Proyecto efectivo para promover el desarrollo económico, social y la protección del medio ambiente de la Argentina
Por el Ing. Aníbal T. Colombo*
Esta propuesta tiene como objetivo el aprovechamiento de vastas zonas que son desérticas en nuestro país por carecer del agua indispensable para que puedan transformarse en tierras productivas.
Se trata de un proyecto de gran magnitud, que de llevarse a cabo, significaría un factor generador y multiplicador de riqueza, ya que a la mejora de los suelos, que los transformará en tierras aptas para la actividad agropecuaria, debe agregarse la gran cantidad de obras civiles que demanda, y las que se generarán por la radicación de colonos en zonas actualmente despobladas.
Además realizará una importante contribución a la protección del medio ambiente.
Presentación:
Este proyecto se sustenta en dos pilares indisolubles:
– La descripción de las ventajas prácticas socio-ambientales-productivas que motivan la actividad planteada. Esto es la estrategia general, perfectamente descripta por el Ing. Colombo. Durante el análisis de factibilidad deberán efectuarse ajustes (sobre todo para ir graduando las inversiones y para no incrementar costos por superposición, etc.).
– Sobre esa base, se deben fijar tácticas constructivas apropiadas a las circunstancias políticas y socio culturales de cada frente de desarrollo a encarar (significa la unificación de los objetivos con las provincias, educación y capacitación de la gente involucrada en el proyecto, futuros pobladores beneficiados, etc.).
Es en esta segunda etapa, donde se puntualizarán las distintas acciones que permitirían plasmar, primero en los debates de los cuerpos técnicos profesionales, luego en la planificación y finalmente en la ejecución, facilitando así la comprensión de las actividades ejecutivas del Proyecto.
El proyecto a desarrollar requiere la construcción de represas de tierra de bajo costo generando espejos de agua y recarga de acuíferos para incrementar:
– Las reservas mundiales de agua dulce;
– Ampliar la frontera agropecuaria argentina recuperando 70 millones de has. áridas, logrando además, la atenuación de inundaciones, previa salida al mar.
El desarrollo debe realizarse en zonas de baja densidad de población (0.01 hab/km2)
– Extremo norte–zona de El Impenetrable;
– Extremo sur-meseta patagónica austral.
El diseño incluye la futura ampliación a otras áreas que también escurren importantes volúmenes de agua dulce al mar.
– Desarrollo de infraestructura para los asentamientos humanos que acompañen la expansión de la frontera del proyecto;
– Forestación en la meseta patagónica para control de vientos;
– Desarrollo en la Patagonia de la cría de ganado bovino y camélido autóctono;
– Ordenamiento de especies valiosas en monte autóctono;
– Protección de fauna autóctona con corredores ecológicos;
– Generación de trabajo productivo en forma progresiva para más de 15 millones de personas;
– Producción industrial a partir del nuevo desarrollo agropecuario;
– Generación de presión geopolítica en zonas despobladas.
“CERO AGUA DULCE AL MAR” es el resultado de las observaciones y estudios que hice a lo largo de mi trabajo de recuperación de campos durante los últimos 35 años. La idea fundamental del proyecto implica la retención máxima del agua dulce que se escurre al mar.
La Argentina cuenta con una de las más fértiles llanuras del mundo -la pampa húmeda- con lluvias adecuadas para la explotación agropecuaria, que ocupan cerca del 30 % de su territorio. El resto del país presenta distintos relieves y climas desde selva subtropical a meseta patagónica árida, fría y ventosa.
De las áreas que escurren agua dulce al mar se eligieron para esta primera etapa, dos zonas, ubicadas en extremos opuestos del país con similares características: bajo régimen de lluvia (200 mm/año), escasa población (0,01hab/km2) y pobre desarrollo en general.
Paradójicamente estas zonas son atravesadas por grandes volúmenes de agua durante cortos períodos de tiempo provenientes de las intensas lluvias (2.500 mm/año) y/o deshielos originados en las altas zonas andinas.
Existen otras grandes zonas del país a desarrollar, que también escurren agua dulce al mar y que en el futuro deberían incorporarse al proyecto.
La formación de miles de espejos de agua retenidos en las zonas propuestas son fuente de inimaginable desarrollo: en un principio, agropecuario, incorporando aproximadamente 70 millones de has. de tierras marginales al proceso productivo argentino.
Las dos zonas elegidas para el proyecto son de distinto relieve y condiciones climáticas diferentes.
Retención y atenuación de crecidas. Área de retención en El Impenetrable.
Ubicada en el extremo norte argentino de clima tropical con estación seca, la superficie a ser afectada por esta estrategia, puede ser dividida en dos grandes áreas:
– Un área de retención propiamente dicha, llamada El Impenetrable de 16 millones de has. con pendientes de dirección Oeste a Este que varían entre 0,5-3m/km. Muy árida, cubierta con monte virgen, y fauna silvestre autóctona, con escasísima población indígena –tobas, matacos, wichis, etc.- y con muy escaso ganado vacuno.
– Esta zona se continúa hacia el este, disminuyendo su pendiente hasta anularse en dirección al río Paraná, convirtiéndose en zona inundable. Comprende el este de Formosa, este de Chaco y los Bajos Submeridionales en el norte de Santa Fe y ocupa una superficie estimada en 21 millones de has. Se caracteriza por su mayor densidad de población, importancia económica y producción, pero siendo afectada anualmente por importantes inundaciones que perjudican sus cultivos, poblaciones e infraestructura, llegándose a evacuaciones masivas de población urbana y rural.
Los efectos no deseados, los soluciona la utilización del proyecto propuesto, que consiste en la retención en la zona de El Impenetrable del agua que la atraviesa durante los períodos de grandes lluvias (marzo-abril y noviembre) mediante una densa red de económicas represas de llanura de tierra.
Se estima que los espejos de agua así formados deberían sumar una superficie equivalente al 10 % de El Impenetrable (1,6 millones de has.) que sería la necesaria para atenuar los efectos de las inundaciones en la zona descripta.
Lo que implicaría construir un total de unas 5.500 represas de llanura de 300 has. de superficie cada una, ubicadas en el recorrido de las corridas naturales de agua de cuencas o subcuencas que se ubicarán de acuerdo a la altimetría del terreno. Esta altimetría no existe y se debería implementar mediante aerofotogrametría con cámaras láser debido a la espesura del monte que cubre el terreno.
Las represas deberán ser proyectadas de acuerdo a los terrenos sobre los que se asientan, pudiendo ser superficiales o sub-superficiales.
Se extendería la frontera agropecuaria en aproximadamente 37 millones de has. en la zona norte del proyecto.
En la superficie de El Impenetrable, mediante un desmonte orgánico, se pueden llegar a obtener tres cosechas anuales –trigo, maíz y soja- o dos cosechas de soja o importantes cosechas de algodón, debido a su clima. Además el monte autóctono natural con sus valiosas especies puede ser ordenado, y las zonas desmontadas para agricultura ser compensadas por forestación en las áreas recuperadas de inundación en los despoblados Bajos Sub-meridionales.
Retención de agua. Área de retención patagónica.
La zona en estudio propuesta es la meseta patagónica en las provincias de Chubut y Santa Cruz.
El primer dato a obtener en los estudios previos, son los caudales consumidos en la actualidad por la zona de influencia de cada corriente, con destino final su llegada al mar. El excedente a este caudal en las épocas de crecidas se desvía por aplicación del Proyecto, sobre la meseta patagónica, mediante tomas con presas en los cauces principales (tal vez de hormigón).
Saliendo el agua por esta toma a la meseta, se distribuye por las corridas naturales del terreno, reteniéndose con represas de tierra de bajo costo en puntos estratégicos. Esta zona cuenta con las altimetrías y cuencas digitalizadas.
Esto no es nuevo en la zona, ya que en el año 1929, en la estancia La Julia, atravesada por el río Chico en la provincia de Santa Cruz, cuatro hombres de origen italiano utilizando un tractor Fordson y una pala de buey, lograron retener agua y mediante la misma, forestaron cortinas de protección con 3 millones de árboles, para cortar los fuertes vientos de la zona patagónica, lo que permitió, a posteriori, lograr cosechas de trigo, centeno, alfalfa, hortalizas, etc., además de flores y plantas decorativas, y por consiguiente ganado vacuno, ya que la meseta patagónica sólo desarrolló hasta ahora ganado ovino, que produce desertificación.
El proyecto de esta zona sur, permitiría extender la frontera agropecuaria en otras 33 millones de has.
Actualmente se está implementando la cría en cautiverio del guanaco, especie autóctona que no es desertificante y cuyo pelo es de gran valor.
Las pasturas a obtener permitirían la esquila incruenta del guanaco. La carne del mismo ha sido el alimento principal de la población patagónica durante miles de años.
Es de hacer notar que en esta zona se encuentra en desarrollo un importante proyecto para generar energía eólica y producción de combustible hidrógeno.
Sería una de las posibles fuentes de energía para el desarrollo de este proyecto, así como también la microgeneración hidráulica.
Las dimensiones del proyecto y sus propósitos, dan una idea de la dinámica que se generará en el país. El mundo podrá contar con fuentes importantes de recursos estratégicos -agua potable y alimentos-.
Para nuestro país, este desarrollo será la fuente de trabajo y futuro promisorio para más de 20 millones de personas entre obreros, empresarios, profesionales, científicos, artesanos e independientes. Lo anterior implica la relocalización de población radicada actualmente en los cinturones urbanos de pobreza, mejorando sus condiciones de vida.
Asimismo, más de 100.000 hijos de productores agrarios que se encuentran ya en situación de tener que cambiar de actividad, podrán tener la esperanza de desarrollar su vocación de productores agropecuarios.
Todos los beneficios a lograr son de la mayor importancia en la actual difícil situación económica argentina. Por falta de un proyecto de largo alcance se viene produciendo un fenómeno de emigración masiva de jóvenes y el empobrecimiento de más de la mitad de su población, contando con un gran territorio casi despoblado e inexplotado, con cantidades ingentes de agua dulce que se va al mar.
Se debe propiciar la prohibición del uso de agua subterránea para riego agrícola, destinándosela exclusivamente para uso humano y animal.
Por otra parte, al controlar la velocidad del escurrimiento mediante las represas en serie, se atenuará la destrucción del suelo superficial, causada por la erosión hídrica, que es un capital invalorable,
Los espejos de agua formados por las represas, podrán ser base para la creación de lugares de recreación y posibilidad de desarrollo de piscicultura.
La difusión de la idea expuesta a toda la población del país, hará conocer que el manejo del agua dulce permite obtener los dos elementos más valiosos que el ser humano necesita: agua potable y alimentación, bienes que escasearán en el futuro en nuestro planeta.
Con la concientización sobre los aspectos esenciales de este tema por parte de la dirigencia política, empresaria, sindical, estudiantil y población en general, se lograría por la máxima difusión del presente proyecto, lo que sin duda posibilitará su ejecución a quienes tienen el poder político y económico y deseen hacer un aporte con capacidad para cambiar sustancialmente el estado actual de la sociedad y de la economía de nuestro país.
La idea es del nivel de la desarrollada y aplicada por Roosevelt en el valle del Tennessee, sobre una superficie de 20 millones de hectáreas, a fin de solucionar totalmente la situación de más de 3 millones de desocupados (mediados de la década de 1930).
Este plan es la base para un Proyecto Nacional a corto, mediano y largo plazo.
Incluye:
¿Alguna vez pensó qué pasaría si el medio millón de kilómetros cuadrados que compone la superficie de Francia estuviese desertificado y por lo tanto improductivo?
Es sencillo… La economía emergente de esta región no lograría mantener a un tercio (20) de los 60 millones de habitantes. Pero el triste cuadro no se remonta al Viejo Continente sino a nuestras propias tierras.
El oeste de las provincias de Chaco y Formosa, el este de Salta, Santa Cruz y Chubut suman 580 mil kilómetros cuadrados. Lo suficiente para que sólo con una elemental y económica tecnología de retención de las aguas que inundan en períodos cortos estas regiones y que se pierden en el mar, se puedan lograr las condiciones que la alta producción agrícola necesita.
Luego de treinta años de solucionar problemas hidráulicos para el agro, mi intención con esta propuesta no es incursionar en los inconvenientes similares que se observan en la provincia de Buenos Aires, algunas áreas de la Mesopotamia, los Bajos Sub-meridionales, o áreas del Centro, del Norte u Oeste del país, que no han sido incorporadas en el proyecto..
Solo me referiré a las zonas ya mencionadas que son las de menor producción y recursos. La falta de agua debido a la inexistente retención de las lluvias estacionales, con o sin fuertes vientos, hacen que estas regiones sean las más olvidadas.
Dos problemas similares pero ubicados en distintas latitudes que responden a dos períodos del año. Excesos hídricos son seguidos por largos meses de falta de agua.
En las regiones del extremo norte y sur, los deshielos arrasan y frecuentemente inundan extensas zonas. A los pocos días de finalizados los períodos de precipitaciones, reaparece bien por calor o por vientos, el fantasma de la sequía reflejándose asimismo en las napas de aguas saladas o salobres, acompañado por desertificación superficial.
Los millones de metros cúbicos de agua dulce en los momentos pico, se pierden en el mar. Tanto el río Paraná en la zona norte como los cauces de la región Patagónica en el sur, son las vías que evacuan las aguas causando frecuentes desastres tras su paso.
El agua dulce, base de la vida del agro, con su veloz paso en la inundación, conlleva como consecuencia una escasa infiltración en el subsuelo, siendo además motivo de notable erosión hídrica.
La escasa infiltración impide la formación de napas, lentes o bolsones de agua dulce que al no presionar con su peso sobre la napa natrofreática permite su ascenso en el subsuelo. De esta manera, origina un complejo proceso de salinización, causa fundamental en la formación de desiertos.
Caso contrario ocurre en terrenos de aluvión permeable, donde el agua escapa sub-superficialmente por sobre los estratos impermeables.
En la zona norte en épocas de precipitaciones, la retención económicamente realizable de agua de lluvia en superficie, permitiría cambiar las condiciones superficiales de los suelos. La captación de gran parte de esas aguas tiende a disminuir la inundación en la zona ribereña del río Paraná y sus áreas productivas en Resistencia y Formosa; como así también en los Bajos Sub-meridionales del norte de Santa Fe. A su vez, la infiltración mejoraría la condición sub-superficial, creando o recreando la napa dulce que flota sobre la natrofreática.
Del mismo modo, los sistemas de retención disminuirían el volumen que llega a las zonas con peligro de inundación. De esta forma, se ahorrarían enormes cantidades de recursos económicos tanto del Estado Nacional, Provincial y Municipal, como de los privados.
El establecimiento de esos numerosos centros de agua retenida aumenta la humedad del suelo y da posibilidad de riego a temperatura ambiente y bajo costo. La infiltración significa además la posibilidad de poblaciones que pronto se concentrarían en una región, hoy día inhóspita, que por su clima puede llegar a ser de gran producción.
El estudio de pre factibilidad para la zona norte requiere el replanteo de numerosos factores que van desde el impacto ambiental positivo hasta el impacto social, pasando por la estructura agraria.
Si se recuperaran más de 15 millones de hectáreas de muy bajo valor de producción y adquisición, con una densidad de una persona cada 10 hectáreas, la zona tendría capacidad para 1,3 millones de personas activamente laborales solamente en el Impenetrable.
El costo del represado del 10 % de la superficie del área a recuperar –en una red de infinidad de embalses– no debería sumar como valor agregado al precio actual de la hectárea de campo, más de 35 dólares. La capacidad de producción puede llegar a ser superior a la de campos de mayor valor económico ubicados en zonas tradicionales y desarrolladas.
La infraestructura de caminos para servicios que se emplearán para la explotación y movimiento de las zonas en crecimiento, debe construirse simultáneamente con el proyecto de sistematización. El uso de una moderna técnica de estabilización de muy bajo costo de fabricación nacional en suelos naturales, permite transitar los caminos en cualquier condición.
Empresas de movimiento de suelos y camineras abundan. Excelentes técnicos y mano de obra también. Solo falta imaginación, voluntad y coraje.
Su actual solución y consecuencias
Las soluciones ya realizadas y propuestas al problema del río Quinto, con sus implicancias en la Cuenca del Salado, noroeste de la provincia de Buenos Aires, provincia de La Pampa y área de la laguna La Picaza, no son las soluciones de fondo que el sistema necesita. Deberían llegar más allá de este ciclo de aguas altas, que con seguridad se revertirá durante muchos años después de los veinte o veinticinco venideros.
Drenar y evacuar más agua a través de la provincia de Buenos Aires implica cuando cesen las condiciones de transevaporación positiva actual, acelerar el proceso de desertificación en el corazón del país, cuando el nivel de agua potable sobre la napa natrofreática disminuya al mínimo o desaparezca. Se salinizarán los campos y los pozos de agua para poblaciones y establecimientos ganaderos, actualmente utilizados para la producción
En este momento, sólo es necesario evacuar los excedentes de agua provenientes del Río Quinto.
Para el futuro próximo sólo imagino una solución integral: la construcción de un canal navegable, desde la bifurcación del Río Quinto en sus cinco cauces y paleocauces hasta el río Paraná. La finalidad fundamental de esta aparente obra faraónica, es la de mantener uniforme el nivel de la napa de agua dulce durante los períodos de escaso aporte del Río Quinto, y la eventual evacuación de los excesos de la cuenca, como ocurre en la actualidad.
La aducción de agua desde el Río Paraná para el funcionamiento de las esclusas que hacen a la navegabilidad del canal nos proporcionaría la seguridad de mantener constante el nivel de napa freática en el largo período de escasez del próximo largo ciclo de seca.
La navegabilidad permitiría balancear los costos de funcionamiento del canal con los del transporte de cargas y granos de esa riquísima región agrícola. Asimismo, descongestionar al actual volumen de tráfico de las rutas, especialmente en época de cosecha y a la vez solucionar el problema de la laguna La Picasa, el corte de la ruta nacional 7 y FFCC y la situación de los productores de la zona y aguas abajo, desde Teodelina hasta la desembocadura del río Salado. Desaparecería, entonces, la expectativa de inundación del noroeste bonaerense y de la cuenca del Salado.
Es evidente que la magnitud del proyecto requiere de un cuidadoso estudio de pre factibilidad técnico económico, en el que se tenga en cuenta una enorme gama de aspectos. También es cierto que se necesita una fuerte voluntad política para realizarlo y un gran esfuerzo de técnicos y especialistas de la Argentina en todas las especialidades requeridas, con la implementación de técnicas utilizadas en países de Europa, si fuese necesario.
Los medios para lograrlo, equipos, fábricas y personal están aquí.
La regulación de esta enorme área productiva asegurará la tranquilidad que debe respaldar a la producción y que en definitiva el país y sus hombres necesitan.
Lo importante es actuar en el momento oportuno para evitar críticas situaciones futuras. La peor política es la de los parches. La solución más conveniente es la que funciona. Progreso es el resultado de nunca estar satisfecho.
Producción es agua y caminos.
2: Descripción de las Tácticas adecuadas
Temas de análisis:
En este campo, hay que tratar de hacer un listado integral, independientemente del orden en que se vayan estructurando las políticas resultantes. En todos los casos es imprescindible la fijación de criterios entre la Nación, las Provincias y la Municipalidades.
Hay algunas que son prioridad ABSOLUTA. Fijar parámetros de instransferibilidad de las Has. Fiscales asignadas para evitar actos de traslado de dominio territorial en todas las áreas involucradas. Para ello es en:
– Determinar la aplicabilidad de las normas ambientales (nacionales, provinciales, municipales), en el tratamiento de los cursos de agua, según normas de idéntico tipo.
– Territorios fiscales nacionales de las áreas asignadas al proyecto, para evitar traslados exóticos que finalmente, deberán ser expropiados, etc. (en estos casos, es conveniente cubrir áreas mayores a las previstas involucrar en cada represa, para que queden áreas de resguardo para forestación, futuras instalaciones de áreas de recreación y eventuales inundaciones por desborde las aguas embalsadas, para poder ejecutar caminos tanto de trabajo como de acceso futuro, etc.).
– Estudiar la constitución de consorcios con los futuros beneficiarios, con reglamentaciones precisas con derechos y obligaciones, costos estimados (de alguna manera se compensará con el mayor valor futuro de las tierras privadas, mejoras en las cosechas, etc.). Un ejemplo son los sistemas usados en Mendoza, San Juan, el IDEVI en la desembocadura del RIO NEGRO, entre otros modelos.
– Montos a percibir para mantener operativas las instalaciones, cubrir costos, etc. Constitución del grupo administrador coordinador de cada uno. Responsabilidades. Elecciones rotativas, etc.
En el mismo se debatirán y fijarán pautas técnicas relativas a:
– Tiempo y forma de las tareas de relevamiento geosatelital.
– Volcado a las planchas territoriales apropiadas. Conformar plantillas tipo de cada uno.
– De ser necesario, fijar pautas para el apoyo terrestre para confirmar los análisis anteriores, fijación de planialtimetría, etc.
– En cada emplazamiento se deberán estructurar los diseños constructivos básicos, según dichos perfiles, que deberán cubrir los trabajos de construcción (ajustes al modelo típico o estándar prediseñado).
– Fijar pendientes sobre el terreno adecuadas para el suministro del agua a las áreas productivas, tipo de obra a realizar (canales al aire libre, tuberías, etc., tipo de válvulas reguladoras de los volúmenes asignados a los predios –estudiar antecedentes de las provincias andinas), de ser necesarios para algunos cierres.
– Creación de mecanismos de protección productiva a los asociados.
– Habrá que integrar los análisis del territorio, con información proveniente de las áreas de cada Provincia donde se encuentran antecedentes de:
– calidad nutritiva de las tierras para su utilización. Listado de nutrientes faltantes.
– reacción de la tierra involucrada ante los PH de las aguas acumuladas.
– nivel de nutrientes; faltantes de productos orgánicos.
– opinión del INTA para caracterizar que futuras producciones pueden realizarse (suponiedo que no sean los que actualmente se producen en los alrededores).
Normas para la utilización de los Embalses
– Si en algún momento se utiliza el espejo de agua para recreación, IMPOSIBLE usar elementos acuáticos que no funcionen en forma eléctrica o biodiesel, para evitar la contaminación que imposibilitarían su utilización para consumo humano o animal.
– Normas de medición constante del nivel de volumen de agua disponible, ante eventuales recargas del vaso por sedimentos, etc. disminuyendo la cantidad.
– En cada provincia se deberán poseer equipos de limpieza de fondo, incluyendo barcazas equipadas con bombas extractivas adosadas a una barcaza disponible para acumular los sedimentos recuperados. Luego habrá que tener áreas para la disposición de los mismos.
– Ese mismo equipo podrá utilizarse por las provincias, en otros embalses.
– Instrumentar inmediatamente la forestación del perilago, con especies autóctonas o de simple implantación provenientes de otras experiencias similares.
– Determinar TAXATIVAMENTE que las aguas acumuladas en este sistema, son un patrimonio solidario, que no puede ser afectado a otro destino. Penalizaciones, etc.
– Instalación en el país empresas que fabriquen máquinas motoniveladoras y retroexcavadoras para el trabajo en canales y áreas cercanas a los bordes de las represas, para extraer sedimentos (se le estaría garantizando algunos miles de embalses)
– Fabricantes de bombas para montar en las barcazas extractivas de eventuales excedentes de material depositado en el cuenco del embalse.
– Fabricantes de barcazas satélites para recibir el material extraído.
– Área de transferencia para los depósitos de estos materiales (camiones para los traslados, etc.)
– Tipificado el modelo estándar de represas en las Provincias de Santa Cruz y Chubut (especialmente en ellas, aunque también en Rio Negro, Neuquén y Mendoza) que puedan incorporar micro generadores hidráulicos (hay listado de posibles emplazamientos en el CFI y Sec. De Energía). Existen distintos proveedores internacionales de tecnología y que podrían asociarse para montar las plantas provenientes de distintos países (esto es así porque algunos fabricantes hace mini turbinas, otros hacen niveles medianos y hasta grandes).
-Deberá determinarse qué aspectos de los proyectos, requieren capacitaciones especiales tanto para los constructores como para los integrantes de los consorcios de adherentes (especialmente en la forma de aplicar el recurso, cupos de volúmenes u horarios de riego, etc.). Fijar criterios de entrenamiento, etc.
-Integrar los proyectos, en aquellos temas de producción e industrialización, categorizados en un trabajo del Dr. Orlando Ferreres, que se incorporan a continuación, donde menciona que pueden incorporarse distintos sectores, en unos 3.000.000 de empleos.
-Para lograr este aumento de la ocupación se requiere invertir pero ¿en qué sectores? Esta es la gran cuestión, suponiendo que logremos el financiamiento para los distintos proyectos.
-De acuerdo con datos de la Fundación Mediterránea, hay al menos 17 sectores competitivos (puede haber más).
Competitivos significa que:
productos y que nuestro costo permite en forma sistémica competir en el mundo en el largo plazo (no tiene sentido abrir mercados y luego perderlos por incumplimiento, tipo cuota Hilton).
Estas cadenas de valor agregado son las siguientes:
Para cada uno de estos sectores se deberán establecer políticas de financiamiento, inversión y promoción específicas.
El tema que me preocupa, es la necesidad de promover un cambio cultural en las distintas personalidades que se vayan incorporando al proyecto, porque entiende que uno de los aspectos donde no hay especial capacitación en la Argentina, es el efecto derivado de la incapacidad que se tiene de manejar riqueza, derivado en muy poco tiempo de la aplicación de las pautas enunciadas.
El desarrollo en el tiempo, ocupará tres estadios, a saber:
– Una prefactibilidad abierta (aunque se puedan ir tomando medidas de protección territorial y ambiental en algunas áreas específicas). Esto demoraría unos tres años aproximadamente.
– En aquellos sectores donde se planifiquen embalses consecutivos, una cadena podría demandar unos 2 años de construcción y dedicación al área involucrada.
– Finalmente, disponiendo de los terrenos (que entiende se irán incorporando apenas se aprecien los resultados beneficiosos derivados de las primeras instalaciones) podrán ocupar entre 7 a 10 años para implantar los miles de embalses potencialmente previstos.
Será necesario instrumentar algunos apoyos informativos, cuya instalación no es un costo significativo.
– En primer lugar, comprar algunos radares meteorológicos para poder asegurar un sistema de alerta temprana al sistema para evitar eventuales riesgos derivados de lluvias o tormentas importantes.
– En las altas cumbres andinas, montar un sistema de mediciones niveles como los que funcionan en muchos países, con eventuales campañas de verificación ante mediciones excepcionales (por bajas o altas) que puedan llamar la atención.
– Ambas situaciones, apoyadas también con sistemas satelitales disponibles.
La intención sería concentrarse en las primeras áreas descriptas, con la participación de al menos 5 universidades nacionales, que posean una dotación adecuada de profesores, técnicos recibidos y en algunas tareas alumnos de los últimos años, que puedan dedicarse al diseño de la estrategia constructivo en todas las especialidades requeridas.
Entiendo que hay suficiente equipamiento de movimiento de tierras disponible (considerando que hay en uso actualmente menos del 10 % del parque disponible en todas las empresas constructoras de obras civiles, constructoras de caminos, consorcios camineros, municipalidades, etc.).
El equipo de trabajo estudiará perfiles de terreno, impacto ambiental, áreas de derivación de los excedentes hídricos, posibles uso de los terrenos, áreas de forestación, etc.
Cada futuro emplazamiento significará una carpeta descriptiva con los datos uniformes comparativos con el resto de embalses, para poder fijar prioridades.
Se plantean embalses de espejo de agua de aprox. 300 Has. (como una ocupación de un 10 % sobre un campo de unas 3.000 Has.). Aunque se entiende que en algunas áreas de El Impenetrable, los terrenos pueden llegar a ser de hasta 100.000 Has. Situación que se repite en las provincias patagónicas.
Si de la plantilla descriptiva de la altimetría de un terrenos se determina que el perfil del mismo tiene una pendiente de un 20 %, la ocupación sería de un presa como una U, del tipo pirámide trunca, con una base de unos 21/22 mts., de base y una coronación de aprox. 7/8 metros, de tierra nivelada apisonada, con una compactación adecuada para evitar que puedan acomodarse en su interior nutrias que podrían perforar lentamente, el material acumulados y producir filtraciones que a la larga, son catastróficas.
A cada pendiente del terreno, se deberán adecuar las medidas, profundidades, etc.
El nivel de agua en el frente del embalse podría ser de hasta 1,20 metros de alto, pero se estima que entre el nivel superior del espejo de agua y la coronación, quedaría un metro de luz, para evitar posible problemas de oleaje por viento, etc. Asimismo se propondría efectuar implementaciones de plantas perennes que se extenderían en todo el perímetro, disminuyendo aún más el posible efecto del viento y el oleaje, desprendimientos parciales, etc., fijando la tierra.
No hay riesgo de elevación del pelo de agua derivada de una crecida o inundación. Se estima que eso no sería posible porque los extremos superiores de esa figura de herradura, sirven de evacuadores de los excesos derivados de las crecidas, pues al llegar a un límite, el agua lo rebalsaría y escurriría por los costados de la represa, siguiendo la pendiente natural, hasta la próxima represa o su destino milenario.
Aplicando algunos criterios de selectividad socio políticas, se podrán eslabonar planes constructivos en las distintas provincias, mejorando la respuesta en la recepción de terrenos para construir embalses, tanto de propietarios individuales como de agrupamientos de dueños, que cedan partes acordadas al momento de constituirse en un consorcio productivo integrado, con un sistema de distribución interno de todos los elementos asignados a la represa, método de uso del agua, costos de administración, etc.
Se han realizado distintas reflexiones comparando resultados obtenidos en uso aproximados en otros países, valorización de los terrenos derivadas de esta actividad, la necesidad de establecer algún sistema de premios a los propietarios que ceden sus terrenos (aunque la valorización del resto de la superficie de sus propiedades, se decuplica, el impacto en las poblaciones cercanos (actuales y como polo de atracción para futuras relocalizaciones), etc.
A nivel de crecimiento de cada ciudadano en forma individual y el resultando del efecto provincial y del orden nacional, los beneficios son innegables.
Especialmente en un mundo en que se nota que sufre periódicas alteraciones en sus ciclos climáticos (con efectos y perjuicios notables, afectando sistemas políticos, hambrunas, etc.).
En consecuencia, queda claro que ante una población mundial creciente, todas las variantes de mayor disponibilidad de alimentos en sus distintas alternativas no tendrán problemas en ser colocadas en todo el mundo.
Como dato que avala estas últimas reflexiones, se agrega este comentario.
De acuerdo a los datos internacionales, la mayor parte de la población de los países desarrollados y su equivalente en los estratos superiores de niveles equivalentes en los emergentes, el consumo de dichas clases pudientes alcanza en promedio a unos 700 grs. /día entre proteínas y carbohidratos (como nivel medio).
Por otro lado, en el mundo hay unos 2.500 MM de habitantes que se encuentran consumiendo unos 300 grs./día, integrando muchos de ellos porciones significativas de las poblaciones de India, China y zonas de creciente poder adquisitivo de M.Oriente y África, así como L. América. En otros países, aún consumen menos.
Si esa población en promedio un período X (por ejemplo 3/5 años) aumentara el consumo en 100 grs./día, el incremento mundial sólo en cereales (o su equivalente transformado en carne aviar, porcina o bovina), requeriría un incremento de dichos suministros que se reflejan en esta fórmula:
365 d x 100 grs. x 2.500.000.000 habitantes = 91.250.000 Ton/año (1 Ton = 1.000.000 grs.). Si el trabajo se refiere a distribuir ese incremental en 3 años, el aumento para satisfacer aquella población sería de unos 30.000.000 Ton/año adicionales. Y simultáneamente hay que seguir alimentando a la población base más su crecimiento vegetativo.
Esto implica un aumento de superficies disponibles en todo el mundo, adecuado régimen de lluvias, de uso de equipos agrícolas semillas, fertilizantes, trasporte vehicular, naviero, etc.
Si el análisis lo efectuáramos aplicable a la República Argentina en un solo año (91.250.000 Ton), las cifras serían las siguientes: en términos de trasporte terrestre equivale a 4.562.500 camiones que transporten 20 Tn. cada uno con un promedio de 500 km. de traslado a puerto. Finalmente, a unos 1.250 barcos que trasporten unas 75.000 Tn. cada uno.
Ing. Aníbal T. Colombo
* El Ing. Aníbal T. Colombo tiene una vasta experiencia en el estudio de suelos y en la construcción de grandes obras, especialmente en el estudio, diseño y construcción de canales de drenaje, represas, excavaciones y servicios conexos en obras, para empresas de ingeniería, mineras, industriales, petroquímicas, de electricidad, cerealeras, camineras y municipios.
Email: atcolombo@ciudad.com.ar