Luis Castillo preside la Confederación Argentina Inter Federativa de Cooperativas de Electricidad y Otros Servicios Públicos Ltda. “CONAICE”, la que tuvo su asamblea hace 90 días, y lo ratificó nuevamente como presidente.
A excepción de FACE nacional, todas las otras Federaciones de la Argentina conforman esta Confederación, incluida la cordobesa FECESCOR de la que Luis Castillo hace 16 años que es presidente y ha sido ratificado por Asamblea.
Director de Pregón Agropecuario
“Nosotros somos entidades sin fines de lucro, con un capital social que corresponde a toda una comunidad, pero gestionamos empresas. No somos apéndices sostenidos por el Estado.
En los lugares donde estamos somos reguladores de mercados, en telecomunicaciones, en todas aquellas actividades que no tienen que ver con la electricidad y el agua por qué son concesiones directas. Además, hemos demostrado que somos altamente eficientes, el beneficio mayor es brindarle el mejor servicio al menor costo a los asociados y por ende dueños de la cooperativa”.
“Desde hace 4 o 5 años tenemos un trabajo mancomunado con FACE Córdoba; en la provincia hay 204 cooperativas de servicios públicos, las que están agrupadas el 50% en cada Federación, gran parte se refleja en manera conjunta. Tal vez algún día podremos ser una sola Federación, pero por lo menos trabajamos con el mismo horizonte.
Las cooperativas tienen un poder dado por el posicionamiento geográfico, ya que casi en el 70% del territorio nacional están presentes. Hay un sinnúmero de actividades que van más allá de los Servicios Públicos a los que deberíamos prestar más atención; ya que, en esto de regular el mercado en defensa de nuestros socios, también lo podemos hacer en otras actividades”.
“En algún momento nos tendremos que plantear un proceso como el que en su momento realizó El Hogar Obrero, que posibilite regular esos mercados dominados y defendernos del mercado monopolizado del consumo humano con una herramienta tan importante como es el cooperativismo.
Yo he tenido la suerte de viajar al País Vasco, hacer cursos en Mondragón acumulando una rica experiencia, que ojalá algún día tenga la posibilidad de acompañar en ese camino y, podamos emular a ese movimiento que es trascendente para España, que se ha desarrollado y actualmente tiene presencia efectiva en los 5 continentes”.
“Grandes empresas vienen al país y nosotros quedamos como subsidiarias casi gratis. ¿Cuál es la razón de que el negocio de las comunicaciones tiene que ser de las privadas y, no aprovechar para que el cooperativismo pueda realizar esas prestaciones?
Las empresas privadas que irrumpieron en los años 90 florecieron ante el desguace del Estado y las cooperativas quedamos en el “andén viendo cómo se iba el tren” y lo seguimos haciendo. Estamos atomizados, y es menester entender que esa es nuestra debilidad”.
“La comunicación que hacemos es de manera anárquica, cada uno informa según como gestiona a cada cooperativa. Muchas cooperativas son un ejemplo, pero hay varias que se han transformados en “quioscos”. Cada uno realiza operaciones aisladas, compra una grúa, por ejemplo, y vamos a contramano. El mundo funciona con economía de escala en todo aspecto, que no quiere decir que no sea democrática.
En Córdoba hay 204 cooperativas que tienen que existir de por vida, porque nuestra fortaleza es como ocupamos el territorio. Pero si no nos organizamos como empresas, pronto seremos la mitad. Debemos respetar el mercado de esa que está “punto de desaparecer” y posibilitar la eficiencia que le permita sobrevivir en pueblos que no van a crecer; ahí tenemos que estar las Federaciones por destino y decisión política: ninguna localidad que hoy tenga una cooperativa eléctrica va a seguir a vela.
Seremos una solución si actuamos con visión de conjunto, no nos hemos dado cuenta todavía de la potencialidad que poseemos, por qué el ego es el límite. Si las entidades de base no respetan a quiénes las representan, que son las Federaciones y estas a las Confederaciones, ya arrancamos mal”.
“Tributamos como todo el mundo; pagamos impuestos; tenemos los trabajadores en blanco; no explotamos, pero sí tenemos que mendigarle moneditas al Estado, siempre pendientes de las cooperativas más chiquitas, por qué hay que cubrir las necesidades de las bases.
Cada provincia tiene su realidad. Eso pasa por una decisión política que define cual es la finalidad que van a tener los servicios esenciales, si va a primar lo social o un propósito comercial, en que tendrá que cobrarse el producto por lo que vale. La realidad es que hay situaciones de desequilibrio de la economía en plena pandemia y con niveles de pobreza dónde no hay mucho margen de maniobra.
Nosotros podemos decir que en Córdoba hemos tenido a través de las audiencias públicas un seguimiento de la cuestión tarifaria, como para que el desfasaje no se agrande de tal manera que nos ponga en una situación de imposibilidad de prestar el servicio”.
“La mayoría de las cooperativas no están en un estado ideal; han venido soportando el atraso tarifario; el congelamiento, con pérdida de capital. Y eso se refleja si se hace un ajuste de los balances con adecuación a la cuestión inflacionaria: se observan déficit en cada periodo que conduce a un proceso de descapitalización.
Fundamentalmente ello se manifiesta en las líneas rurales, donde hay algunas con 40 o 50 años, con tarifas muy bajas; por lo que plantearse hoy, independientemente del mantenimiento que se sigue realizando, tendidos de 200, 300, 400 km, con cada vez menos gente en los campos – salvo zonas tamberas- es imposible, sin aporte de capital de los productores o si no media una política específica del Estado. Con el tiempo va quedar un “cementerio” de postes tumbados por el viento, obsoletos, porque no habrá en las cooperativas posibilidades de reinversión”.
“Si las variables de ajuste van a ser siempre los más débiles, caemos nosotros en la volteada como cooperativas y nos iremos achicando, dado que vamos a carecer de los recursos necesarios, ya que no podemos aplicarle tarifas a quienes no la pueden pagar. Y si no, para que queremos una cooperativa.
La Secretaría de Energía de la Nación es una cosa y Córdoba es otra. Hace poco asistimos a una audiencia pública en la que se determinó que se van a eliminar las asimetrías que tienen las cooperativas con EPEC en lo referente a las tarifas del sector industrial, unificándose sobre el precio de la Empresa Provincial.
Por supuesto, la variable de ajuste somos nosotros, lo que va redundar en ese segmento, es una disminución del orden del 25% para las cooperativas; lo que no se dice es que la tarifa comercial es superior en EPEC; las entidades solidarías deberían resarcirse aumentando este segmento y el residencial.
Nosotros siempre propiciamos una tarifa única. No es lo mismo el consumo familiar de la electricidad, que el de una industria que luego lo traslada al producto que se vende. Por lo tanto, si tiene que haber una segmentación, quien hace mayor uso de energía naturalmente debería pagar más.
Al respecto es muy elocuente lo acontecido con las cooperativas agroalimentarias españolas, las que realizan todo el proceso de comercialización, procesamiento, abastecimiento y exportación. Aunque tal vez hoy, no tendrían los recursos financieros para afrontar ese proceso”.
“La integración cooperativa no se debe hacer con la visión del “tiburón”; donde alguna entidad más grande “quiera quedarse con la mojarrita” y no se da cuenta que “el que está arriba del barco al que le va apuntar es al tiburón y no a la mojarrita”. Entonces esa fuerza que da el espacio territorial numéricamente es muy significativa, y esa unificación debe darse en forma empresaria.
Es así como esa cooperativa pequeña va a seguir teniendo su mercado, pero se debe organizar para todas quién va a comprar la energía, diagramar la logística, comprar los vehículos, las grúas. Esta es una concepción de fortaleza. Definir gastos, inversiones y adquisiciones de una manera mucho más programada, propendiendo a mayor eficiencia y más empresarial. Sino a 7 km de distancia tenemos 3 o 4 grúas e infinidad de camionetas”.
“Hablando con el sindicato, tenemos que apuntar no a flexibilizar, pero si a actualizar los convenios colectivos de trabajos que han quedado obsoletos y no pasa por lo salarial, sino por fijar las bases para la reorganización de esa empresa. Si nos ponemos en obtusos con una regresión de 70 años sin contemplar el contexto imperante, nos vamos a equivocar.
En la zona centro, 30 años atrás, para levantar una cosecha en el campo se necesitaba por lo menos 15 personas. Hoy hay una máquina que se maneja sola; un tractor con la tolva que acompaña la descarga de la cosechadora y uno más en la descarga. Son tres personas. Es para pensar”.
“Creo que las cooperativas que están en las zonas agrícolas deben empezar a incursionar en lo que es el valor agregado de las economías regionales.
Un modelo para observar es el de la colectividad boliviana en nuestro país; donde ellos se asientan para cultivar la tierra de sus quintas, la atención de los sembrados en todas las etapas y, comercialización. Imaginémonos en un proceso de 20 años lo que pueden lograr, si ya están manejando en varias regiones la producción de hortalizas y legumbres, evidenciando una encomiable cultura del trabajo, que no abunda en nuestros connacionales”.
“Creo que ya nos estamos casi despidiendo de la actividad, no de la lucha, pero sí de los cargos. Voy a cumplir 30 años como dirigente, al frente del Consejo de Administración de la CESOPOL, mi cooperativa de base, de la ciudad de Oncativo.
Desde la Confederación, hace poco tuvimos una reunión con el presidente del INAES, vía virtual, manteniendo contacto con las autoridades de la Secretaría de Energía de la Nación”.
“Da satisfacción que, en un gran porcentaje, se han cumplido con los objetivos que nos fijamos tanto aquí en Córdoba como con las demás Federaciones en el orden nacional.
En esta gestión a lo que más hemos apostado es lograr una integración del Sector Cooperativo, que vaya más allá de las acciones conjuntas circunstanciales, sino que a mi criterio el cooperativismo se tiene que “reinventar” en dos aspectos: mediante su organización política institucional que se fija a través de sus entidades de 2° y 3° grado los objetivos a cumplir y, también, desde lo empresarial.”