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COMO LLEGAR A SER COOPERATIVISTA Y MUTUALISTA
El Dr. Alexandre Roig nos deja una significativa explicación del “sentido” que hay que dar desde la dirigencia de una entidad a la actividad en el “día a día” para lograr que las entidades perduren.
Dr. Alexandre Roig- Investigador, profesor – Ex presidente del INAES
“Un punto que me parece clave es que estamos en una sociedad nacional y global que atraviesa una de sus crisis más profundas. El mutualismo y el cooperativismo aportan respuestas a muchas de las angustias, pero ya nos resulta tan crítico, que pasamos de los problemas a problemas angustiantes.
Se aportan soluciones porque se construyen soluciones colectivas, se construyen colectivos. Entonces es muy importante saber que uno forma parte de una organización, y formar parte de la misma, tiene efectos institucionales en el plano del mutualismo y el cooperativismo.
Un salto que hay que dar: pasar de estar en una mutual a ser mutualista
Hay que poder distinguir entre estar en una mutual y estar en el mutualismo. Formarse es poder pegar el salto de formar parte de una mutual a ser mutualista o formar parte del mutualismo. Lo mismo, estar en el cooperativismo es distinguir entre formar parte de una cooperativa y ser parte del cooperativismo. Y ese plano es justamente lo que permite entrar en el proyecto político de estos sistemas.
Me parece que hay dos planos. Uno, la formación de dirigentes, que los propios dirigentes puedan, podamos, hacernos algunas preguntas. Y segundo, es a través de esas preguntas que vamos a poder entusiasmar a los jóvenes.
Porque siempre uno se pregunta, ¿cómo hacer para que haya más jóvenes en una cooperativa o en el mutualismo? La respuesta, es construir un sentido. ¿Cuál es el sentido? ¿Por qué estar en una mutual en vez de una sociedad con fines de lucro? Eso hay que explicarlo. No es solamente una herramienta que tiene beneficios o ventajas, sino que corresponde a otro imaginario que hay que construirlo.
Construir un imaginario exige una formación integral
Entonces hay que construir ese imaginario. Eso implica una formación que tiene que ser integral. ¿Qué significa una formación integral? Significa que un sujeto tiene una responsabilidad de llevar adelante una práctica cooperativa o mutual, pero debe reintroducir permanentemente el sentido de lo que hace, entender las dimensiones políticas, económicas, simbólicas y afectivas de lo que hace, al mismo tiempo. Eso es la formación integral.
Si se dice “yo llevo adelante una actividad económica” y esta es la única dimensión de mi quehacer, hay que tener en cuenta que la mutual tiene elecciones: hay una dimensión política. La cooperativa se funda sobre el afecto social. Entonces hay dimensiones afectivas. Y producimos permanentemente discursos para que la organización funcione. Hay dimensiones simbólicas.
Entender que todo esto funciona al mismo tiempo y que la manera en que funciona integralmente en el cooperativismo y en el mutualismo cobra una forma específica, aunque toda organización tiene todas esas dimensiones.
¿Qué pasa con la gente grande?
Lo que nos va a permitir pegar un salto cualitativo, es justamente tomar conciencia de cuál es la naturaleza de esas dimensiones y por ende poder transmitir a los más jóvenes para que podamos mostrarles un horizonte diferente. De todas maneras, los grupos constituidos de gente grande que no son jóvenes pueden llegar a estar también muy desvalidos de conocimiento y de registro de qué están haciendo ahí. La pérdida de sentido no tiene edad. Se puede perder el sentido de lo que uno hace a los 20, a los 30, a los 80. En una mutualidad, o en una cooperativa, la pregunta es:
¿Qué produce en la entidad que se trabaje y no haya un sentido?
En general, primer punto, se cometen errores en términos de tomas de decisión. Todo el tiempo que uno está en una organización tiene que tomar decisiones sobre los pasos siguientes que va a tomar. En función de qué criterios uno toma una decisión. Eso es como la respuesta del conejo a Alicia del País la Maravillas, que Alicia le pregunta “¿cómo hago para salir de acá?” y le contestan “depende en gran medida de dónde quieras ir”.
Si una organización no se hace la pregunta de a dónde quiere ir, ¿cómo toma decisiones?
El problema es que muchas veces se toma decisiones sin un horizonte. Eso se llama la ausencia de un horizonte estratégico que implica una reflexión también.
El paso siguiente es una reflexión sobre las propias capacidades y las potencias. Ahora, las capacidades y las potencias en una mutual o en una cooperativa son capacidades y potencias colectivas. No es un análisis de una persona, sino de cómo funciona ese colectivo”.
El paso siguiente, ¿cómo funciona el colectivo?
“Por eso la práctica cooperativa y mutual es una práctica que siempre tiene que estar acompañada de una pregunta sobre el grupo y sus sentidos. Por eso genera otra mentalidad. Es distinto en una sociedad con fin de lucro, donde es el patrón o el dueño define el sentido de la empresa. Acá es mucho más que eso. Es un colectivo que lo hace en función de sus miembros, de sus asociados. Eso, registrarlo en forma permanente, es lo que permite construir un análisis estratégico, tener conciencia de sus capacidades y sus potencialidades, y entender que se construye colectivamente. Eso hoy en día se transmite casi por tradición oral, pero no hay un proceso sistemático para formar a eso.
Hay grandes dirigentes que transmiten esa consciencia a los que trabajan con ellos. Pero el problema es como hacer si queremos que cobre volumen, cobre dimensión, que tengamos cientos de dirigentes cooperativistas y mutualistas que compartan una forma de pensar el cooperativismo y el mutualismo, y que tengan un lenguaje común. O sea, que puedan encontrarse.
Los nuevos Consejos, por ejemplo, que tienen problemas en la conducta asociativa deben trabajar, es un tema específico para trabajar en la Resolución de Conflictos, eso es parte de la práctica asociativa que muchos tienen, porque tienen muchos años de resolver conflictos, tomar decisiones, construir consensos, pero no necesariamente tienen la teoría de esto para transmitirlo a los más jóvenes o a los nuevos Consejos.
Entonces alguien se incorpora a una mutual o a una cooperativa y viene de un mundo que no lo prepara para eso. Nosotros tenemos que generar las herramientas para que el Sector prepare, en particular a los jóvenes, al ingreso a un mundo que funcione de manera diferente, porque defendemos esa otra forma de vivir en grupo con una conducta asociativa”.
La integración de los dirigentes
“El otro día, en una actividad que tuvimos en Azul, a raíz de la discusión sobre la Escuela de Altos Estudios Cooperativos, José Orbaizeta, que estaba ahí en la reunión, decía que “avanzamos mucho en la integración de cooperativas y mutuales, también en la integración económica, pero nos falta integrar a los dirigentes”. Y la formación es un gran mecanismo de integración de dirigentes. Fíjate cómo al mismo tiempo la formación permite una profundización de una práctica, de una reflexión, de un análisis estratégico de la organización desde los dirigentes, para que la institución cooperativista y mutualista funcione con más potencia.
A la grupalidad dirigencial hay que acompañarla en un proceso de teorización de una práctica o de una práctica teorizada que permita desplegar un lenguaje común y podamos decir qué significa hoy ser cooperativista, qué significa hoy ser mutualista y transmitir eso a todo el Sector”.