladas.

Coopsol trabaja con unos 250 campesinos de los bosques del Gran Chaco Americano; hay grupos productivos en Chaco, en el bosque santiagueño -en áreas donde no se produce soja o cultivos transgénicos- y están expandiéndose a Salta y a Jujuy.

Antes de la creación de la cooperativa, la miel se comercializaba a acopiadores a precios bajos y se perdía la trazabilidad de la misma ya que se mezclaba con miel de diversa calidad y origen.

René Sayago, presidente de la cooperativa.

“Generamos trabajo e ingresos en comunidades que lo necesitan, son ambientes que conocieron la actividad a través nuestro. Somos una empresa social; en Coopsol trabajan unos 250 campesinos de los bosques del Gran Chaco y hay otros grupos productivos. Es complejo porque nadie da créditos a estos productores y eso es un “limitante” para escalar.

Hay necesidades transversales en las comunidades a las que buscamos dar respuestas. Por ejemplo, sin agua no se puede procesar la miel, tenemos un sistema de micro créditos articulados en todo el norte con otras instituciones; con el BID buscamos avanzar en conectividad. Capacitamos y vamos mejorando”.

Tratamos de desarrollar estrategias de agregado valor -como son la separación por origen floral y geográfico- porque son necesarias para competir con mieles de Asia, Oceanía y otras latinoamericanas. La exportación a granel es compleja porque se establecen barreras para arancelarias que dificultan el acceso a determinados mercados.

La demanda mundial es sostenida y la evolución de la cantidad de colmenas no acompaña. Aumentarlas en un dos por ciento anual es una enormidad; los precios son buenos, unos US$ 2.900 la tonelada, pero son difíciles de trasladar a la góndola. Cuando suben hay una pérdida de rentabilidad de los importadores y elaboran estrategias conjuntas que complejizan la operatoria.

La cooperativa, que tiene 31 años de historia, exporta desde los ’90; nos arriesgamos y no todo fue un éxito”.

Buscando generar nuevos apicultores

De manera permanente buscan recursos para generar nuevos apicultores; vienen trabajando con fondos de organizaciones internacionales como la Unión Europea y la Cooperación Italiana y también de Alemania, además de contar con apoyo provincial y nacional,

La inversión inicial por colmena ronda los $10.000; Coopsol entiende que se requiere un mínimo de 25 colmenas para empezar a producir. En la actualidad trabajan con unas 10.000 colmenas entre todos los grupos, de las que la entidad tiene la propiedad. Además, también trabajan con apicultores convencionales que no se ajustan a las prácticas ecológicas.

Las primeras operaciones fueron a través de un importador italiano que era fraccionador y les compró. Fueron sumando clientes y venden a acopiadores y a fraccionadores.

Colmenares en el Gran Chaco

Proyectos, sueños y marcas

Para el mercado interno tienen la marca “Coopsol”, que es un blend de miel. También están consolidando la marca “Bees for hope”, certificada orgánica y Fairtrade -comercio justo-.

Esa es la marca con la que tienen el objetivo de vender desde Francia al norte de Europa. “Bees for Hope” es una iniciativa que surge de la cooperación entre la cooperativa y un socio estratégico, con una visión de comercio sustentable. A tal punto que en cada frasco de miel se menciona a la cooperativa y a la comunidad local que la recolectó, para dar calidad y confianza.

En Coopsol, están convencidos de que deben llegar a los consumidores con el mayor valor agregado posible; y reemplazar los tambores donde se almacena la miel a granel que se exporta por miel fraccionada. Este año el Gobierno decidió una quita de derechos de exportación, que se tradujo en mejores precios para los apicultores.

Colofón

Esta es la Argentina productiva que pocos conocen y que hoy está en el tapete, porque parece ser la única esperanza. Los “popes” mundiales y autóctonos, con su sistema productivo que desequilibró al planeta, han dejado al mundo en un callejón sin salida.

Son los pueblos con sus comunidades organizadas, que, con una tarea asociativa y a prueba y error abren los caminos sustentables. Así lo demuestra está cooperativa que logró llevar un oficio a campesinos de los montes santiagueños y chaqueños, que ahora logran sus recursos con dignidad, con habilidades adquiridas y conocimiento, ya que respetan protocolos para que los productos puedan ser certificados y calificar para el sistema de comercio justo. Esta es la Economía Social y Solidaria en la que el país deposita su confianza.

Fuente: La Nación, periodista Gabriela Origlia y elaboración propia

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