La pandemia de COVID-19 ha tenido un gravísimo y desproporcionado impacto en las poblaciones más pobres y personas de edad de todo el mundo, no solo en lo referente a su salud, sino también a sus derechos y su bienestar.
Este virus ha afectado y sigue afectando, a miles de personas de muchos países sin distinción de nacionalidad, etnia o creencia.
Hemos sido testigos, en el curso del año, de un encomiable trabajo que ha realizado el mutualismo, para proteger y contener a los más vulnerables, en la mayor crisis sanitaria de los últimos años.
En América Latina, una región donde ya existían enormes desigualdades, con elevados índices de trabajo informal y servicios de salud fragmentados, las medidas de distanciamiento social que han limitado el acceso a servicios esenciales y los niveles de desigualdad se han vuelto insostenibles. Es imprescindible, desarrollar sistemas integrales de bienestar social accesibles para todas las personas.
Compromiso de las Mutuales
Frente a este contexto, las mutuales asumieron desde el primer día de la pandemia una actitud fuertemente proactiva con sus servicios y beneficios sociales, fortalecidos por los principios que distinguen al sistema solidario por excelencia, y acompañando más que nunca a los estados, aportando el bagaje inestimable de su vocación por el bien público.
Compromiso de las Organizaciones Mundiales
De acuerdo a lo que hemos podido observar, a través de la Organización de Entidades Mutuales de las Américas (ODEMA) y nuestros pares en la Unionafricaine de la mutualité (UAM), en la União das Mutualidades Portuguesas (UMP), y en la Unión Mundial de la Mutualidad (UMM), las entidades mutuales de América, África y Europa se encuentran fuertemente comprometidas en el desarrollo de prácticas sostenibles, reforzando los mecanismos de protección social, con mayor integración regional, y tomando medidas para mitigar los efectos de la pandemia, en especial, con todas aquellas familias que sufren.
Colofón
Al tiempo que intentamos recuperarnos mejor juntos, con el aval de un pasado y un presente con capacidad de resiliencia y reiteradamente puesto a prueba, debemos hacer esfuerzos concertados para transitar este momento de incertidumbre rumbo a un mundo pos pandemia, con firmeza y fortaleza en nuestras convicciones.
Ahora más que nunca, debemos mantenernos unidos a nivel mundial bajo los principios fundamentales de Solidaridad y Apoyo Mutuo, para construir sociedades más inclusivas y adaptadas a las necesidades de las poblaciones más vulnerables.