Con una trayectoria de 96 años “El Craikense” es una cooperativa agrícola y tambera de la localidad cordobesa de James Craik. Se trata de una de las cooperativas productivas más antiguas del país y su lema “lácteos del mejor origen” enorgullece a sus directivos.
En este momento, se está trabajando por la inserción de los productos producidos por esta cooperativa en la provincia de Buenos Aires, principalmente quesos, con una planificada difusión de imagen y de participación en espacios que ayuden a su visibilidad.
“Estamos encarando la distribución de los productos de la Cooperativa “La Craikense” en la provincia de Buenos Aires desde hace un año, estoy en la dinámica de venir con una empresa del interior, que es una cooperativa. De este tema me encargado durante este año.
Nos está yendo bien, vamos a estar en el Mercado Central de Buenos Aires, espero que sea para mayo o junio/22, con lo cual ampliamos mucho nuestras operaciones ya que, como siempre se dice Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires.
Así que para nosotros fue un desafío, porque las tres veces que la cooperativa quiso venir fueron malas experiencias, una vez por hiperinflación, otra vez por dificultades comerciales, otra vez por cheques voladores, por lo que sea, fueron malas experiencias.
La realidad es que las Cooperativas del interior del país si no van a Buenos Aires tienen una vida corta; siempre les falta el volumen, la escala, para llegar a tener futuro y perdurar en el tiempo. Este es mi encargo, espero, para los próximos cinco años, por lo menos”.
Una forma distinta de ver las cosas
“La mercadería que se comercializa es la propia de una cooperativa láctea y los productos son fundamentalmente quesos y algunos subproductos como leche en polvo y suero concentrado, que hoy por hoy se usa cada vez más para el consumo humano en cuanto a su aplicación en la producción de galletitas.
Exportar es el segundo encargo que yo tengo, porque yo soy asociado también a la cooperativa y aunque mi experiencia fue en otras grandes empresas; yo trabajé en varios países del mundo aún más tiempo afuera que en el país.
Ahora aporto mi experiencia; mi forma distinta de ver las cosas y lo que estoy tratando justamente es que una cooperativa del interior afinque en Buenos Aires y el segundo paso preparar el camino para que pueda exportar, aunque todavía no tenga volumen, esto es como el huevo y la gallina. Sí esperamos tener volumen para exportar, ningún proyecto va a ser viable”.
Consideraciones de mercado
“Hay que empezar a aumentar la producción en un juego de escala, no se puede pretender generar una fábrica para tantos miles de litros sino se tiene la venta asegurada, porque no somos un holding económico que dice voy a poner 20 millones de dólares en una planta y planificar para dentro de cinco años, cuando la situación del país es tan inestable.
Tenemos incertidumbre, pero no más que el resto, cuando uno produce un commodity como es la leche inicialmente, que se transforma en queso, lo que más incide es la comercialización, no importa si estamos en pesos o en dólares, con inflación, lo que importa es generar el mercado real.
Si no se está en Buenos Aires se pierde el 50% del país como mercado y esa es una toma de decisión mucho más importante que si el dólar vale 10 o vale 20, o hay 50% de inflación o un 10% de inflación.
Soy un convencido de que las virtudes y los errores de la gestión de las cooperativas incide mucho más que la coyuntura. Yo soy un convencido de eso, no es que no importa la coyuntura, lo que estoy diciendo es que, con inflación, sin inflación, dolarizado, sin dolarizar, con economía parada, estancada, el consumo de queso no cayó.
El queso es casi un commodity, casi un insumo básico, cuando las cosas van bien la gente come una pizza en el bar y cuando están mal, la come en la casa, pero el queso se consume”.
Hacer lo mejor que se puede hacer
“A veces el error es decir que cuando la economía mejore, cuando suceda tal cosa, se va a hacer algún emprendimiento. Esto no es el espíritu cooperativo, que impone “hacer lo mejor que se puede hacer”.
Por supuesto, con crédito, es más fácil invertir, es más fácil comercializar; con una economía estable todo es mucho más fácil. Lo que queremos decir, es que no podemos hacer que todo eso cambie.
El concepto del cooperativismo es que tenemos que cambiar la realidad, y hay que ver los puntos a favor que se tienen. En “La Craikense”, por ejemplo, con una trayectoria de 93 años, son todos maestros queseros.
Se da mucho la integración con otras cooperativas, sobre todo porque se parte de un insumo que es la leche que es muy estacional, si hay seca la cantidad de leche es menor, si hay mucha lluvia también, hay picos; el consumo de queso cambia; en el verano es un tipo; en el invierno es otro tipo; entonces se dan muchas asociaciones con cooperativas y empresas no cooperativas también, pero se dan asociaciones, sobre leche, te doy leche, y después devuelven la leche.
Si otro hace mejor un tipo de queso, que lo haga y yo hago otro, y en eso no tiene que ver el Estado, tiene que ver el cooperativismo en sí.
Las cooperativas: un motor de tracción muy fuerte
Las cooperativas son realmente un motor de tracción muy fuerte, pero muy fuerte y en Argentina no le damos el valor que tiene.
El cooperativismo en muchas partes del mundo es el gran traccionador de muchas cosas, y en el país, creo que le falta una vuelta de tuerca para que sea mucho más profesional, mucho más focalizado; muchas veces se quiere ganar un centavo más en el valor de la leche y el objetivo es producir más queso; ir a otros mercados; exportar; ir a Buenos Aires; tener una buena distribución; buena logística; buena comunicación y una buena difusión.
Sin lugar a dudas todo eso justamente es parte y una difusión hace que empiece la marca a crecer como marca; en 93 años de vida, si uno le pregunta a la gente de Buenos Aires que es “El Craikense”, no lo sabe. O sea, la mitad del país no sabe que “El Craikense” existe.
De ahora en adelante puede llegar a ser conocida, entonces hay que participar, trajimos la mitad de las cosas que pensábamos, no estábamos del todo preparados, pero nuestra preocupación era estar.
Hablando con el presidente de la cooperativa, le digo que esto está abierto en el verano y en las vacaciones de invierno y tenemos que estar; no importa si vamos a vender queso o si va a ser institucional; es generar marca, generar presencia; generar comunicación.
La conducta asociativa
La conducta asociativa es encontrar en la otra cooperativa no un competidor; sino encontrar otro para hacer una sinergia, por ejemplo, para abrir una plaza, con mucha experiencia propia.
Yo vengo de la industria automotriz donde la mitad de los ingenieros conocidos míos han trabajado en dos o tres plantas de distintas marcas, que son competencia por supuesto, pero capacitan recursos dotando a una empresa en otro país como si fuera un commodity o sea un recurso que va dando vuelta.
Lo que creo que al cooperativismo le hace falta sacarse un poquito los egos, como por ejemplo venir al Mercado Central de Buenos Aires, es a lo mejor un esfuerzo muy grande para uno solo, mucho riesgo mucha inversión, mucha dedicación, es probable que vengamos dos o tres cooperativas. Seguramente también con FECOFE.
Probablemente no vamos a vender lo mismo, tenemos que hacer una asociación, un equilibrio y empezar a hablar si hay que venir con la cámara de frío, con la logística, cuando va a venir el camión, si todas las semanas o no y todo lo que esto implica.
También sumar otros productos complementarios de los quesos es perfecto; otras empresas hacen flancitos para llevar al Mercado Central u otro tipo de leche, que se agregan para sostener un esfuerzo.
Concluye nuestro entrevistado, el Ing. Eduardo Lezcano:
“Yo creo en el cooperativismo, en la asociación de intereses, y el esfuerzo más importante debe ser desterrar los egos y conectar con la realidad”.