Varias de estas instituciones llevan adelante planes de viviendas de tipo social, entre las cuales se encuentran las cooperativas de Brinkmann; Las Varillas; Laboulaye; Oncativo; Tío Pujio; Oliva y Laguna Larga, entre otras.
Son diferentes cooperativas que vienen desarrollando desde hace un tiempo planes de viviendas para su comunidad con el fin de brindar una solución tangible a la necesidad habitacional de la población.
Además, es sabido que este tipo de iniciativas pone en marcha la reactivación de las Economías Regionales, ayuda a sortear la emergencia actual e incrementa la mano de obra ocupada en la construcción.
La importancia social que tienen los programas de viviendas de las cooperativas federadas en FECESCOR, se demuestra con el total de más de 540 unidades entregadas a la fecha.
En Oncativo, por caso, desde 2013 la cooperativa local lleva adelante un proyecto de 264 viviendas mediante la figura de un fideicomiso sin fines de lucro. Esto permite bajar los costos y lograr, en un período máximo de nueve años, la entrega de todas las viviendas a los fiduciantes.
El presidente de la cooperativa, Luis Castillo, destacó que este sistema ha permitido que aquellos socios de la cooperativa que no tienen acceso a créditos y carecen de vivienda puedan acceder al terreno al costo con todos los servicios de luz, agua, cordón cuneta, alumbrado público, gas e internet mediante fibra óptica.
Eso fue posible ya que en su momento se adquirieron 16 hectáreas en una zona urbana, luego se subdividió y una vez determinada la cantidad de terrenos, que en total suman 264, se convocó a Asamblea Pública a todos aquellos que cumplieran con los requisitos
solicitados y con la condición de no ser titulares de inmuebles.
De esta manera se conformó el fideicomiso y la cooperativa cedió el terreno a los nuevos fiduciarios, quienes mediante una cuota mensual comenzaron a aportar para el pago del mismo y la instalación de los servicios.
Hasta la fecha, ya se entregaron 180 viviendas mientras que otras 27 se encuentran en plena ejecución.
Uno de los grandes problemas que adolece el país es la falta de viviendas. Al mismo tiempo, son escasas las oportunidades para aquellos que más las necesitan y para los que demandan unidades para alquilar.
El sistema cooperativo está demostrando que los planes de viviendas son una herramienta muy útil y confiable a la hora de construir con bajos costos. Además, se genera un círculo virtuoso: las personas que integran los grupos aportan el dinero para que se administre mediante el fideicomiso, sin perseguir lucro y así funciona de forma solidaria, construyendo al costo y controlado por los propios propietarios sin que las cooperativas aporten fondos para financiar los proyectos.
Desde las cooperativas insisten en la importancia de la participación del Estado en este tipo de planes sociales, fijando políticas y líneas de créditos acordes para potenciar la construcción.
Es importante también que el derecho del acceso a la vivienda propia se debe basar en políticas que incluyan el compromiso de los propios beneficiarios.
La puesta en marcha de las viviendas cooperativas no sólo otorga el beneficio de la casa propia, sino que también, y fundamentalmente, dinamiza la Economía Regional y aporta mano de obra local.
Los diferentes gobiernos deberían prestar más atención a las organizaciones de la Economía Social y Solidaria que emprenden estos proyectos, los cuales han dado muestras reales de su eficiencia permitiendo llegar a la vivienda propia a muchas familias, mediante el esfuerzo mancomunado.
Fuente: La Voz y elaboración propia